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El mensaje del tercer año y otros temas políticos

Lunes, 09 de abril de 2018 10:00
GERARDO MORALES. UN MENSAJE LIGHT
RUBÉN RIVAROLA. SIN PALOS EN LA RUEDA
ALEJANDRO VILCA. NO DIJERON NADA
JUAN ESQUIVEL.GM EVITÓ MUCHOS TEMAS

El mensaje de GM ante la Legislatura no fue lo que muchos esperaban. Objetivamente, desde la oposición, siempre sólo se magnificarán los defectos, y desde el oficialismo, se exaltarán las virtudes de otro mensaje de un gobernador al inaugurar un período de sesiones. Pero, objetivamente, el del último miércoles no alcanzó ni la fuerza ni el nivel de los anteriores hitos en la vida de Cambiemos. Baste recordar la magnífica exposición de Gerardo Rubén Morales, aquel lejano día en que presentó el proyecto de su plan de gobierno en instalaciones de un colegio de esta ciudad, donde más que político, se mostró como un magistral conductor de televisión, deslumbró con su verba inflamada y con el manejo de las proyecciones que imaginaba para la Provincia. Después, cómo no mencionar su primer discurso ante la Legislatura jujeña en Abril del 2016, estrenando, por primera vez, el mensaje de un gobernador radical totalmente ganador y brillante, que sedujo a propio y extraños abriendo la cancha para el avance de todos los sueños posibles. Luego, en abril del 2017, siempre como un orador de estilo llano e impactante, presentó el comienzo de los primeros 365 días de su gestión, donde los pilares de su alocución fueron el slogan comercial del gobierno: Unión, Paz y Trabajo. En aquel momento, con memoria de periodista, comenzaban a aparecer sombras sobre la suerte de la unión entre jujeños, que aún dista de ser lo exitosa que se desearía, y a pesar de los esfuerzos reales, y de los estadísticos y mediáticos, el crecimiento del trabajo tampoco era para una corona de laureles. Sin embargo, sustentado en la prisión de la señora Milagro Amalia Ángel Sala de Noro y muchos de sus seguidores, y los avances judiciales sobre la historia reciente de la Agrupación Barrial Tupac Amaru, a lo que debía agregarse la encerrona judicial sobre la gestión de Eduardo Fellner y los exfuncionarios de su gestión –acomodados detrás del sambenito que les colgó Cambia Jujuy: “los creadores de la matriz de corrupción que se instaló en Jujuy”- el GM cosechó otro éxito al final de su mensaje. La gente reconocía que el Jujuy de los piquetes, las puebladas, los aprietes sin sentido y la violencia explícita de cada día en las calles de ciudades y pueblos, había dejado de ser una metodología y un padecimiento cotidianos y la vida se desarrollaba en otros andariveles. El peronismo, que había comenzado a perder las elecciones cuatro o cinco años atrás, y aún en situación de “no contest” por la derrota del 2015, sólo miraba acovachado desde un oscuro rincón de la vida política e institucional de Jujuy. Pero este año, algo cambió. Será el desgaste de toda gestión, será que muchos de los integrantes del equipo del GM siguen sin estar a la altura del jefe y él persiste en sostenerlos a pesar de ser consciente del desgaste gratuito e innecesario que ello le acarrea; será que desde la Nación no ayuda mucho el PRO, socio mayoritario de las alianzas gobernantes, que sigue sin acertar con políticas populares y alejándose del corazón de la gente que lo votó para zafar de la era de los bolsones. Todo eso, y quizá sea también que tras más de dos años de gestión, la gente de Jujuy ha comenzado a volverse más exigente –o menos tolerante que no es lo mismo- con el gobierno, pero este año, el discurso del GM llegó de otra manera.

