Edmundo Asfora fue actor, dramaturgo, director, docente, investigador y crítico teatral, creador del Coya, tira gráfica que se publicó durante cincuenta años, y de Coyuyo. Nació en Tafí Viejo (Tucumán), donde comenzó su carrera como integrante del Teatro Estable de la Peña El Cardón (1954), que Juan Antonio Tríbulo reconocía como el asentamiento del grupo Teatrote, creado y dirigido por Raúl Serrano. Sin duda, este grupo dejó una profunda huella en el teatro del Noroeste Argentino, en opinión de Mauricio Tossi por su “producción sistemática”, pero también por la trascendencia que adquirieron algunos de sus integrantes, entre ellos: Raúl Serrano, Víctor García, Miguel Ángel Estrella, Julio Ardiles Gray, Rosa Beatriz Ávila, ...etc. Raúl Serrano es considerado uno de los grandes maestros teatrales argentinos, formador de muchas generaciones de actores y directores. Víctor García será siempre un revolucionario de la escena, que dejó un legado de inolvidables puestas, mediante las cuales desencadenó nuevas lógicas y lenguajes escénicos. Miguel Ángel Estrella es un reconocido músico a escala internacional. La matriz del Teatro Estable de la Peña El Cardón permaneció en la obra de Asfora: vocación y compromiso alineados con el movimiento del Teatro Independiente. Edmundo perteneció a esa generación de teatristas argentinos nacidos en la década de 1930, cuando el Teatro Independiente tomaba cuerpo y visibilidad social liderado por Leónidas Barletta. Esta misma generación se convirtió en los 70 en los principales promotores de una ley de teatro, finalmente promulgada en 1997. Edmundo Asfora integró A.J.D.A.T.T. (Asociación Jujeña de directores, actores y técnicos teatrales) y F.A.T.T.A (Federación Argentina de Trabajadores de Teatro Asociados), se convirtió en referente teatral por Jujuy del movimiento que promovía la Ley de Teatro 24.800 que, a su vez, generó la creación del Instituto Nacional del Teatro (INT). Asfora fue el primer representante provincial del INT en Jujuy , pero también el primer representante del NOA que integró el Consejo de Dirección de este organismo.
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Edmundo Asfora fue actor, dramaturgo, director, docente, investigador y crítico teatral, creador del Coya, tira gráfica que se publicó durante cincuenta años, y de Coyuyo. Nació en Tafí Viejo (Tucumán), donde comenzó su carrera como integrante del Teatro Estable de la Peña El Cardón (1954), que Juan Antonio Tríbulo reconocía como el asentamiento del grupo Teatrote, creado y dirigido por Raúl Serrano. Sin duda, este grupo dejó una profunda huella en el teatro del Noroeste Argentino, en opinión de Mauricio Tossi por su “producción sistemática”, pero también por la trascendencia que adquirieron algunos de sus integrantes, entre ellos: Raúl Serrano, Víctor García, Miguel Ángel Estrella, Julio Ardiles Gray, Rosa Beatriz Ávila, ...etc. Raúl Serrano es considerado uno de los grandes maestros teatrales argentinos, formador de muchas generaciones de actores y directores. Víctor García será siempre un revolucionario de la escena, que dejó un legado de inolvidables puestas, mediante las cuales desencadenó nuevas lógicas y lenguajes escénicos. Miguel Ángel Estrella es un reconocido músico a escala internacional. La matriz del Teatro Estable de la Peña El Cardón permaneció en la obra de Asfora: vocación y compromiso alineados con el movimiento del Teatro Independiente. Edmundo perteneció a esa generación de teatristas argentinos nacidos en la década de 1930, cuando el Teatro Independiente tomaba cuerpo y visibilidad social liderado por Leónidas Barletta. Esta misma generación se convirtió en los 70 en los principales promotores de una ley de teatro, finalmente promulgada en 1997. Edmundo Asfora integró A.J.D.A.T.T. (Asociación Jujeña de directores, actores y técnicos teatrales) y F.A.T.T.A (Federación Argentina de Trabajadores de Teatro Asociados), se convirtió en referente teatral por Jujuy del movimiento que promovía la Ley de Teatro 24.800 que, a su vez, generó la creación del Instituto Nacional del Teatro (INT). Asfora fue el primer representante provincial del INT en Jujuy , pero también el primer representante del NOA que integró el Consejo de Dirección de este organismo.
Edmundo Asfora llegó a Jujuy en la década de los 60 y comenzó a participar activamente en la producción teatral local en 1972, de manera ininterrumpida hasta el final de sus días en 2014. Dirigió varios grupos, elencos concertados e incluso a la Comedia Estable de la Provincia. Su último proyecto se radicó en la Universidad Nacional de Jujuy, donde se desempeñaba como docente y promotor del Teatro Universitario (TUNJu). Su vocación pedagógica se trasladó al seno de las compañías en las que trabajaba y en gestación de nuevas ofertas. María Eugenia Montero señala que Asfora integró junto a Liliana Fullana y Cecilia Storni el equipo de dirección de una Escuela Provincial de Teatro, promovida en 1990 por el Secretario de Educación y Cultura, Fernando Eleit, que finalmente no llegó a concretarse hasta el año 2000, cuando se activa la Escuela Provincial “Tito Guerra”.
Su interés por el estudio de la teatralidad local fue una constante diversificada en varios legados tangibles e intangibles que Asfora cultivó por décadas. En 1974 creó el C.E.T.Y.C. (Centro de Estudios Teatrales y Cinematográficos), legó un vasto archivo documental, una copiosa producción de críticas publicadas en el diario el Pregón y casi cuatro generaciones de teatristas jujeños a quienes transmitió sus saberes, pasiones, dinámicas de trabajo, sistemas de organización…etc. En los últimos años de su vida, Asfora puso especial empeño en escribir una historia del teatro jujeño y, gracias a esto, nos conocimos. En 2005 ambos integrábamos el G.E.T.E.A. (Grupo de Estudios de Teatro Argentino e Iberoamericano) de la Universidad de Buenos Aires, a cargo del fallecido Dr. Osvaldo Pelletieri, que gestaba el segundo volumen de la Historia del Teatro Argentino en las Provincias. Justo ese año, Edmundo nos recibió en su oficina de la Calle San Martín para realizar una entrevista filmada, que incluimos en un documental “Cincuenta años de la Escena”. La salud de Asfora se deterioró y no pudo entregar el capítulo de Jujuy al proyecto del GETEA, pero su voluntad y dedicación para terminar esta historia teatral jujeña era determinante.