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29 de Marzo,  Jujuy, Argentina
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Declaró la madre de un estudiante desaparecido

Organismos de Derechos Humanos acompañaron a Enriqueta Narváez. Los imputados, algunos, estuvieron en la sala.
Viernes, 06 de julio de 2018 00:00

Enriqueta Narváez hizo escuchar su voz ayer ante el Tribunal Oral Federal de Jujuy, a 42 años de la desaparición de su hijo, Hugo Narváez. A sus 94 años relató con mucha valentía lo que padeció en la búsqueda de su hijo, junto a su marido.

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Enriqueta Narváez hizo escuchar su voz ayer ante el Tribunal Oral Federal de Jujuy, a 42 años de la desaparición de su hijo, Hugo Narváez. A sus 94 años relató con mucha valentía lo que padeció en la búsqueda de su hijo, junto a su marido.

Hugo Narváez tenía 23 años, había sido estudiante de la Escuela Normal de Libertador General San Martín y estudiaba en la Universidad Nacional de Tucumán. Fue secuestrado el 17 de julio de 1976, era el día de su cumpleaños y fue sacado junto a sus amigos Juan Jarma, Rubén Molina y Juan Cabrera, entre otros, de una peña en Tucumán. Desaparecieron 19 jóvenes, a dos de ellos los sacó de un departamento una patota que los encañonó y les preguntó por los otros estudiantes.

Enriqueta en varias partes de su relato destacó la cobardía de los represores. Recordó que un hombre - del Servicio de Inteligencia se le presentó y le dijo todo sobre su familia, qué hacían, trabajo, y que su hijo estaba en el RIM 20. Después se enteró que lo habían llevado al Centro Clandestino de Guerrero.

Nombró al excomisario Ernesto Jaig, quien le dijo que "tenía toda la información sobre su hijo" y que por plata se lo entregaría. "Vendí todo y no me lo entregaron".

Nombró al imputado Jones Tamayo, que mientras torturaba a los chicos en Guerrero, su hermano médico le salvaba la vida a la hija del represor. Así también Enriqueta destacó que en Guerrero realizaban retiros espirituales (casa del Obispado), mientras torturaban a los chicos. Un soldado que había desertado le contó que en Guerrero, Jones Tamayo y el obispo Miguel Medina torturaban; "los llamaban por número, les daban de comer por la madrugada cebolla y repollo, y sacaban colchones ensangrentados al sol. No se qué tiempo estuvieron allí", dijo en la audiencia.

En otra parte de su declaración dijo que no fue al RIM 20 a buscar información porque a las madres las maltrataban. Ella junto a su marido buscaron a su hijo por todo el país. En 1977 se fueron a vivir a Buenos Aires cerca del Ministerio del Interior para averiguar, participó de marchas y de todo lo que sucedía con los desaparecidos. "Estoy orgullosa de mi hijo", expresó.

Al finalizar, señaló la foto de su hijo: "Ese es mi hijo. No era una mierda, ladrones, muertos de hambre".

Hubo un pedido de la defensa al tribunal; en la sala hubo insultos. Es por ello que el TOF por unanimidad resolvió que las partes procedan respetuosamente, y ante un hecho que altere el orden, el juez desaloje la sala. Próxima audiencia, el 6 de agosto.

Repudian pintadas a favor de dictadura

REPUDIO. APARECIERON PINTADAS OFENSIVAS EN CALILEGUA

La 34º Marcha de los Apagones del Terror se realizará el 19 de este mes entre Calilegua y Libertador, organizada por Madres de Detenidos-Desaparecidos del departamento Ledesma. La tradicional marcha es para recordar la semana del 20 al 29 de julio de 1976, cuando ocurrieron los apagones y los secuestros de 400 estudiantes, dirigentes y trabajadores en Libertador, Calilegua, El Talar y de los cuales aún 33 permanecen desaparecidos.

A esta marcha adhieren varios organismos de derechos humanos, sindicatos, estudiantes, etc.

Repudio

Ayer aparecieron en Calilegua pintadas prodictadura, que para muchos ofenden la memoria de detenidos-desaparecidos de esa amplia zona del Ramal. Pintadas que coinciden con un lugar emblemático del Terrorismo de Estado que entre 1976 y 1983 sembró el horror en todo el país.