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Un joven muere aplastado por un muro

El hecho se registro en el interior de la Iglesia Evangélica de esta ciudad, que se vio totalmente conmocionada con la noticia. "Raperito" era un pintoresco personaje del pueblo y sumamente querido. 

Sabado, 25 de agosto de 2018 20:39

TILCARA (Corresponsal). Un trágico accidente conmocionó a esta comunidad al conocerse la muerte de un querido personaje de entre 18 y 20 años de edad, que solía transitar las calles de esta villa veraniega acompañado de su grabador y su música preferida.

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TILCARA (Corresponsal). Un trágico accidente conmocionó a esta comunidad al conocerse la muerte de un querido personaje de entre 18 y 20 años de edad, que solía transitar las calles de esta villa veraniega acompañado de su grabador y su música preferida.

“El Raperito”, tal como se lo conocía, dejó de existir en la tarde del sábado cuando jugaba en el interior de una propiedad ubicada en pleno centro de esta ciudad, como consecuencia de las lesiones sufridas, después de ser aplastado por un muro que le cayó encima.

De acuerdo a la información proporcionada por fuentes policiales el hecho se habría producido cuando “El Raperito” no habría advertido que el muro no contaba con la seguridad necesaria, y aparentemente habrían estado solamente puestos los adobes sin contar con ningún tipo de adhesivo.

Fuentes policiales informaron que pese a los esfuerzos realizados por el personal que rápidamente pudo retirarlo del lugar, el muchacho habría perdido la vida antes de llegar al hospital local “Salvador Mazza”, donde el equipo médico habría diagnosticado que el deceso se produjo como consecuencia de haber sufrido politraumatismos varios.

El hermetismo reinante en torno al caso se debe a que el hecho se habría producido en un inmueble ubicado al lado de la Iglesia Evangelista de esta ciudad, donde el muchacho solía concurrir con frecuencia y adonde se le brindaba mucha contención.

Por orden del fiscal interviniente en la causa el lugar ha sido vallado y está custodiado por la policía, mientras trabaja en ese sitio personal de criminalística a los efectos de determinar qué habría pasado.

“Raperito” solía recorrer las calles del pueble acompañado de su grabador siempre con el volumen alto y escuchando su música preferida, el rap.

Pese a ser un pueblo chico se desconocía de dónde venía, su nombre e inclusive su edad y si tenía familia.

Los habitantes de Tilcara siempre estaban dispuestos a brindarle una muestra de cariño y acercarle alguna colaboración.                      

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