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Elogio de la jujeñidad

Jueves, 19 de julio de 2018 22:38

El presidente del estado Plurinacional y Multicultural de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma, recibiría la distinción académica más alta que puede otorgar la Universidad Nacional de Jujuy: ser declarado Doctor Honoris Causa.

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El presidente del estado Plurinacional y Multicultural de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma, recibiría la distinción académica más alta que puede otorgar la Universidad Nacional de Jujuy: ser declarado Doctor Honoris Causa.

La etimología formal define que Honoris Causa es una locución latina cuyo significado es "por causa de honor", una cualidad que conduce a uno al cumplimiento de sus deberes, respeto a sus semejantes y asimismo, es la buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones de servicio, las cuales trascienden a las familias, personas, instituciones y las acciones mismas que se reconocen. Es un alto honor para personas de testimonio social, reconocido e intachable.

En la mayoría de los casos, esta locución es antecedida por el término "doctor". Tal definición debería bastar para justificar las razones que llevaron al decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unju. doctor César Arrueta, a proponer la alta distinción al primer mandatario boliviano.

Sin embargo, hay una razón tanto o más poderosa que avala la propuesta: se trata de una cuestión de jujeñidad.

Evo Morales, como tantos niños de familias bolivianas, llegó a Jujuy cuando sus padres cruzaron la frontera por La Quiaca, para entregarse a la durísima tarea de zafreros cortadores y peladores de caña, buscando en la condición de peones golondrinas, el sustento para el grupo familiar.

Aquí, el niño Evo concentraba en sí a dos universos: el primero de las sufridas y desarraigadas colonias de trabajadores bolivianos que habitaban los lotes de los ingenios azucareros, que llegaban trayendo su cultura, sus dioses lares, sus tradiciones; el segundo, el mundo que Argentina le ofrecía en la humilde escuelita primaria de Calilegua, donde con su grupo de compañeros y nuevos amigos, compartió la enseñanza de las primeras letras y números, y el aprendizaje de una historia distinta, hija del sincretismo, que sin ser la de su país natal, fue sin embargo, tan auténtica, tan igual y entrañablemente propia.

La vida lo devolvió a su tierra, al Chapare vegetal y contradictorio, y el joven se convirtió en cocalero, en dirigente social y sindical.

Diputacía y presidencia

Ya convertido en "El Evo" desafiando al rígido establishment de la sociedad boliviana, accedió a una diputacía y años después se convertiría en el primer presidente indígena de América.

Lejos de terminar allí, la primera magistratura fue un punto de partida, para la recuperación de la dignidad nacional, la lucha contra la pobreza, la discriminación, la falta de empleo, el acceso a la educación y a la salud de las multitudes históricamente postergadas.

La síntesis fue haber logrado instalar en el 2006 una matriz moderna, diferente y plural con la aprobación de una Constitución Nacional que consagró a Bolivia como estado plurinacional y multicultural.

El logro definitivo contra la discriminación, la segregación y la exclusión en un país con decenas de etnias aborígenes en las que sobreviven sus propias legislaciones ancestrales, sus idiomas y una cosmovisión tan rica como deslumbrante.

Entendió el decano Arrueta, que por todo eso, y mucho más, "El Evo", representa a cientos o miles de "Evos" que llegaron a Jujuy desde Bolivia a aportar su esfuerzo, a dejar con humildad y sacrificio un granito de arena que no sólo engrandeció esta patria adoptiva, sino que contribuyó a desdibujar el límite caprichoso de las fronteras, y a fundir las culturas y las costumbres enriqueciendo el perfil de la rica personalidad de los jujeños, habitantes del corazón del centro oeste de América Latina. Muchos de aquellos niños se quedaron en Jujuy, y hoy, son los mayores, abuelos y padres, laboriosos albañiles y carpinteros, sastres incomparables, excelentes músicos y mejores cocineros, trabajadores perseverantes, que alumbraron nuevas generaciones de docentes, investigadores, técnicos, profesionales y artistas que hoy constituyen orgullosamente un enorme porcentaje de esta sociedad también plural y multicultural de hoy, aunque a algunos todavía les cueste reconocerlo con la hidalguía y la gratitud que merecen. Evo, es el símbolo y emblema de esa evolución e integración de la sociedad. Una comisión ad hoc de notables académicos designada por el Consejo Académico de la Fhycs, integrada por los doctores Ana Teruel, Max Agüero, Gabriela Karasik, Liliana Bergesio y Omar Jerez, trabaja en la evaluación y redacción de los antecedentes para designar Doctor Honoris Causa al presidente de Bolivia.

Posteriormente se elevarán esas conclusiones a consideración del Consejo Superior de la Unju. Entonces, se podrá rendir el homenaje al auténtico líder político y social, que cambió la historia de su país y se convirtió en un ícono de los liderazgos populares que construyen la gran nacionalidad americana con la potencia de las convicciones que llegan desde muy abajo a lo más alto. Y en el caso que nos ocupa, cuando la Universidad Nacional de Jujuy convierta a Juan Evo Morales Ayma, en Doctor Honoris Causa, habrá realizado también, sin lugar a dudas, un elogio de la jujeñidad.