Desde tempranas horas, la comunidad sampedreña, por iniciativa de la parroquia San Andrés Apóstol, se congregó en la plazoleta de barrio Güemes, ubicada al noroeste de San Pedro de Jujuy, para emprender el desafío de ascender al cerro de la Cruz, llamado así, por la gigantesca estructura metálica emplazada sobre la cima y que tiene en todo el trayecto las estaciones del Vía Crucis. Acompañados por los sacerdotes Héctor Martínez y Leoncio Mamani, los peregrinos partieron para rezar juntos por la vida, “queremos comenzar la Semana Santa uniéndonos a todos los argentinos para que nos pronunciemos por la vida”, dijo el padre Leoncio.
“Hoy queremos caminar hacia la Cruz, queremos que Jesús nos acompañe, queremos hablarle al corazón y que nos ayude, en especial pedirle por las familias que están pasando situaciones dolorosas, difíciles. Existen tres problemáticas muy grandes que nos afectan como sociedad, la violencia que se desenvuelve en el hogar, las adicciones y la ruptura en la familia y queremos ofrecer en este caminar. Pero también queremos compartir, es un momento privilegiado en el que Dios nos invita a mirar a quien está a nuestro lado y escucharlo”, expresó el padre Héctor Martínez.
Luego de recorrer un largo camino enmarcado por la espesura del verde monte selvático, al mediodía los peregrinos alcanzaron la cima, donde se aprestaban a participar de una celebración.
Cabe recordar que desde el año pasado volvieron a realizarse estas peregrinaciones al cerro, y haciendo historia, llega el recuerdo del padre Miguel Ángel Aquino, el recordado “Cura gaucho”, quien por aquel entonces, solicitó a las entonces autoridades municipales y de Ingenio La Esperanza, que se abra el camino para llegar al cerro y se emplace en la cima una cruz, pedido que fue concretado durante el gobierno municipal del doctor Juan Carlos Taché. Por muchos años las peregrinaciones de Semana Santa dejaron de realizarse y el camino comenzó a cerrarse por la maleza y desde hace dos años, el párroco Héctor Martínez, realizó el pedido al municipio para que colabore en la limpieza del camino para que la comunidad vuelva a tener un espacio para la oración en pleno contacto con la naturaleza y participar del rezo del Vía Crucis.
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Desde tempranas horas, la comunidad sampedreña, por iniciativa de la parroquia San Andrés Apóstol, se congregó en la plazoleta de barrio Güemes, ubicada al noroeste de San Pedro de Jujuy, para emprender el desafío de ascender al cerro de la Cruz, llamado así, por la gigantesca estructura metálica emplazada sobre la cima y que tiene en todo el trayecto las estaciones del Vía Crucis. Acompañados por los sacerdotes Héctor Martínez y Leoncio Mamani, los peregrinos partieron para rezar juntos por la vida, “queremos comenzar la Semana Santa uniéndonos a todos los argentinos para que nos pronunciemos por la vida”, dijo el padre Leoncio.
“Hoy queremos caminar hacia la Cruz, queremos que Jesús nos acompañe, queremos hablarle al corazón y que nos ayude, en especial pedirle por las familias que están pasando situaciones dolorosas, difíciles. Existen tres problemáticas muy grandes que nos afectan como sociedad, la violencia que se desenvuelve en el hogar, las adicciones y la ruptura en la familia y queremos ofrecer en este caminar. Pero también queremos compartir, es un momento privilegiado en el que Dios nos invita a mirar a quien está a nuestro lado y escucharlo”, expresó el padre Héctor Martínez.
Luego de recorrer un largo camino enmarcado por la espesura del verde monte selvático, al mediodía los peregrinos alcanzaron la cima, donde se aprestaban a participar de una celebración.
Cabe recordar que desde el año pasado volvieron a realizarse estas peregrinaciones al cerro, y haciendo historia, llega el recuerdo del padre Miguel Ángel Aquino, el recordado “Cura gaucho”, quien por aquel entonces, solicitó a las entonces autoridades municipales y de Ingenio La Esperanza, que se abra el camino para llegar al cerro y se emplace en la cima una cruz, pedido que fue concretado durante el gobierno municipal del doctor Juan Carlos Taché. Por muchos años las peregrinaciones de Semana Santa dejaron de realizarse y el camino comenzó a cerrarse por la maleza y desde hace dos años, el párroco Héctor Martínez, realizó el pedido al municipio para que colabore en la limpieza del camino para que la comunidad vuelva a tener un espacio para la oración en pleno contacto con la naturaleza y participar del rezo del Vía Crucis.