La peligrosidad de la intoxicación por monóxido de carbono se debe a que es un gas inodoro, incoloro, insípido y no irritante, que se produce por la mala combustión de gas natural, leña, carbón, querosén o nafta.
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La peligrosidad de la intoxicación por monóxido de carbono se debe a que es un gas inodoro, incoloro, insípido y no irritante, que se produce por la mala combustión de gas natural, leña, carbón, querosén o nafta.
Por esta razón, desde la Dirección de Asistencia Directa y Emergencias se recomienda evitar el uso de braseros a leña o carbón, salamandras, estufas a querosén, velas, hornos de cocina y otros elementos de llama libre dentro de los hogares. También, hay que tener máxima precaución con los braseros de carbón o leña, se tienen que encender fuera de la casa, al entrarlos dejar una ventana o puerta entreabierta, ventilar frecuentemente la vivienda durante el día, no dejarlos desatendidos y sacarlos antes de ir a dormir, evitando de esta manera las emanaciones, que causa asfixia hasta la muerte.
Las estufas y aparatos eléctricos se deben apagar de noche y cuando no sean necesarios, como cuando salimos de la casa. No instalar calefones a combustión en el baño y en dormitorios, sólo instalar artefactos con salida al exterior.
Las niñas y los niños son los más vulnerables a los efectos del monóxido de carbono, por lo tanto, no deben quedarse solos en los hogares cerrados, con braseros o calefacción encendidos.