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"El Estado tiene que ser laico y no laicista"

El padre Manuel Alfaro dijo que todos son libres de aceptar o no la fe, pero lo que no se entiende es la lucha en contra de ella. Sobre la separación definitiva de la Iglesia y el Estado, aclaró que los sacerdotes no reciben sueldos del Gobierno.
Domingo, 26 de agosto de 2018 00:00

Como parte de las acciones para la separación definitiva del Estado y la Iglesia es que el próximo 14 de septiembre se prevé realizar en Jujuy una primera campaña de apostasía colectiva enmarcada en la campaña federal por la Separación Estado/Iglesia, movimiento que se identifica con pañuelos naranjas.

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Como parte de las acciones para la separación definitiva del Estado y la Iglesia es que el próximo 14 de septiembre se prevé realizar en Jujuy una primera campaña de apostasía colectiva enmarcada en la campaña federal por la Separación Estado/Iglesia, movimiento que se identifica con pañuelos naranjas.

Sobre este tema el párroco de la iglesia Catedral de la ciudad capitalina, padre Manuel Alfaro, explicó que la apostasía masiva o colectiva es una respuesta de lo que se está planteando hoy en día sobre la separación de la Iglesia con el Estado.

"No está mal que los fueros estén separados, lo que no está bien es como se interpreta, entiende y manifiesta esa separación, lo que no está bien es ir contra la fe", consideró el padre Alfaro.

En este sentido explicó que "el Estado tiene que ser laico y no laicista", por lo que explicó el significado de ambas palabras: "Los laicos están para las realidades temporales, para eso está el Estado. Cuando se dice laicista se habla de renunciar a la fe".

Sin embargo, admitió que en el caso de los niños es la familia quien decide bautizarlo, y es por eso que "son muchos los que dicen que a los niño nadie les pregunta si quieren bautizarse o no", por lo que a lo mejor lo rechazan cuando sean grandes.

En esta línea el padre Alfaro explicó que "cada uno está en la libertad de aceptar o no la fe católica, pero lo que no se entiende es la pugna y lucha en contra de la fe de la Iglesia".

Tras la convocatoria a la primera campaña de apostasía colectiva en Jujuy, el párroco analizó que con el rechazo a la ley del aborto por parte del Senado, son muchos los que se volcaron en contra de la Iglesia "pensando en que ésta fue la primera propulsora para que no se apruebe, por lo que se presentó en el Obispado un listado de personas que solicitan renunciar a la fe".

Sobre este tema el obispo coadjutor de Humahuaca, Félix Paredes, indicó que en esa jurisdicción hasta el momento no se recibió ninguna solicitud y consideró que "esta es una actitud más de un movimiento ideológico y que no siempre responde a motivaciones personales", pero que de igual manera la Iglesia recibirá las solicitudes.

Por su parte, el párroco Germán Maccagno consideró que "no es una decisión que debe tomarse a la ligera porque está en juego no sólo mi vida cristiana actual, sino también la ‘vida eterna‘ que Jesús nos prometió".

Pasos para la apostasía

Las personas que quieran renunciar a la fe de la Iglesia Católica deben presentar al Obispado de Jujuy una nota por escrito dando sus razones y de no haber fundamentos sólidos la persona será citada para dialogar. "La Iglesia siempre estuvo abierta al diálogo por lo que se les preguntará por qué quiere renunciar", explicó el padre Alfaro.

Además indicó que este diálogo previo no es de carácter obligatorio y que sólo se trata de una invitación a conversar con algún sacerdote para exponer las razones tanto de la Iglesia como del solicitante.

Si la persona persiste en la renuncia de la fe, la Iglesia tiene que elevarla al libro de bautismo para que se ponga en una nota marginal que la persona a partir de la fecha renuncia a la fe católica.

 

Aclaran que los sacerdotes no reciben un sueldo del Estado

Tras la discusión por la legalización del aborto es que quedó en el centro de la escena el reclamo por la separación definitiva de la Iglesia y el Estado, que tiene como punto central el aporte económico que se les hace a arzobispos y obispos del país.

Tras la 180º reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) que se realizó esta semana en Buenos Aires, el responsable de la Oficina de Prensa, presbítero Máximo Jurcinovic, ratificó que resignarán en forma gradual las asignaciones que los obispos reciben del Estado.

El padre Manuel Alfaro explicó que “la colaboración del Estado a la Iglesia es sólo para los obispos de cada diócesis del país y para las parroquias de frontera”.

En esta línea aclaró que “la gente piensa o cree que el Estado le paga un sueldo a los sacerdotes y eso no es así, sino que la Iglesia acepta una colaboración a los obispos de cada diócesis y a las parroquias de frontera”.

Según un informe de la agencia NA, el Estado nacional destina más de 130 millones de pesos al año para el sostenimiento del culto católico, una acción contemplada en el artículo 2 de la Constitución Nacional. Además, la Ley 21.950 establece que los arzobispos y obispos deben gozar de una asignación mensual equivalente al 80% del salario de un juez nacional de primera instancia.

Ante esta situación y como opinión personal el padre Alfaro consideró que “si hay una separación entre la Iglesia y el Estado, tiene que ser bien vista para que ya la Iglesia no dependa ni siquiera de esta colaboración de parte del Estado”.

Sin embargo, admitió que la falta de colaboración a las parroquias de frontera impactará de forma negativa, pero que también se “incrementará la creatividad dentro de la Iglesia para realizar colectas de orden interno”.

 

“El mayor aporte es de los fieles”

FÉLIX PAREDES CRUZ

Sobre el trabajo conjunto entre la Iglesia argentina y la Jefatura de Gabinete, a través de la Secretaría de Culto para ir resignando de forma gradual las asignaciones históricas, el obispo coadjutor de Humahuaca, Félix Paredes Cruz, expresó que “todavía no tenemos ninguna información precisa al respecto”, pero se mostró despreocupado sobre este tema al informar que “el gran aporte que recibe la Iglesia es por parte de los fieles, por lo tanto creo que no repercutiría de forma importante” esta resignación de asignaciones.

Sin embargo consideró que esta medida los pondría en situación de reorganizar la actividad del Obispado, “para seguir prestando el servicio que no necesariamente se brinda en base al subsidio que da el Estado”, y agregó: “Por supuesto que es una ayuda, pero no es decisiva para la Iglesia Católica.