Marzo sembrando memoria, cosechando encuentros, preñado de días para la mujer, la memoria por la verdad y la justicia, la poesía y el teatro. Los cristianos celebran la Semana Santa y lo hacen “representando escenas” del calvario, muerte y resurrección de Jesús, recuperando así el sentido ontológico de la teatralidad, aquel que pervierte la concepción occidental del tiempo como un devenir de secuencias consecutivas, porque el teatro, como dice Sabina Bergman en su mensaje este año, nos permite “[…] representar y así capturar nuestro pasado para entenderlo o inventar posibles futuros para la tribu, para ser más libres y más felices.” Es domingo de Pascua, Resurrección de Jesús. Las calles de Tilcara se llenaron de ermitas, obras de arte que las familias elaboran y comparten en el espacio público, que se transforma -en virtud de estas obras- en una suerte de escenografía envolvente, inquietante distorsión de lo cotidiano, sumergiéndonos en una realidad creada para recuperar, encarnar y resucitar la historia bíblica.
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Marzo sembrando memoria, cosechando encuentros, preñado de días para la mujer, la memoria por la verdad y la justicia, la poesía y el teatro. Los cristianos celebran la Semana Santa y lo hacen “representando escenas” del calvario, muerte y resurrección de Jesús, recuperando así el sentido ontológico de la teatralidad, aquel que pervierte la concepción occidental del tiempo como un devenir de secuencias consecutivas, porque el teatro, como dice Sabina Bergman en su mensaje este año, nos permite “[…] representar y así capturar nuestro pasado para entenderlo o inventar posibles futuros para la tribu, para ser más libres y más felices.” Es domingo de Pascua, Resurrección de Jesús. Las calles de Tilcara se llenaron de ermitas, obras de arte que las familias elaboran y comparten en el espacio público, que se transforma -en virtud de estas obras- en una suerte de escenografía envolvente, inquietante distorsión de lo cotidiano, sumergiéndonos en una realidad creada para recuperar, encarnar y resucitar la historia bíblica.
Viky Mamamí (Jujuy, Actriz, poeta, artesana, fundadora y directora del Grupo Senda) compartió su mensaje por el día mundial del teatro, con un texto que reivindica al teatro como una herramienta de comunicación necesaria para refutar la construcción de una realidad instalada en los medios masivos: “El potencial usado habitualmente por los medios de comunicación, nos acostumbra a la incertidumbre.” (Viky Mamaní, 2018). El teatro, en cambio, nos presenta mundos contundentemente coherentes en este aquí y ahora que respiramos junto al otro espectador/a, actor/actriz, en un mismo espacio mítico, donde todo es posible de manera tangible. Los sentidos de la teatralidad suele ser un tema recurrente en los mensajes del día mundial del Teatro. Sabrina Berman se pregunta qué debemos enfrentar hoy como sociedad: “Yo digo que el mamut mayor es la enajenación de los corazones humanos. Nuestra pérdida de la capacidad de sentir con los Otros: de sentir compasión. Y nuestra incapacidad de sentir con lo Otro no humano: la Naturaleza. Vaya paradoja. Hoy, en la orilla final del Humanismo –de la era del Antropoceno - de la era en que el humano es la fuerza natural que más ha cambiado y cambia el planeta- la misión del teatro es inversa a la que reunió a la tribu originalmente para hacer teatro al fondo de la cueva: hoy debemos rescatar nuestra conexión con lo natural.”
El sentido de la teatralidad, desde mi punto de vista, trasciende al entretenimiento, opera despertando larvas dormidas en la conciencia, conspira contra la anestesia de una sensibilidad inoculada de transparencia de la “posverdad”, que no es más que multiplicación infinita de información, sin otro fin que la instalación de una “realidad” construida para que vivamos un mundo donde somos algoritmos funcionales a la manipulación de nuestros anhelos. Por eso, hoy, más que nunca, necesitamos resucitar la ceremonia teatral, en la calle, en las salas, para recuperar nuestra humanidad, para sentir al otro en mí, aprehendiéndolo como parte de mi propia realidad.
No despiertes jamás del sueño
en el que has decidido vivir.
Alguna vez busqué la forma
más rápida de morirme
o la manera más inteligente de salvarme.
Elegí la segunda…
EL TEATRO!
¡VIVA EL TEATRO!
(Viky Mamaní, 2018)
El día Internacional del Teatro (27 de marzo) fue creado por el Instituto Internacional de Teatro (ITI) de la UNESCO en 1961, con el propósito de promover y difundir el quehacer teatral. Desde entonces, el ITI invita a referentes teatrales para que elaboren un mensaje que se divulga en todos los medio. Por primera vez en cincuenta y siete años de historia, cinco personalidades emitieron su mensaje el mismo año. Tan sólo en seis ocasiones los referentes latinoamericanos fueron responsables de escribir este mensaje: Sabina Bergman (México, 2018), Augusto Boal (Brasil, 2009), Víctor Hugo Rascón Banda (México, 2006), Jorge Lavelli y Arturo Uslar Pietri (Argentina, Venezuela, 1992), Pablo Neruda (Chile, 1971) y Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1968).