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Casa Terapeútica, el desafío de rehabilitarse

Asisten diariamente entre 25 y 30 jóvenes que sufren de adicciones. Realizan talleres, uno de ellos es de radio. Equipos terapéuticos los acompañan para alcanzar una recuperación y realizar distintos proyectos laborales.
Viernes, 22 de junio de 2018 00:00

Una casa de contención, testigo de historias de jóvenes que sufren de adicciones y que buscan recuperarse para tener una vida mejor, incluidos en una sociedad que muchas veces los excluye del sistema.

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Una casa de contención, testigo de historias de jóvenes que sufren de adicciones y que buscan recuperarse para tener una vida mejor, incluidos en una sociedad que muchas veces los excluye del sistema.

La próxima semana los chicos grabarían sus programas para poder mostrar al Sedronar la tarea que realizan.

Se trata de los jóvenes que asisten a la Casa Educativa Terapéutica en Forestal, cerca de 40 personas en situación de calle, con problemas de adicciones, que reconocen que deben buscar otro rumbo quizás por recuperar la familia, hijos que son el motor para algunos, y por ellos mismos buscan una salida.

Esta casa terapéutica, que si bien está alejada y no es de fácil accesibilidad, ya que son sólo dos frecuencias del colectivo urbano que llegan al lugar; pero el Ministerio de Salud de la Provincia acompaña con un transporte especial que recorre varios barrios para recoger a los chicos a cierto horario y luego regresarlos.

Se realizan terapias ambulatorias y son los chicos que en su mayoría son varones, y sobre todo "voluntariamente" deciden regresar cada día. Además de contención psicológica reciben diversos talleres que despiertan interés y algunos desarrollan proyectos.

En esta oportunidad destacamos el proyecto de radio que se implementó gracias a un convenio firmado por el Sedronar y la Universidad Nacional de Jujuy (Unju). Esa actividad generó entusiasmo en los jóvenes y la idea es grabar un programa radial, y que cuenten con su emisora, un proyecto para más adelante.

TALLERES. TRABAJAN EN EQUIPO PARA ARMAR UN PROGRAMA DE RADIO.

En la casa cuentan con una sala de grabación que podría ser acondicionada para que tengan un espacio destinado a armar programas radiales y emitirlos.

Beatriz Kindgard, Héctor Espinosa y Pablo Jerez, son los talleristas de la Unju y cuentan que en este poco tiempo de enseñarles a los chicos y buscar que les despierte interés fueron generando confianza y alcanzaron que graben audios, que se escuchen, que elaboren mensajes que sean de interés.

Relatan además que hay un compromiso que autoridades del Sedronar que lleguen a la casa a conocer la experiencia que están desarrollando y replicar en otras instituciones.

Los talleristas destacaron la iniciativa de la Unju de articular con otras instituciones y generar nuevos espacios de aprendizaje y experiencias sociales.

Héctor Espinosa, periodista, comentó que la experiencia en la Casa de Forestal es sumamente enriquecedora. "A partir de la aplicación de la dinámica del taller, nos permite interactuar con los chicos y chicas que concurren a esa institución, y que trabajen en equipo de manera que a partir de darles las herramientas para que desarrollen los programas de radio puedan además interactuar expresarse, comunicarse, jugar con la radio como medio de comunicación y expresión para ellos es importante expresarse, trabajar en el taller, intercambiar ideas, compartir el mecanismo de cómo elaborar un programa de radio. Es básicamente la experiencia de este taller y me permite bucear sobre otras experiencias que tiene que ver con estas personas que viven la problemática de las adicciones. Acercar lo que es la radio nos permite poder encontrar un espacio donde poder verse contenidos y fundamentalmente escuchados", afirmó.

 

Bajo seguimiento en  territorio hay 190 casos

ESPACIO. UNA CASA QUE BRINDA CONETENCIÓN PARA EVITAR LA EXCLUSIÓN DE CHICOS.