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El mensaje de GM ante la Legislatura no fue lo que muchos esperaban. Objetivamente, desde la oposición, siempre sólo se magnificarán los defectos, y desde el oficialismo, se exaltarán las virtudes de otro mensaje de un gobernador al inaugurar un período de sesiones. Pero, objetivamente, el del último miércoles no alcanzó ni la fuerza ni el nivel de los anteriores hitos en la vida de Cambiemos. Baste recordar la magnífica exposición de Gerardo Rubén Morales, aquel lejano día en que presentó el proyecto de su plan de gobierno en instalaciones de un colegio de esta ciudad, donde más que político, se mostró como un magistral conductor de televisión, deslumbró con su verba inflamada y con el manejo de las proyecciones que imaginaba para la Provincia. Después, cómo no mencionar su primer discurso ante la Legislatura jujeña en Abril del 2016, estrenando, por primera vez, el mensaje de un gobernador radical totalmente ganador y brillante, que sedujo a propio y extraños abriendo la cancha para el avance de todos los sueños posibles. Luego, en abril del 2017, siempre como un orador de estilo llano e impactante, presentó el comienzo de los primeros 365 días de su gestión, donde los pilares de su alocución fueron el slogan comercial del gobierno: Unión, Paz y Trabajo. En aquel momento, con memoria de periodista, comenzaban a aparecer sombras sobre la suerte de la unión entre jujeños, que aún dista de ser lo exitosa que se desearía, y a pesar de los esfuerzos reales, y de los estadísticos y mediáticos, el crecimiento del trabajo tampoco era para una corona de laureles. Sin embargo, sustentado en la prisión de la señora Milagro Amalia Ángel Sala de Noro y muchos de sus seguidores, y los avances judiciales sobre la historia reciente de la Agrupación Barrial Tupac Amaru, a lo que debía agregarse la encerrona judicial sobre la gestión de Eduardo Fellner y los exfuncionarios de su gestión –acomodados detrás del sambenito que les colgó Cambia Jujuy: “los creadores de la matriz de corrupción que se instaló en Jujuy”- el GM cosechó otro éxito al final de su mensaje. La gente reconocía que el Jujuy de los piquetes, las puebladas, los aprietes sin sentido y la violencia explícita de cada día en las calles de ciudades y pueblos, había dejado de ser una metodología y un padecimiento cotidianos y la vida se desarrollaba en otros andariveles. El peronismo, que había comenzado a perder las elecciones cuatro o cinco años atrás, y aún en situación de “no contest” por la derrota del 2015, sólo miraba acovachado desde un oscuro rincón de la vida política e institucional de Jujuy. Pero este año, algo cambió. Será el desgaste de toda gestión, será que muchos de los integrantes del equipo del GM siguen sin estar a la altura del jefe y él persiste en sostenerlos a pesar de ser consciente del desgaste gratuito e innecesario que ello le acarrea; será que desde la Nación no ayuda mucho el PRO, socio mayoritario de las alianzas gobernantes, que sigue sin acertar con políticas populares y alejándose del corazón de la gente que lo votó para zafar de la era de los bolsones. Todo eso, y quizá sea también que tras más de dos años de gestión, la gente de Jujuy ha comenzado a volverse más exigente –o menos tolerante que no es lo mismo- con el gobierno, pero este año, el discurso del GM llegó de otra manera.

El gobernador detalló innumerables logros verdaderos. Esfuerzos por fortalecer la explotación minera y el desarrollo de pequeños bolsones de industrialización, la vitivinicultura y otros, que según sus datos llevaron al crecimiento de la economía provincial y del empleo formal. Obviamente, ponderó sin abundar en detalles de dos años de idas y vueltas, el final de la historia del proceso de quebranto del Ingenio La Esperanza, (hoy en proceso de entrega a los colombianos de Omega Energy), y los avances en materia de desarrollo de proyectos energéticos cuya nave insignia es el gigantesco parque solar de la Puna. Los avances en el tema de zona franca también ocuparon un párrafo. Tal vez más controvertidas fueron las defensas de los persistentes problemas en el área de educación y salud,  en los que curiosamente y para defender a sus ministros, un GM desconocido, enojado y agresivo, terminó atacando en primera persona a los que objetan y critican, desviando el centro de gravedad que debió colocar en los estudiantes perjudicados de la primera, y en los pacientes y médicos desorientados de la segunda. Y si las irregularidades detectadas pasan la barrera de lo anormal hacia lo ilegal, dejar que la justicia trabaje. Finalmente, los temas graves de seguridad, los de obras públicas y el Plan Belgrano que en el NOA vienen siendo una utopía (y que reconociendo sus atrasos y fracasos, el propio presidente Macri intentó “relanzar” en Misiones hace unas horas, ante los gobernadores del NEA) casi fueron soslayados.

Leer la violencia

El detalle estuvo en las calles. Dirigentes y militantes sindicales de obvia fuerte oposición al gobierno, más un grupo de dirigentes y militantes políticos, claramente identificados, fueron contenidos a duras penas por un gran despliegue policial de infantería y efectivos montados. Y un reducido grupo de delincuentes con la cara cubierta, también se supone que claramente identificables para los organismos de seguridad del gobierno, chocó con los efectivos policiales en una breve pero fuerte pelea que terminó con pedrea, contusos y disparos de gases lacrimógenos y balas de goma. El episodio, recordó los viejos y odiosos días en que estos choques eran moneda corriente. Pero más allá de lo circunstancial, quizá deban ser tomados como una luz de alerta en el tablero del gobierno de la Provincia: los que durante más de dos años estuvieron bajo tierra, volvieron a animarse a salir. Y eso, no debería ser tomado a la ligera con la simplificación casi infantil que también ser vuelve a aparecer, argumentando que “es la política”. Aunque así fuera, alguien debe reconocer, aunque sea muy en la intimidad del gobierno, que con métodos violentos que la abrumadora mayoría de los jujeños repudia, asomó un descontento que viene de más allá de la política, y que volvió a manifestarse.

