El Museo Arqueológico "Dr. Eduardo Casanova" junto al Pucará de Tilcara, en tanto propuesta museológica, acaba de cumplir sus primeros cincuenta años. Por ese motivo se realizaron actividades que abarcaron la noche del viernes y la mañana del sábado, con la presencia de Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y de Axel Nielsen, director del Instituto Interdisciplinario Tilcara.
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El Museo Arqueológico "Dr. Eduardo Casanova" junto al Pucará de Tilcara, en tanto propuesta museológica, acaba de cumplir sus primeros cincuenta años. Por ese motivo se realizaron actividades que abarcaron la noche del viernes y la mañana del sábado, con la presencia de Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y de Axel Nielsen, director del Instituto Interdisciplinario Tilcara.
Uno de los sikus ejecutado por Chauque fue hallado en los Amarillos y el otro en el Pucará, ambos en enterratorios.
El viernes se inauguró el ala del museo referida a la presencia humana en la región. Al nuevo formato que tiene la propuesta, que suma en claridad de exposición y en diseño estético, se le agregó en la ocasión que los guías fueron el mismo Nielsen, quien a su cargo directivo le añade una trayectoria de estudio e interpretación de nuestro pasado que lo colocan como una autoridad única en el tema, y el arqueólogo Pablo Mercolli.
Junto a ellos, los presentes pudieron nutrirse, ante las mismas piezas que lo fundamentan, de un relato sobre el desarrollo prehispano de nuestros pueblos, según lo más actualizado de los estudios alcanzados, trasladándonos a un tiempo en el que los parámetros culturales fueron tan distintos a los actuales, pero a la vez reconociendo en ellos muchas de las raíces de la cultura actual de la Quebrada.
Nielsen explicó que "desde un comienzo, el museo y el Pucará, que se reconstruyó parcialmente, fueron pensados como un complejo. La idea era poner la investigación al servicio de la transferencia al servicio de una comunidad que, en buena parte, vive del turismo. Esa fue la visión de algunos arqueólogos de la Universidad de Buenos Aires. Y estos aniversarios sirven para replantearnos las cosas, y hacer memoria, es también hacer una autocrítica".
Dijo que "una de las cosas que ha cambiado mucho es que la arqueología, hoy en día, es una ciencia que no la entendemos como la única forma de entender la realidad y de recordar el pasado, y queremos abandonar esta posición de superioridad epistémica que ha caracterizado a la ciencia positivista. Nosotros traemos herramientas que enriquecen ese conocimiento, pero no son las únicas ni las mejores ni las más válidas. Esa era la ideología del momento en que se fundó el museo".
EXPOSICIÓN / AXEL NIELSEN, DIRECTOR DEL INSTITUTO, INAUGURANDO LA NUEVA SALA DEL MUSEO “DR. EDUARDO CASANOVA”.
Reconoció que "uno de esos errores fue intervenir el Pucará, que es monumento nacional pero también un antigal lleno de poderes de los ancestros. Hay otra forma de entender esto, que tenemos que respetar. Entonces se levantó el monumento a los arqueólogos, como si fueran lo más importante. Alguna vez pensamos en sacarlo, pero nos parece más valioso reflexionar críticamente y que ese monumento sea en cambio una enseñanza para no volver a cometer errores parecidos. Eso es lo que estamos haciendo con la nueva cartelería".
Dijo Nielsen que "el Pucará fue un centro incaico de mucha importancia regional más allá de la Quebrada, incluyendo la Puna y los Valles. Existía un asentamiento previo, pero cuando pensábamos que a la llegada de los incas nada cambió mucho, en los últimos años comprendimos que su entrada fue violenta, que transformó profundamente las estructuras políticas. Eso nos lleva a preguntarnos cómo era la vida antes de la llegada del Inca, y comprendemos mejor el rol que el Pucará cumplía en la economía política incaica".
También señaló que "acá se trabajaba el alabastro, y muchas de esas piezas se encontraron en el Cusco, en el Machu Picchu, con lo que este lugar estaba muy presente para el mismo inca. No era un lugar más. Y era un lugar de mucha importancia en esta provincia inca. El Pucará ha sido muy intervenido, y eso es una limitación, hoy hay que tener buenas preguntas. Seguirlo excavando es algo que se pone en duda, en cambio es preferible trabajar otras zonas de la región con preguntas muy concretas sobre el modelo regional. Eso arrojará más luz sobre la vida del Pucará".
Graciela Morgade dijo, por su parte, que "desde la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA hace más de cien años que venimos trabajando en el sentido de la preservación del patrimonio cultural y natural de la zona. Pensar una actividad museística dentro de una universidad es una de las maneras de lo que pensamos como extensión. Tenemos el soporte académico, y un sentido cultural y artístico que se difunde en la comunidad para que entremos en diálogo. Es una celebración, una evaluación y una proyección".
En el Pucará, ayer a la mañana, la banda de sikuris "Nuestra Señora de Fátima" acompañó la chaya por el camino de ascenso hasta la cima. Tras la ceremonia misma de chayada, Micaela Chauque fue la encargada de ejecutar antiguos sikus de piedra que estaban expuestos en el museo. Sobre ello, Chauque indicó que "son instrumentos que tienen alrededor de setecientos años, y desde entonces nunca se tocaron en público. Para mí es una emoción poder hacerlo, pese a que están rotos".
"Hoy pensamos que las cosas se van con el difunto, y estos sikus parecen haber sido pensados de ese modo", dijo la artista.