Apareció Lionel Messi, la Selección Argentina fue otra. En el primer tiempo mostró solvencia defensiva y gran volumen de juego. Es así que con Ever Banega en la generación y principal socio del 10, puso una pelota de antología para que el astro argentino, y el del Barcelona la bajó y la cruzo.
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Apareció Lionel Messi, la Selección Argentina fue otra. En el primer tiempo mostró solvencia defensiva y gran volumen de juego. Es así que con Ever Banega en la generación y principal socio del 10, puso una pelota de antología para que el astro argentino, y el del Barcelona la bajó y la cruzo.
Argentina, se floreaba en el primer tiempo. Nigeria completamente esterilizado, sin generar peligro.
El partido transcurrió de esa forma, con permanentes desbortes de Enzo Pérez y Di María, y con una defensa que anticipó cada pelota que iba en dirección de los delanteros africanos.
A partir de los 30' del primer tiempo, Nigeria intentó imponer su juego, si bien no generó peligro, se adueñó de la pelota e incomodó al mediocampo nacional con la aparición de Musa y Obi Mikel.
El segundo tiempo fue muy distinto. Inició con un corner para Nigeria, agarrón dentro del área de Mascherano, y el árbitro cobró penal. Moses lo cambió por gol.
El gol de las águilas verdes cayó como un baldazo de agua fría, generó mucha confusión entre los jugadores de la albiceleste.
Nigeria se adueño de la pelota, con un par de llegadas que fueron providencialmente desactivadas por el arquero Franco Armani.
Luego de unos minutos, con el ingreso de Cristian Pavón por Enzo Pérez, Argentina ganó soltura, pero seguía sin tener claridad claridad.
Todo parecía diluirse cuando Rojo cabeceó una pelota dentro del área propia y rebotó en su brazo, ya que los nigerianos reclamaban penal, pero el árbitro, VAR mediante, señaló que no fue intencional.
Ya en campo de juego con Maximiliano Meza y Sergio Agüero por Di María y Tagliafico, respectivamente, el equipo dirigido sumó gente al ataque y empezó a generar presión.
Pero fue recién en el minuto 88', cuando Gabriel Mercado envió un centro al corazón del área, y con maestría, con derecha, fue el propio Marcos Rojo el que la clavó de primera en el fondo de la red, y puso 2 a 1 al equipo argentino.
Los más de 25.000 hinchas deliraron, prácticamente no hubo tiempo para más, y Argentina nuevamente, pasó a octavos de final.