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Si puede salir mal, saldrá mal

El público de nuestra ciudad disfrutó con una entretenida comedia en la sala mayor del teatro Mitre.
Jueves, 07 de junio de 2018 00:00

El domingo el público jujeño tuvo la oportunidad de apreciar en del teatro Mitre la obra "Como el culo", una propuesta disparatada que apuesta al humor físico y a satirizar el teatro mediante un grupo de actores amateurs que presentan en escena una historia policíaca clásica y en la que se cumple la famosa "Ley de Murphy" que dice: "si puede salir mal, saldrá mal".

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El domingo el público jujeño tuvo la oportunidad de apreciar en del teatro Mitre la obra "Como el culo", una propuesta disparatada que apuesta al humor físico y a satirizar el teatro mediante un grupo de actores amateurs que presentan en escena una historia policíaca clásica y en la que se cumple la famosa "Ley de Murphy" que dice: "si puede salir mal, saldrá mal".

El código de la puesta se establece apenas los espectadores se ubican en sus butacas, y los que parecen técnicos acomodando la escenografía son en realidad actores que inician la acción. Sonoros martillazos, una repisa que se cae, una puerta que no abre, elementos perdidos, son el anticipo de lo que vendrá: una seguidilla de hilarantes equívocos que el público festejó con risas y aplausos. El elenco vocacional ficticio hace lo posible por sortear los terribles inconvenientes y terminar una puesta vinculada a un asesinato en una mansión donde todos son sospechosos. Una vez que el mecanismo comenzó a funcionar fue imposible detenerlo, el show tenía que continuar, aunque la utilería, las luces, la música, los diálogos y los personajes vayan cambiando inesperadamente para dar lugar a las más hilarantes improvisaciones.

Gonzalo Urtizberea es el muerto, paradójicamente uno de los personajes más activos provocando risas constantes con sus cómicos desatinos. Víctor Laplace es el mayordomo desubicado e incapaz de remontar con habilidad los problemas. Fabián Gianola es el director de la propuesta y el inspector en la trama y recurre a todo de lo que es capaz para llegar a la última escena. Gustavo Garzón pone todo su talento en encarnar a un pésimo actor incapaz de retener la letra o decirla correctamente. Paker, es el intérprete grandilocuente que hace lo posible por lucirse con pésimos resultados. Miriam Lanzoni es la actriz invitada, y dentro de la obra sufre tantos cómicos contratiempos que es suplida por Tamara Garzón, la utilera, quien seducida por las luces hace de todo para ocupar su lugar, un lugar que también consigue el técnico encarnado por Fabián Rendo, que debe hacer un reemplazo de emergencia.

El delirio es absoluto y la pieza entretiene aunque la fluidez en la sucesión de accidentes no se apreciaba del todo natural.

Sin embargo el público disfrutó. Todo estuvo al servicio de la risa fácil y la platea encontró lo que esperaba una comedia graciosa, con muy buen ritmo y acertadas actuaciones.

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