La oposición

La oposición, actuó respetuosamente. Al menos la representada por el Partido Justicialista. Las dos principales autoridades, tanto el presidente del bloque, Juan Miguel Cardozo, como el presidente del PJ, también diputado y vicepresidente segundo de la Cámara, Rubén Armando Rivarola, criticaron con firmeza los grandes vacíos del mensaje del GM, las promesas incumplidas . Pero destacaron su voluntad de acompañar lo que consideren potable y no poner palos en la rueda. Respondieron a la gentileza del gobernador de haberle agradecido al Poder -en varias oportunidades- la aprobación de proyectos enviados. Obviamente, el agradecimiento diplomático no avanzó en explicar que cada aprobación se concreta sí o sí, mediante el clásico estilo de la aplicación del físico (que da la mayoría propia), vicio común y consuetudinario en la legislatura local. Naturalmente, hicieron hincapié en la ausencia casi total de autocrítica en el mensaje del Ejecutivo. Que el gobernador haya aceptado que el 5% de aumento a los docentes es injusto, no resuelve la injusticia. Y que haya dicho que acepta tener errores, no da licencia para persistir en ellos indefinidamente. Se entiende que el gobierno se mueve con la plata que tiene y que su situación financiera es estructural e históricamente grave. Lo que no es tan fácil de entender, es la persistencia en algunos errores, que en la calle los jujeños ya comentan como obstinación que trata de evitar que algunos cambios puedan ser interpretados por los votantes como indicios de debilidad. La oposición legislativa de la Izquierda y de la Tupac Amaru fue más dura. Los diputados Alejandro Vilca y el profesor Juan Manuel Esquivel, respectivamente, acentuaron la crítica en la ausencia de información sobre la monstruosa deuda provincial, las obras no realizadas particularmente en el área viviendas, y coincidieron en señalar que el mensaje nos diferenció mucho del anterior del 2017, que un año después, quedó demodé y falto de sustancia. La perlita que circuló por redes sociales, fue la condena popular a los legisladores del FIT, quienes fueron sorprendidos desechando el compromiso de entonar las estrofas del Himno Nacional, irrespetuosa actitud nacida quizás de una posición ideológica, que se podría llegar a respetar pero no a compartir, porque se da de patadas con su entidad de legisladores. Como sea, y como siempre se dice, aún con todos sus bemoles, fue una fiesta de la democracia. El GM enfrentó resueltamente la segunda mitad de esta gestión, volvió a demostrar un conocimiento cabal de lo que ocurre en cada rincón de la Provincia, ratificó el absoluto personalismo con que conduce cada acto y decisión de gobierno, que casi hasta condiciona y asfixia a sus funcionarios, especialmente a aquellos que no exhiben una fuerte personalidad manejando sus respectivas áreas. Pero estas características, al gobierno le aseguran el tránsito que el GM quiere recorrer y el rumbo hacia dónde quiere llevar el barco de la Provincia. En el 2019, se verán los resultados.

Adelante radicales…

Sin querer, y casi obligadamente, se cae en la política partidaria. En la UCR hay un movimiento creciente de disconformidad y queja. El presidente del partido y gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, reunió hace horas en su provincia al Comité Federal del partido. El objetivo fue plantear con tiempo y a tiempo que los radicales no parecen más dispuestos a dejarse llevar de las narices por el PRO. Cada día les duele más el horrible desequilibrio a que los somete el macrismo. Especialmente ahora, cuando comenzó a sonar que la fórmula presidencial del 2019, podría volver ser Macri/Michetti. Estallaron los correligionarios. Y con suma prudencia reclaman el segundo lugar para ellos. Al fin y al cabo, el PRO, un pequeño partido sin historia, sin estructura y con fortaleza en Capital Federal y recién ahora en Provincia de Buenos Aires y otros distritos, se sirvió del andamiaje nacional de la UCR para llegar a la presidencia. Pero más fuerte que eso, es el choque ideológico que se plantea a diario, entre el neoliberalismo postmoderno y algo torpe del macrismo, contra las sólidas exigencias populares del partido de don Hipólito Yrigoyen. Estuvieron en Mendoza entre otros, el tucumano José Cano, Daniel Salvador, el vice radical de María Eugenia Vidal, la cordobesa soledad Carrizo, la ausencia estratégica del GM fue cubierta por el senador Mario Fiad. Sobre el final de la reunión, dirigentes mendocinos hablaron de la candidatura a Cornejo a la vicepresidencia, versión que chocó con la ya conocida de Gerardo Morales para ese lugar. El gobernador cuyano escapó con elegancia: “es temprano para hablar de candidaturas” dijo, pero dejó flotando que el peso electoral de su distrito, obviamente es mayúsculo al lado de Jujuy. Sin embargo, se debe reconocer que el peso político del gobernador de Jujuy le saca varias vueltas de ventaja. Como sea, para evitar roces, Cornejo, el GM, el correntino Ricardo Colombi y el tucumano Cano, conformarán una comisión de trabajo político que recorrerá todos los distritos del país, en procura de que Cambiemos reparta las cuotas de poder más equitativamente para la próxima ronda electoral.

