El 14 de noviembre, en los alrededores del Congreso de la Nación, se sucedían los disturbios a raíz del rechazo de la izquierda y otras organizaciones, a la aprobación del Presupuesto nacional 2019.
Adentro del recinto, los legisladores seguían con el debate
Entre las organizaciones convocantes figuraban el Polo Obrero, la Izquierda Socialista, el FIT, el Movimiento Territorial de Liberación, la CTA, ATE, Ctera, Barrios de Pie y el sindicalismo combativo.
La concentración estuvo lejos de tener la afluencia con las que contaron las protestas contra la ley de Reforma Previsional, que se sancionó en diciembre de 2017. Y las que se registraron el 24 de octubre, cuando se trató el presupuesto en Diputados.
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Sin embargo, el clima de tensión no disminuía mientras e Senado aprobaba un austero presupuesto para 2019 con la meta de lograr el equilibrio fiscal que le asegure a Argentina los desembolsos del auxilio por 56.000 millones de dólares pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI.)
El presupuesto que regirá en 2019, último año de gobierno de Macri, contempla el recorte de gastos por unos 10.000 millones de dólares respecto del año anterior con el fin de bajar a cero el déficit fiscal primario, que en 2017 cerró en 3,9% del PIB y que para 2018 se proyectó en 2,7%.
Esa meta de equilibrio fiscal primario se lograría con un descenso de los gastos equivalente a 1,5% del Producto Interno Bruto y un aumento de la recaudación de cerca de 1,2% del PIB.
"Ordenar las cuentas públicas demanda esfuerzo y sacrificio", dijo en su intervención el senador Esteban Bullrich, de la alianza gobernante Cambiemos.
El proyecto está en línea con el acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional, que asegura un auxilio financiero para Argentina por unos 56.000 millones de dólares.