“Sublimando el exterminio”, es el título de la muestra con que el Museo Terry se suma a la Semana de los Museos. Inaugurada este jueves, es la primera individual de Susana Benavidez, quien eligió a Tilcara para este momento importante de su carrera, cierto que con un título que conmueve, alertando, con la conjugación de sus palabras.
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“Sublimando el exterminio”, es el título de la muestra con que el Museo Terry se suma a la Semana de los Museos. Inaugurada este jueves, es la primera individual de Susana Benavidez, quien eligió a Tilcara para este momento importante de su carrera, cierto que con un título que conmueve, alertando, con la conjugación de sus palabras.
“Sublimando el exterminio”, una propuesta interesante en el marco en que los museos tienen sus puertas abiertas a la comunidad.
Sin más datos que aquellos, nos predisponemos a atender a la elaboración visual, que de la mano del arte promete volver entendibles hechos que suenan atroces, porque la palabra “exterminio”, ya sea en el pasado cercano de la dictadura como en el de más larga extensión en nuestra historia, carga su significado de connotaciones.
Los cuadros, colgados en las paredes de la sala Fortabat, acaso empiecen a responder en aquellos más reconocibles.
La reinterpretación de una imagen rupestre de Sapagua, en la que un hombre de a caballo pelea con otro de a pie con arco y flecha, acaso podría señalarnos un anclaje temporal de la referencia, sin embargo es el carácter de símbolos en que se yerguen las figuras las que pautan el sentido de la sublimación: ese modo de poder llegar a convivir con aquello que nos supera racional y emocionalmente.
Hay figuras calavéricas que más bien semejan ofrendas, representaciones que toman como elemento de intervención el mismo hueso humano, hay otras que son máscaras y que nos llevan a distintas latitudes de las culturas americanas.
Ignoramos cuáles objetos inspiraron a la artista, lo que en todo caso aporta a esa sensación, no de una recopilación arqueológica, sino de una reinterpretación que, desde la libertad del arte, lanza lecturas a través de culturas posibles con aires amazónicos, aztecas, incaicos.
Algunos parecen ir más allá, hundirse en pequeños fragmentos como alhajas de algún ritual arcano, instantes ceremoniales, siluetas que se posan sobre fondos de motivos abstractos que potencian su sentido, figuras donde lo humano se transmuta en ave y, extrañamente, gestos vivos en los rostros de las calaveras, motivos que, si aislados podrían llevarnos por otros pensamientos, en el marco de esta muestra se encolumnan hacia una misma sensación.
“Sublimando el exterminio” es un paseo que llama a repetirse, que se abre a diferentes interpretaciones. Una propuesta muy interesante.