LA QUIACA (Corresponsal) Cambiar el cuerpo, con todas las dificultades que implica asumir un nuevo género, en un contexto muy conservador dejo de ser algo imposible para Rosalinda Ancasi.
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LA QUIACA (Corresponsal) Cambiar el cuerpo, con todas las dificultades que implica asumir un nuevo género, en un contexto muy conservador dejo de ser algo imposible para Rosalinda Ancasi.
Para ello debió batallar contra los prejuicios, burocracia, papeleo, dinero, un camino de obstáculos pavimentado por la discriminación, pero tanta espera valió la pena.
El registro nacional de las personas la reconoció como una fémina más de esta comunidad norteña, por ello Rosalinda orgullosa le mostró a los medios su nueva identidad.
La Quiaca es una ciudad de casi 20 mil habitantes fundada en 1907, el tráfico es casi inexistente, y el silencio es como una cobija que protege de día y noche.
Lo único que rompe la calma son algunas circunstancias que ameritan la atención del colectivo socia porque la gente se da cuenta pasan cosas al igual que las grandes urbes, como son el derecho a la identidad de género.
Cuando nació quedo asentado como Aníbal Ancasi, pasaron largos años de un camino donde se debe tener fortaleza para soportar tantas situaciones dentro de una sociedad machista y sin empatía.
Un viejo refrán dice “no hay mal que dure 100 años”, por eso busco ayuda donde encontró respeto; oídos que la escucharon y personas que comprendieron sus temores e ilusiones.
La familia jugó un rol importante, siempre la respaldó e incluso eligieron el nombre respetando el apellido paterno.
Atrás quedaron recuerdos muy dolorosos, como la discriminación por su orientación sexual, igualmente logró salir adelante ganando un espacio porque siempre se consideró mujer.
En el día de la Virgen de Lujan, recibió el nuevo DNI que la reconoce como tal “hace dos años venía tramitando el documento para ser reconocida mujer, ojala esto haga muchos otras personas se animen a mostrarse en La Quiaca. Luche y salí adelante como mujer les agradezco a todos quienes siempre me apoyaron” dijo a El Tribuno de Jujuy.
Tener un nuevo nombre no es suficiente, ahora está el desafío de también tener el reconocimiento de instituciones y especialmente en el campo laboral, “era mi deseo; yo me reconozco mujer y solamente mujer”, aseguro Rosalinda.