La decisión del Tribunal de la causa de “Pibes Villeros”, de prohibir que la prensa pueda participar de las audiencias, constituye un verdadero atentado a las libertades de prensa y acceso a la información. La causa, sin duda una de las más esperadas en la historia de Jujuy, que ventilará gran parte de las denuncias de una supuesta y gigantesca trama de defraudación al Estado y desvío de fondos públicos de toda una década, finalmente se desarrollará sin periodistas. Las razones de la decisión -que publica El Tribuno en esta página-, aparecen insuficientes y pueriles. Y constituyen una falta de respeto al periodismo de Jujuy y de todo el país.
Surge inmediatamente la pregunta obvia:¿A qué o a quién se pretende proteger? ¿Por qué se avasalla un derecho constitucional y se contradice el espíritu y la esencia del juicio oral? ¿Por qué se expone a que una causa tan emblemática en la vida provincial se maneje por chismes, suposiciones y versiones, en vez de garantizar el acceso directo a la información? ¿Es necesaria casi una intimidante cincuentena de efectivos policiales dentro del recinto? Lamentable decisión tóxica e irracional para con el sistema republicano que precisamente la Justicia debe defender y jerarquizar.
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La decisión del Tribunal de la causa de “Pibes Villeros”, de prohibir que la prensa pueda participar de las audiencias, constituye un verdadero atentado a las libertades de prensa y acceso a la información. La causa, sin duda una de las más esperadas en la historia de Jujuy, que ventilará gran parte de las denuncias de una supuesta y gigantesca trama de defraudación al Estado y desvío de fondos públicos de toda una década, finalmente se desarrollará sin periodistas. Las razones de la decisión -que publica El Tribuno en esta página-, aparecen insuficientes y pueriles. Y constituyen una falta de respeto al periodismo de Jujuy y de todo el país.
Surge inmediatamente la pregunta obvia:¿A qué o a quién se pretende proteger? ¿Por qué se avasalla un derecho constitucional y se contradice el espíritu y la esencia del juicio oral? ¿Por qué se expone a que una causa tan emblemática en la vida provincial se maneje por chismes, suposiciones y versiones, en vez de garantizar el acceso directo a la información? ¿Es necesaria casi una intimidante cincuentena de efectivos policiales dentro del recinto? Lamentable decisión tóxica e irracional para con el sistema republicano que precisamente la Justicia debe defender y jerarquizar.