TILCARA (Corresponsal) Maimará, como Humhauaca, tienen por patrona a la Candelaria, a la que celebran el 2 de Febrero, y en ambas se desfila para el 9 de julio. El desfile maimareño tiene el encanto de ese apego al terruño que enriquece al patrio, dándole un tinte especial, entrañable. Los alumnos de la Escuela Técnica lo hacen con uniforme de trabajo, para orgullo de sus padres y de su pueblo, y las jubiladas, con sus ropas de paisanas, saludan el aplauso del público con el pañuelo de la zamba.
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TILCARA (Corresponsal) Maimará, como Humhauaca, tienen por patrona a la Candelaria, a la que celebran el 2 de Febrero, y en ambas se desfila para el 9 de julio. El desfile maimareño tiene el encanto de ese apego al terruño que enriquece al patrio, dándole un tinte especial, entrañable. Los alumnos de la Escuela Técnica lo hacen con uniforme de trabajo, para orgullo de sus padres y de su pueblo, y las jubiladas, con sus ropas de paisanas, saludan el aplauso del público con el pañuelo de la zamba.
De la Escuela Normal, de la vecina Tilcara, participan sobre todo los alumnos de Maimará con ese paso propio de quien pertenece al pago, y así se suceden los niños de los jardines, los Centros Gauchos en sus monturas, bomberos, scouts, policía, sin olvidar que las canciones patrias fueron ejecutadas por la Orquesta Infanto Juvenil de la localidad, ni que tras los discursos de las autoridades, niños de la escuela Padilla recitaron, con ropas de época, sus glosas ante el mismo micrófono.
Para la tarde, el festival folclórico, pero antes, en stands en torno a su plaza, tras haber agotado las porciones de repostería, los sabores que de alguna manera también simbolizan a la patria: humitas, empanadas, tamales y, especialmente, el locro. Porque los platos criollos, como la escarapela en los sacos, son también protagonistas de la celebración de la Independencia.