Un hombre blanco de 23 años, presunto autor de una serie de atentados con bombas en Texas, se inmoló ayer cuando la policía iba a arrestarlo, poniendo fin a semanas de tensión en este estado del sur de Estados Unidos.
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Un hombre blanco de 23 años, presunto autor de una serie de atentados con bombas en Texas, se inmoló ayer cuando la policía iba a arrestarlo, poniendo fin a semanas de tensión en este estado del sur de Estados Unidos.
El primer ataque fue el 2 de marzo en la puerta de una casa de Austin. Allí murió un afroamericano de 39 años.
La policía rodeó al hombre, identificado en los medios estadounidenses como Mark Anthony Conditt, frente a un hotel de Austin, capital de Texas. Los ataques que comenzaron el 2 de marzo en esa ciudad dejaron dos muertos y cinco heridos. El sospechoso detonó un dispositivo en su automóvil y luego murió, dijo el jefe de policía de Austin, Brian Manley, en una conferencia de prensa el miércoles tras el dramático final de la persecución que llevaban adelante cientos de agentes federales y policías locales. La policía cerró el cerco sobre el sospechoso, supuesto responsable de cinco explosiones, las últimas ocurridas de 24 a 36 horas antes, gracias a grabaciones de video y testimonios, dijo Manley. Según la policía, el joven tenía 24 años, pero medios locales citan registros públicos que dicen que tenía 23. El presidente Donald Trump tuiteó: "El sospechosos de las bombas en Austin está muerto Gran trabajo por parte de las fuerzas del orden público y todos los concernidos!". Sin embargo, aún se desconoce el motivo de las explosiones. Tampoco se sabe si tenía cómplices.
El 12 de marzo hubo dos ataques similares. En uno de ellos murió un chico de 17 años al tomar un paquete y su madre quedó grave.
El 18 de marzo plantó una bomba ligada a un cable hiriendo a dos hombres blancos. Después hubo dos ataques a FedEx.