En los últimos años ha sido muy notorio el crecimiento de las adoraciones en la "Capital de la Puna". Con la magia de la Navidad, los pesebres de la ciudad cobran vida en cada uno de los barrios abrapampeños, siendo uno de los espacios más esperados por niños, adolescentes y jóvenes.
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En los últimos años ha sido muy notorio el crecimiento de las adoraciones en la "Capital de la Puna". Con la magia de la Navidad, los pesebres de la ciudad cobran vida en cada uno de los barrios abrapampeños, siendo uno de los espacios más esperados por niños, adolescentes y jóvenes.
En las tardes, el ritmo de los villancicos prima en cada uno de los pesebres junto a coloridas vestimentas que muestran sus adoradores, muchas veces en invitaciones por familias que anhelan cobijarlos en sus domicilios, allí los adoradores son recibidos de la mejor manera.
Es solo un ejemplo citar al pesebre "Pastorcitos del Niño Manuelito" de la familia Benicio del Sector Minero de Abra Pampa que lleva más de 35 años de adoraciones, teniendo como fundadores a Elisa y Cirila Callata. En la actualidad se encuentran ubicados en el salón del Sector Minero y el pesebre abre sus puertas desde el 24 de diciembre hasta el 8 de enero. Todos los años cuentan con alrededor de 50 adoradores que se convocan desde distintos sectores de la ciudad. Las coreografías están a cargo de las hermanas Benicio y los gastos económicos son costeados por la misma familia. La musicalización de villancicos lo hace el grupo abrapampeño Huellas hace 11 años.
El pesebre "Pastorcitos del Niño Manuelito" fue uno de los fundadores del Encuentro de Pesebres que se realiza ya desde hace un par de años atrás en Abra Pampa, a cargo del municipio.
"Las adoraciones son un espacio de contención para chicos y jóvenes", dijo Claudia Benicio, una de las tres hermanas que llevan adelante ahora dicho pesebre.
Si nos adentramos en cada uno de los pesebres, encontramos que cada uno de ellos posee una fundamentación y hasta milagrosa de su nacimiento y persistencia en el tiempo, no es de extrañarse que hasta algunos fueran motivados por una fuerza divina a crear el pesebre, otros de ellos inclusive fueron beneficiados de milagros en sus vidas a cambio de dar vida a ese espacio esperado por los niños en cada Navidad.
En otros casos pareciera que el milagro de un pesebre es forzado a quedarse en este caso en Abra Pampa, como lo hace ya por 16 años el pesebre "Pastorcitos de doña Pepita". Su nacimiento fue en Rinconada, más luego se trasladó a Mina Pirquitas y Humahuaca. Su fundadora fue Josefa Alemán, cariñosamente conocida como "Doña Pepita", tras su muerte el pesebre tomó esa identificación en su honor.
En la actualidad es uno de los pesebres más esperados por varios niños, a pesar de que sus dueños no se encuentran residiendo en Abra Pampa por motivos laborales, sus adoradores impulsan su continuidad haciendo que sus puertas se abran en cada Navidad. Actualmente ya se encuentran adorando en el salón del barrio Norte de la ciudad. "Nuestros adoradores son nuestra familia", dijo Gustavo Liquín, nieto de la abuela Pepita que junto a sus familiares arribarán los primeros días de enero a la ciudad para impulsar aún más la fuerza del pesebre.