¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

13°
19 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

“120 pulsaciones por  minuto”, el poder de la concientización 

Sabado, 26 de mayo de 2018 11:57


Una oportunidad magnífica tiene hoy el espectador jujeño, la de apreciar una propuesta cinematográfica excepcional que sin duda no podríamos ver sino fuera por la cartelera que semanalmente ofrece el Espacio Incaa Mercosur. Así, esta noche en la sala que funciona  en el Auditórium del Ministerio de Salud de calle Independencia casi esquina Italia proyectarán a las 20.30 el filme francés “120 pulsaciones por segundo” de Robin Campillo, ganador del Gran Premio del Jurado en Cannes y que cuenta con la actuación  del actor argentino Nahuel Pérez Biscayart, premiado en muchos ámbitos por la sobrecogedora interpretación que aquí ofrece. 
La película en primera instancia adopta un tono casi de documental para  realizar un retrato de época y exhibir el trabajo ejecutado en la década del ´90 por el movimiento Act Up Paris (del que el director formó parte) dedicado a generar conciencia sobre el Sida con intrépidas acciones combativas, en un momento donde la pandemia era considerada como una especie de castigo divino que azotaba solo a la comunidad homosexual. Ellos peleaban, por sus derechos contra el sistema político y los intereses de la industria farmacéutica. 
Luego el filme se torna más íntimo y pone el foco en los personajes en especial en Sean cuya dramática situación toca las fibras más íntimas del espectador gracias un estupendo trabajo de  Pérez Biscayart, que en escenas muy crudas exhibe la dureza de una enfermedad que avanza inclemente y lleva consigo prejuicios y rechazo. El argentino ofrece una labor profunda llena de sutilezas componiendo un personaje valiente que a pesar de todo siente  el amor, no pierde su deseo por vivir ni su sentido del humor.
La película es intensa, humana,  arrolladoramente brutal y con emotividad sin apelar golpes bajos muestra como al activismo, las acciones colectivas  sirven para generar una transformación social. 
Es una propuesta contundente con un mensaje político y social agudo, un filme que debe tenerse muy en cuenta porque opciones de este tipo en nuestra cartelera desgraciadamente no abundan.   

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla


Una oportunidad magnífica tiene hoy el espectador jujeño, la de apreciar una propuesta cinematográfica excepcional que sin duda no podríamos ver sino fuera por la cartelera que semanalmente ofrece el Espacio Incaa Mercosur. Así, esta noche en la sala que funciona  en el Auditórium del Ministerio de Salud de calle Independencia casi esquina Italia proyectarán a las 20.30 el filme francés “120 pulsaciones por segundo” de Robin Campillo, ganador del Gran Premio del Jurado en Cannes y que cuenta con la actuación  del actor argentino Nahuel Pérez Biscayart, premiado en muchos ámbitos por la sobrecogedora interpretación que aquí ofrece. 
La película en primera instancia adopta un tono casi de documental para  realizar un retrato de época y exhibir el trabajo ejecutado en la década del ´90 por el movimiento Act Up Paris (del que el director formó parte) dedicado a generar conciencia sobre el Sida con intrépidas acciones combativas, en un momento donde la pandemia era considerada como una especie de castigo divino que azotaba solo a la comunidad homosexual. Ellos peleaban, por sus derechos contra el sistema político y los intereses de la industria farmacéutica. 
Luego el filme se torna más íntimo y pone el foco en los personajes en especial en Sean cuya dramática situación toca las fibras más íntimas del espectador gracias un estupendo trabajo de  Pérez Biscayart, que en escenas muy crudas exhibe la dureza de una enfermedad que avanza inclemente y lleva consigo prejuicios y rechazo. El argentino ofrece una labor profunda llena de sutilezas componiendo un personaje valiente que a pesar de todo siente  el amor, no pierde su deseo por vivir ni su sentido del humor.
La película es intensa, humana,  arrolladoramente brutal y con emotividad sin apelar golpes bajos muestra como al activismo, las acciones colectivas  sirven para generar una transformación social. 
Es una propuesta contundente con un mensaje político y social agudo, un filme que debe tenerse muy en cuenta porque opciones de este tipo en nuestra cartelera desgraciadamente no abundan.   


 

Temas de la nota