Silvina Kingard es la responsable de la Casa Educativa Terapéutica de Forestal que en los últimos meses tuvo un promedio de 25 a 30 chicos por día, y el seguimiento en territorio arroja el dato de 190 casos que asiste el equipo terapéutico.

El grupo está integrado por psicólogos, trabajadores sociales, educadores para la salud, agentes sanitarios y talleristas de distintos rubros.

Si bien es difícil el acceso en transporte público, es por ello que el Ministerio de Salud apoya con transporte. Se trata de dos trafics: una sale de plaza de los Inmigrantes a las 8.30 y otra de la plaza Belgrano recorren los barrios El Chingo, San Isidro, Malvinas, todos los días y a las 18.30 los busca y los regresa.

"El transporte ayuda muchísimo porque hay dos colectivos diarios a Forestal es por ello que podemos sostener más la presencia de los chicos con la ayuda del transporte. Este último tiempo creció la demanda", dijo. Acotó que "el trabajo en territorio es importante porque trabajan en red con los puestos de salud de los distintos barrios para realizar el seguimiento y saber si el tratamiento se interrumpió. A veces los chicos consiguen un trabajo y dejan de venir y corroboramos".

La responsable comentó que están a la espera de la conexión de un teléfono fijo e internet para acceder a otras actividades y mejorar la conectividad con la gente y con otros servicios sanitarios.

Las edades van desde los 15 hasta los 40 años, la gran mayoría es de 18 a 25 años, "buscamos generar proyectos productivos que les permita una inserción laboral, es la parte fundamental del tratamiento que ellos puedan integrarse. La mayor parte de los casos de consumo están asociados a la exclusión".

La casa cuenta con una huerta, además hay un equipo que se encarga del área educativa y también hacen el seguimiento de esa trayectoria escolar. "El tratamiento que realizamos está basado en la inclusión educativa, laboral que es el pilar. El equipo de psicólogos está para contener con tratamientos individuales".

 

El trabajo de los operadores

En este espacio terapéutico actualmente son seis operadoras que acompañan a los chicos en las actividades, a ayudar y reinsertarlos en la sociedad que regresen a la escuela, incluirlos en un área de trabajo.

Las edades varían, van de 13 hasta más de 40 años.

Las necesidades son: ropa porque muchos chicos están en situación de calle. En la Casa reciben tres comidas diarias: desayuno, almuerzo y merienda.

Hay chicos constantes, días que se presentan 30 o más para recuperarse, aún así se les hace un seguimiento.

Los martes, el equipo se dirige donde está la mayor población por ejemplo San Francisco de Álava (Azopardo). "Los buscamos, conversamos con ellos para ver si quieren volver y que sepan que las puertas están abiertas y que siempre hay una oportunidad para ellos" cuenta Sofía García, una de las operadoras. "Le llevamos comida en esas ocasiones, porque consumen, no se alimentan, no se higienizan". Trabajan con un psicólogo y un operador para acompañar a ese chico y cada uno trabaja para reinsertarlo. "Si bien la mayoría son varones, cuentan que hay chicas pero muchas son mamás y les cuesta mucho más llegar".

Los talleres les generan muchas expectativas, aprender y es muy bueno porque es una manera de incluirlos desde otro punto de vista. "Ellos buscan que la sociedad los vea desde otro lugar, la sociedad los condena y los juzga y no valora que ellos buscan dejar esa vida".

Los chicos por la tarde tienen Bachillerato a distancia.

"Los lunes son difíciles, es una prueba de fuego para ellos", relata, antes hacían excursiones los sábados para conocer lugares. "Nos cuesta económicamente, la propuesta está hecha, nos faltaría movilidad".

La Casa Terapéutica depende del Ministerio de Salud quien sostiene las actividades. "Con los talleres realizamos varieté apostamos al arte para que los chicos se entusiasmen y recaudan fondos para otras actividades".