El planeta PJ            

El  peronismo tiene lo suyo.  A nivel nacional, en Gualeguaychú, puede haber nacido un nuevo espacio, con pretensiones de convertirse en alternativa válida. El peronismo federal que encarna Miguel Pichetto, jefe de los senadores, reunión a representantes de los gobernadores peronistas y el logro más trascendente fue haber tenido en la reunión a conspicuos representantes del massismo como Graciela Caamaño, Ignacio De Mendiguren, Raúl Pérez y Marco Lavagna,  y del randazzismo, como su ex compañera de fórmula Florencia Casamiquela. Otros notables, fueron Martín LLlaryora (De la Sota/ Schiaretti), Pablo Kossiner (Urtubey) y Diego Bossio. Los peronistas jujeños lentamente van tomando posición. En Entre Rios estuvo el senador y vicepresidente del PJ local Guillermo Snopek y a San Luis, faltó el presidente del PJ y diputado provincial Rubén Armando Rivarola. Ambos, y tal vez sin haberlo planteado como estrategia, RR y GS coincideron en acercarse por acción y omisión al nuevo bloque que nace para enfrentar a Macri, pero con más deseos de sacar del juego a Cristina Elisabet Fernández y a la Cámpora. La complicada jugada, hoy, recibió estruendosos aplausos desde la Casa Rosada. El PJ local, tiene otras preocupaciones ahora.  Una reunión del Consejo el jueves, se analizó el mensaje del gobernador y la situación provincial con la intención de emitir un documento que fije posiciones y sugiera acciones. La presidió Rubén Rivarola, y entre otros consejeros , asistieron Julio Moisés, Pablo La Villa, Héctor Olindo Tentor, Esperanza Tejerina, Alfredo Gerry, Octavio Herrera, Martin Lamas, Dingui Palmieri, entre otros. La diputada Liliana Fellner "como simple afiliada" participó también y solicitó mayor presencia del PJ en toda la vida política provincial. La reunión continuará mañana en la sede partidaria.

Queda preguntarse por el destino de los massistas jujeños. El nutrido grupo que se integró a Cambia Jujuy en el 2015 ya adelantó en muchas oportunidades por boca de su jefe el vicegobernador Carlos Haquim, que jamás volvería al cuartel del peronismo. El futuro se les presenta complicado: quizás deben replegarse a la trinchera de su partido provincial, o ensayar alguna jugada fuerte para su supervivencia en la provincia. Fuerte y como tal, demasiado riesgosa.

Por lo demás, fue una semana brava. El expresidente Lula está preso, apelando su condena de 12 años, en un Brasil dividido y convulsionado. Ver entrar esposado a la cárcel a uno de los líderes más populares y queridos del mundo, que sacó de la pobreza a más de 30 millones de brasileños, causa profunda tristeza. Pero no está siendo juzgado por eso, sino por recibir sobornos y por corrupción. En Argentina, aún no se acallan los ecos del escándalo Natacha Jait, las operaciones de los servicios, los supuestos pederastas y tratantes de personas y la irreparable angustia de la señora Mirtha Legrand; el “inocente” papelito del ministro Luis Caputo a la legisladora K Gabriela Cerruti que la sacó de sus cabales, (y a Agustín Rossi y a todos los K de la bicameral) y que terminaron ingenuamente haciendo el juego –y el show- para que el titular del área de Finanzas escape del Congreso sin explicar nada lo que debía explicar; y finalmente, declaraciones de Jaime Durán Barba dijo que “el jefe de gabinete Marcos Peña, es como John Kennedy, joven exitoso y carismático, y aunque todavía le falta, en el futuro será presidente de los argentinos”. Si lo dice él… que construyó un presidente de la nada…, habrá que ir pensándolo. Nos espera un otoño vibrante…

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