¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

26°
28 de Marzo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Tras 22 años, el jujeño que estaba desaparecido disfruta del calor de su familia

Tras 22 años logró reencontrarse con su familia, y hoy está en su Santa Clara natal. 
Lunes, 30 de julio de 2018 17:01

Tras largas horas de viaje y de kilómetros recorridos, Luis Alfredo Cazón, el jujeño que estuvo perdido en la provincia de Mendoza por 22 años, arribó en los primeros minutos de la madrugada del domingo a la localidad de Santa Clara, su tierra natal, ubicada en el departamento Santa Bárbara de la provincia de Jujuy. La humilde vivienda del nuevo asentamiento El Milagro, se vio colmada por muchos corazones que aguardaban ansiosos el retorno de Luis,  entre ellos, el de su madre Francisca Solana Ortiz. Minutos después de la medianoche, en el auto de sus tíos, Luis llegó a casa, y emocionado se fundió en un abrazo con su madre, en ese abrazo que ambos esperaron por 22 años.  Toda la familia, hermanos, sobrinos, cuñados, tíos, amigos, celebraron la llegada de Luis, que siendo un adolescente partió a trabajar en la cosecha de uva y perdió todo contacto con su familia y regresó siendo un hombre de 38 años.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Tras largas horas de viaje y de kilómetros recorridos, Luis Alfredo Cazón, el jujeño que estuvo perdido en la provincia de Mendoza por 22 años, arribó en los primeros minutos de la madrugada del domingo a la localidad de Santa Clara, su tierra natal, ubicada en el departamento Santa Bárbara de la provincia de Jujuy. La humilde vivienda del nuevo asentamiento El Milagro, se vio colmada por muchos corazones que aguardaban ansiosos el retorno de Luis,  entre ellos, el de su madre Francisca Solana Ortiz. Minutos después de la medianoche, en el auto de sus tíos, Luis llegó a casa, y emocionado se fundió en un abrazo con su madre, en ese abrazo que ambos esperaron por 22 años.  Toda la familia, hermanos, sobrinos, cuñados, tíos, amigos, celebraron la llegada de Luis, que siendo un adolescente partió a trabajar en la cosecha de uva y perdió todo contacto con su familia y regresó siendo un hombre de 38 años.

“Estoy feliz, tengo a mi hijo en la casa, a mi lado, yo pensaba que nunca volvería, cada vez que viajaban a la cosecha, pedía a todos que lo buscaran, sólo quería saber si estaba bien, pero nunca nadie supo de él. Una vez me dijeron que se había casado, que tenía hijos, una familia, pero no había sido verdad. Lamento todo lo que tuvo que pasar, ahora estará aquí conmigo, lo cuidaré y como dijeron las doctoras seguirá con su tratamiento”, dijo su madre Francisca Ortiz.

Por su parte Luis, un tanto reacio,  se limitó a hablar poco, hasta que luego de compartir un momento, tomó confianza y habló de la emoción que sintió al llegar a su casa, al encontrar a su madre, a sus hermanos, a su familia. “Estoy muy feliz, muy emocionado, es un milagro, para mí es un milagro, todavía me cuesta creer, me veía tan sólo, sin nada, sin nadie y comencé a caer,  siempre terminaba en el hospital, donde me ayudaron mucho. Ellos  buscaron a mi familia, estoy muy agradecido”, dijo mientras tenía todavía la mirada baja y el ceño un tanto fruncido.   Y era comprensible, porque cuando se ha estado en contacto con la angustiante soledad, sin un hogar donde encontrar el calor de una familia, surge la imperiosa necesidad de revestirse con una coraza  buscando de algún modo un poco de auto protección y la desconfianza, el miedo va en aumento y hasta la sonrisa desaparece del rostro. Y esa fue la realidad de Luis, que vivió por años en la calle y ante cada recaída era trasladado por la policía hasta el hospital Neuropsiquiátrico El Sauce, ubicado en el departamento de Guaymallén  en la provincia de Mendoza.

Ahora sólo resta que de a poco, Luis  se sienta integrado a la familia, que pueda encontrar la contención que buscó por años, que continúe el tratamiento ambulatorio con un médico psiquiatra y que salga  a caminar sin miedo por las calles de su  pueblo, seguro de que ahora tiene un hogar adonde regresar, ese hogar que tanto buscó por años, mientras en la más absoluta soledad, dejaba atrás su adolescencia y su juventud.

Luis ya está en casa, compartimos una historia que tuvo un final feliz, porque corazones solidarios, entregados a su vocación de servir, hicieron posible el milagro del reencuentro.

 

La emoción de los profesionales de El Sauce

En diálogo con nuestro diario, la médica psiquiatra del hospital El Sauce Natalia Ponce, compartió la emoción que hubo en el hospital por el reencuentro de Luis con su familia, en ese sentido, indicó que el Servicio A, es uno de los que tiene pacientes de más larga permanencia y que lograr un reencuentro y una familia  tan predispuesta a que lo reciban,  no es lo más frecuente. “En muchos casos la familia abandona a los pacientes, le cierran las puertas, no nos contestan el teléfono  y hasta llegan  a estigmatizar al paciente.   Buscamos a la familia  de Luis, con muy pocas ilusiones, porque uno piensa que habiendo transcurrido 22 años, lo  más probable es que no lo hayan buscado, pero nos encontrarnos con esto, con el video que pudimos ver de la mamá y entendimos que es de una zona muy rural y  que tenía pocos recursos, pero evidentemente nos ha desbordado  de emoción, el hecho de ver que aún con pocos recursos, hayan movido cielo y tierra para venir, esto no es para nada frecuentes. Tenemos  pacientes con familias que residen en el propio Guaymallén donde está el hospital y no nos abren las puertas  ni nos atienden el teléfono”, comentó la profesional.

Acotó que fue emocionante encontrar a la familia y que lo hayan estado esperando todo este tiempo,  apuntando que fue un logro muy lindo para todos. “Con Nadia Alonso,  fuimos el equipo de Luis, pero también tuvo otros en las sucesivas internaciones  y se movieron mucho para encontrar  a la familia sin que pudieran hacerlo. Nos reuníamos con el jefe de Servicio Rodrigo Alcalde todas las semana y compartíamos ideas de cómo podíamos buscar. La mayoría de los profesionales  en el hospital buscamos las formas para que el paciente vuelva a su entorno, para que siga su vida,  para que no esté estigmatizado y la mayoría de las veces nos encontramos con un portazo,  pero con Luis fue muy lindo”, dijo tras resaltar el gesto del periodismo mendocino que pidió ayuda y comenzó una movida solidaria para ayudar a solventar el gasto que demandaría el regreso a Jujuy.