Con casi 25 años de profesión, lejos esta es la nota que más me costó escribir. Porque no se trata de una noticia periodística. Es que ayer despedimos al histórico jefe de la Sección Deportes de El Tribuno de Jujuy y gran amigo, Edgar Caballero. Y su ida nos deja un vacío enorme.
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Con casi 25 años de profesión, lejos esta es la nota que más me costó escribir. Porque no se trata de una noticia periodística. Es que ayer despedimos al histórico jefe de la Sección Deportes de El Tribuno de Jujuy y gran amigo, Edgar Caballero. Y su ida nos deja un vacío enorme.
Después de 33 años en el diario, "Cabita" había mostrado el camino. No era un empleado más. Tenía un compromiso total con la empresa. Su pasión por el deporte marcaba su vida. Es más, la última vez que conversamos en la clínica me dijo textualmente: "Está muy buena la Copa Jujuy. Hay que apoyarla". Ni siquiera la enfermedad que sufría pudo con él ni con su amor por el periodismo.
Sin embargo, quienes tuvimos la suerte de conocerlo no podemos hablar de él sólo del aspecto profesional, que en realidad queda en un segundo plano. Caballero hizo honor a su apellido y la mayor virtud que tuvo fue la generosidad. Nunca se cansó de dar en todo sentido y hay mil ejemplos para recordarlo.
Edgar fue el precursor de los exitosos maratones que se corren ahora organizados por este matutino. Diagramaba la prueba, gestionaba los trofeos, buscaba el agua para los atletas y estaba feliz cada vez que terminaba la prueba en la puerta del edificio donde antes funcionaba El Tribuno de Jujuy en Belgrano y Argañaraz.
Gran futbolista e hincha de Boca Juniors, pero respetuoso tanto en la victoria como en la derrota, tenía la grandeza de saludar cada logro de un adversario estrechando su mano.
También tuvo pasión por la fotografía, inclusive antes de la "era digital", llevaba consigo una cámara para reflejar desde un accidente de tránsito hasta un bello pájaro comiendo los mangos del fondo de su casa.
Alguna vez leí cuando falleció Juan Zuanich, del diario Olé, a un compañero suyo escribir "por qué siempre se mueren los buenos". Esta frase me siguió por años y hoy, con el dolor en mi alma, tengo la posibilidad de escribirla para usted amigo lector, que seguramente la relacionará con alguien que ya no está.
Ayer, a pedido de él, se fue a la Eternidad con la chomba y la campera del diario. Todo un símbolo. Manuel, su hijo y colega, con mucha entereza, me dijo que el propio Edgar fue quien pidió estar vestido así en su última morada.
Te vamos extrañar amigo. Y no sólo "tu gente" de Deportes, como bromeamos en la Sección, sino todo el personal del diario y sobre todo quienes con mucho esfuerzo practican diferentes actividades, sabiendo que gracias a vos tuvieron un merecido lugar en este diario.