 

La opinión

Miguel Angel Espada

“Estoy hace dos meses en la Casa, llegue a través de la Fundación Manos Abiertas, estaba en situación de calle y gracias a una amiga me comentaron de la Casa de Forestal, los talleres que se hacen. Vine a ver y me quede.  No podía salir de la adicción del alcohol y estoy acá con la frente alta, y se puede mejorar. Estoy haciendo todos los talleres posibles para salir adelante. Me gusto el taller de radio, la locución y me entusiasma.

La casa funciona de lunes a viernes y a veces los compañeros no vienen, algunos no tienen voluntad de  decir “yo quiero salir adelante”, y eso lo veo difícil al ver a ellos que no ponen voluntad. 

Me alienta mucho que me apoyen los psicólogos, los operadores, ayuda bastante

Tengo familia, pero por mi adicción al alcohol me tuve  que apartar, no les gustaba mi personalidad, discutíamos mucho por el alcohol y eso me llevo a la situación de calle.

Hoy me veo solo, encuentro más que contención en esta casa, es como una segunda familia. Hablo con los compañeros  que no salgan los fines de semana, que vengan seguido pero depende de ellos.

Lautaro Villena

“Soy de barrio El Chingo, estoy por consumo de pasta base, marihuana y merca. Desde noviembre estoy acá, me siento mejor. Antes consumía del unes a lunes, hoy consumo de vez en cuando los fines de semana, pero tranqui. Me gustaría dejar la pasta base porque hace perder muchas cosas en la vida con la familia.

En la Casa terapéutica me sumo a todo, en teatro, coro, cocina, lo que más me llama la atención el boxeo y cocina.

Mi familia ahora me tiene un poco mas de confianza porque les demostré un poco de avance en el tratamiento que estoy haciendo. Antes no me hablaban, me hacían de menos como que era la oveja negra de la familia. Ahora estoy bien, veo a mis hermanos, somos seis y dos estamos en la calle con el tema del consumo.  Mi hermano es menor, me gustaría sacarlo adelante; pero se deja llevar por la droga.  Este centro de rehabilitación se abrió para eso para poder salir adelante.

En los barrios hay mucho consumo, en Punta Diamante está podrido de pasta base. Con la policía tuve problemas pero tranqui. El tema del consumo está muy feo, yo  consumo desde los 12 años y hoy tengo 21.

Empecé por problemas de mis viejos, muchas discusiones, empezamos a crecer, salíamos, mi viejo no nos ayudaba y ahí empezamos a consumir. A los 13 ya estaba mal, mi vieja sabía nos decía y no nos importaba. Nos hicimos rebelde, yo recaí mal un año y medio estuve en otros lugares y después bien para acá. Mi idea es dejar el consumo y volver a recuperar lo que tenia, encontrar a alguien que me ayude a salir y hacer familia una casa y un trabajo.

Los talleres me llaman la atención y a veces salen vocaciones para esto, hay muchos pibes que tienen ganas y son inteligentes y pueden salir, hay que ayudar.

Ricardo Villanón

“Estoy acá hace un mes en la comunidad, llegue gracias a un muchacho del barrio que él estaba acá y cansado de la vida que tenia, le pregunte si podía venir, acá estoy. Me dijo que no había que pagar pasaje y me sume. Me gusta esto, Consumo pasta base, cocaína y alcohol una cosa lleva a la otra, consumo desde los 20 años tengo 43. Un tiempo si otro no, no es una cosa fácil de dejar pero tampoco es imposible. En realidad todos dicen que con fuerza de voluntad pero la verdad, no todos reaccionamos de la misma manera, todos tenemos nuestros mecanismos de huir a los problemas. Por mi hijo de 9 años estoy tratando de salir adelante.

Este tiempo de estar acá me siento bien, tengo mis recaídas emocionales que por ahí me dan ganas de bajar los brazos. Por ejemplo el fin de sema fue de terror. Son desafíos permanentes y sigo adelante por mi hijo.

Los talleres me tiene ocupado, el de radio es muy bueno, hay otras actividades de manera de tener la cabeza ocupada y no pensar en el consumo.