La comunidad de San Pedro, especialmente de algunos barrios nuevos y viejos de la ciudad, han manifestado su preocupación por el alarmante crecimiento del narcomenudeo o venta de droga en diferentes sectores de la perla del ramal y las irreversibles consecuencias que la "pasta base" provoca en cientos de jóvenes y adolescentes sampedreños.
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La comunidad de San Pedro, especialmente de algunos barrios nuevos y viejos de la ciudad, han manifestado su preocupación por el alarmante crecimiento del narcomenudeo o venta de droga en diferentes sectores de la perla del ramal y las irreversibles consecuencias que la "pasta base" provoca en cientos de jóvenes y adolescentes sampedreños.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades estatales y de la Brigada de Narcotráfico, dependiente de la Policía de la Provincia, en la realización de actividades de prevención o en la concreción de operativos de allanamiento para cerrar bocas de expendio de drogas, lo que se hizo hasta el momento no parece ser suficiente.
“Cierran una y se abren diez” manifestó un vecino del Barrio Néstor Kirchner, donde no hace mucho tiempo se detuvo a una mujer que utilizaba su domicilio para la distribución de pasta base y otras sustancias.
Este sector y Barrio 4 de diciembre, en el mapa del narcomenudeo son, de acuerdo a los propios vecinos, los lugares más visitados a la hora de la venta y el consumo de sustancias toxicas.
El paredón de la fábrica de dulces, es en la película de la drogadicción, el lugar donde se repite diariamente la penosa escena, protagonizada por jóvenes que al igual que "zombies" deambulan buscando su dosis de "paco". Los famosos "papelitos", los encendedores rotos, las "pipas" de caños de aluminio o bronce, son los resabios de una enfermedad social que está haciendo estragos en muchas familias sampedreñas.
“La mercaderes de la muerte, están hipotecando el futuro de nuestros hijos por unos mangos mal habidos” coincidieron un grupo de madres que sufren el drama de las adicciones en sus hogares. Antes no era tan común escuchar o ver personas consumiendo o vendiendo drogas. Ahora como un secreto a voces, se saben los lugares de venta y de consumo. Lo que un tiempo atrás era una actividad oculta o clandestina, hoy se muestra sin reparo a la luz del día.
“Aquí en el barrio 9 de Julio venden a cualquier hora. Los chicos vienen desesperados y entregan cualquier cosa con tal de llevarse la dosis”, afirmó una mujer. Que a su vez relató el drama que vive con su propio hijo que por estar sumido en el mundo de las drogas, "ha perdido la conciencia, no respeta nada y me ha robado todo lo que tiene en su casa para seguir drogándose", dijo.
“Hay mucha gente enferma que debe ser asistida. Sabemos que se está buscando la forma de tratarlos y recuperarlos, pero los tiempos del Gobierno no son los de los papas de jóvenes adictos” sostuvo una joven madre.
La justicia y la policía actúan y detienen a los "dealers", pero ellos entran por una puerta y salen por la otra. ¿Cuándo van a detener a los verdaderos narcotraficantes? Esos que meten la droga en nuestro país y en nuestro querido San Pedro y que cada día son más millonarios. Preguntas que las familias de muchos padres de la Perla del ramal se vienen haciendo desde hace tiempo.
Preguntas que no encuentran respuestas, ante el avance indiscriminado de la droga en toda la ciudad. Que para peor de males, todos los días se cobra una nueva víctima, llevándolos a la desesperación, la delincuencia y hasta la prostitución. Teniendo como destino inevitable la muerte.