Vendedores minoristas del casco céntrico y de la "vieja" terminal, nucleados en la Corriente de la Economía Social, demandaron a las autoridades municipales que les otorguen las habilitaciones de los lugares del espacio público donde desarrollan su actividad comercial.
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Vendedores minoristas del casco céntrico y de la "vieja" terminal, nucleados en la Corriente de la Economía Social, demandaron a las autoridades municipales que les otorguen las habilitaciones de los lugares del espacio público donde desarrollan su actividad comercial.
Al mismo tiempo pidieron tarifas en servicios públicos acordes a la situación económica de cada trabajador, señalando que ellos, en su mayoría, solo cuentan con monotributo social, denunciando además que algunos sufrieron atropellos y "prácticas extorsivas" por parte de ciertos funcionarios de Espacios Públicos de la comuna local. Además, denunciaron decomisos irregulares con actas mal labradas, de mercadería permitida por ordenanza.
En una visita a nuestro matutino, Patricia Cabrera y Francisco Valverdi dijeron que representaban a los "ambulantes" del casco céntrico, de la zona de la "vieja" terminal (calles Zegada, Iguazú, Dorrego, Santiago del Estero), Escuela Normal, puente Lavalle y plazoleta Eva Perón, entre otros.
Asimismo, destacaron que la Municipalidad aún no había otorgado los permisos habilitantes para la venta con parada fija, para la mayoría de los vendedores minoristas de la vía pública.
A su vez indicaron que las actuales propuestas del municipio son inviables, ya que les ofrecen como única solución el traslado a las ferias mayoristas apartadas del casco céntrico y eso influiría en su actividad, ya que no podrán vender todos los días de semana. En esta línea, Valverdi comentó que hace dos años habían llegado a un acuerdo con el municipio para que una vez que el vendedor "ambulante" presente la documentación, accedería a su permiso.
"Hasta el día de hoy no tuvimos respuesta, son 50 vendedores registrados y otros en forma particular presentaron sus papeles en reiteradas ocasiones, porque en el municipio perdían la documentación", sostuvo.
Otros de los puntos que destacó es el excesivo pago de "piso" que deben realizar los vendedores en la vía pública. "Cada vendedor paga por piso cerca de los 4 mil pesos y en el caso de un churrero 1.700 pesos por mes", resaltó.
Por su parte, Cabrera solicitó que el municipio disponga de un asistente social para que verifique si el vendedor necesita o no el permiso para desarrollar la actividad, señalando que la mayoría subsiste con eso.