Beata Mariana de Jesús Mejía-Mejía es guatemalteca. Hace un mes, cuando entró ilegalmente a Estados Unidos buscando asilo, le quitaron a su hijo de siete años. Lo pusieron en un ómnibus junto a otros chicos. Y ella les rogó a las autoridades que se lo devolvieran. La respuesta fue bajar al chico del bus y una orden: "despídanse". Desde entonces no lo ha vuelto a ver.
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Beata Mariana de Jesús Mejía-Mejía es guatemalteca. Hace un mes, cuando entró ilegalmente a Estados Unidos buscando asilo, le quitaron a su hijo de siete años. Lo pusieron en un ómnibus junto a otros chicos. Y ella les rogó a las autoridades que se lo devolvieran. La respuesta fue bajar al chico del bus y una orden: "despídanse". Desde entonces no lo ha vuelto a ver.
La agencia de noticias AP divulgó este miércoles un audio en el que Mejía cuenta la estremecedora experiencia de aquel día, en que vio por última vez a Darwin.
Este martes, tras ser dejada en libertad bajo fianza, a la espera de que se resuelva su pedido de asilo, demandó a la administración Trump: concretamente demandó a 6 agencias federales y a 10 altos funcionarios por quitarle a su hijo.
La demanda es la primera en su tipo en el escándalo de la separación de las familias en la frontera con México.
"Solo pude hablar con él una vez y sonó muy triste. Mi hijo nunca solía sonar así, era un chico tan dinámico", dijo Mejía-Mejía mientras lloraba. "Llamo y llamo y nadie me dice dónde está". Cree que está en un centro en Arizona.
"Ahora mismo, mi único objetivo es volver a tener a Darwin entre mis brazos. Soy una mamá, y las madres luchan por sus hijos".