La Copa Jujuy, lejos, fue el acontecimiento local casi por excelencia. Los clubes recibieron premios en efectivo, elementos deportivos, una idea surgida en la Municipalidad de San Pedro de Jujuy y que desde el Gobierno de la provincia se tomó la decisión política de apoyarla. Cuyaya fue un justo campeón.
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La Copa Jujuy, lejos, fue el acontecimiento local casi por excelencia. Los clubes recibieron premios en efectivo, elementos deportivos, una idea surgida en la Municipalidad de San Pedro de Jujuy y que desde el Gobierno de la provincia se tomó la decisión política de apoyarla. Cuyaya fue un justo campeón.
Con el correr de los días, los clubes se dieron cuenta de la magnitud, como premio mayor, además del factor económico y tras gestiones realizadas en el Consejo Federal de Fútbol, se le otorgó una plaza para el campeón. Un dato no menor habida cuenta que le permitía a los equipos asegurar su lugar en el Torneo Regional Federal Amateurs que iniciará el próximo mes de enero.
Pero el torneo fue de menor a mayor, logró tener el reconocimiento de propios y extraños, producto de la importante difusión y el acompañamiento de los medios, pero fue fundamental el apoyo de las cinco ligas de la provincia que por primera vez lograron aunar criterios y realizar un certamen en conjunto. Liga Jujeña, Liga del Ramal, Liga Regional, Liga Departamental, Liga Puneña y Liga Regional, todas apoyadas en la Federación Jujeña de Fútbol, también creada este año, con Pedro Ruiz a la cabeza siendo elegido Coordinador General.
Pero fue fundamental el acompañamiento de otras áreas del Gobierno de la provincia, Same, Ministerio de Seguridad, la Municipalidad de las localidades de los clubes de origen.
La Copa Jujuy le dio jerarquía a los torneos de las diferentes ligas que componen la Federación Jujeña, porque aquellos equipos que iban quedando relegados en la lucha por el título, sabían que el objetivo secundario era entrar entre los ocho mejores para jugar el certamen provincial el año que viene.
El público tuvo un comportamiento muy bueno, no hubo problemas, se aplicó el programa Tribuna Segura y se jugó con ambas hinchadas en cada partida, otro punto positivo porque la gente volvió a los estadios. Queda la vara alta para la segunda edición.