En medio de una dura situación económica por la que atraviesa el país, el receso invernal y la llegada de turistas a la provincia significó un respiro para los restaurantes, sandwicherías y confiterías de la ciudad capital, pero no resultó suficiente para remontar la caída en el sector.
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En medio de una dura situación económica por la que atraviesa el país, el receso invernal y la llegada de turistas a la provincia significó un respiro para los restaurantes, sandwicherías y confiterías de la ciudad capital, pero no resultó suficiente para remontar la caída en el sector.
Cabe recordar que según el último informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en lo que va del año, la región Noroeste registró un acumulado de 20,6%, la inflación más alta del país.
Alimentos y bebidas no alcohólicas fue el ítem que más incremento tuvo durante el mes de julio registrando una suba de 5,4%, seguido por Transporte con 4,7%, Salud 3,1% y Restaurantes y Hoteles 2,5%.
Ante este panorama, El Tribuno de Jujuy realizó un recorrido por diferentes restaurantes, sandwicherías y pizzerías de la ciudad para conocer la situación en el sector.
Coincidieron en que tanto el número de clientes como el consumo disminuyeron en el último año y principalmente en los últimos meses, y que además los comensales adoptaron estrategias de consumo a la hora de comer afuera.
Sin embargo, el receso invernal y la nutrida agenda programada para este mes en el marco de "Agosto Cultural de la Pachamama" e "Invierno Mágico" trajo un pequeño respiro a los gastronómicos que agobiados por la crisis económica aumentaron escasamente sus ventas, pero no lo suficiente para mantenerlas altas en el largo plazo.
Los comerciantes del sector gastronómico indicaron que ante la constante suba de los precios de la materia prima, principalmente de las verduras, carnes y panificados son muchos los que se ven obligados a actualizar el precio de sus cartas y que otros, por miedo a perder sus clientes, mantienen sus precios ganando lo mínimo.
El encargado de un resto-bar de calle Belgrano indicó que hace unos días tuvieron que actualizar los precios: "Aumentamos cinco pesos por plato. El morrón rojo está por las nubes, por lo que lo utilizamos menos y lo suplimos por el verde, y le explicamos al cliente esta situación", dijo.
Informaron además desde un restaurante de calle Sarmiento que las ventas bajaron entre un 25 y 30% en comparación con el año anterior y que en lo que va del 2018 sus precios aumentaron, por lo menos, un 10 por ciento.
Los trabajadores de estos comercios coincidieron también en que uno de los fenómenos que se está presentando, por lo menos hace unos seis meses, es que la tan esperada fecha de cobro de sueldos, momento en el que todos los comercios reactivan sus ventas e incrementan sus ingresos, ahora dura menos días.
"Notamos ahora que cuando la gente cobra el movimiento dura unos tres días e inmediatamente baja, antes por lo menos se extendía durante diez días o dos semanas en el mejor de los casos", informó el encargado del histórico comercio de sándwiches fríos de calle Belgrano.
Sobre las constantes subas en los insumos agregó: "No subimos los precios de los sándwiches fríos porque si los subimos no vamos a vender nada, por lo que preferimos salir justos y no perder", un esfuerzo para mantener a los clientes.
Estrategias de los consumidores
Tras consultar a personas de diferentes edades y ocupaciones se pudo concluir que salir a comer afuera es un gusto que ya no se puede satisfacer con la misma frecuencia que antes debido al alto costo que implica, pero que tampoco es imposible.
Comerciantes del rubro gastronómico indicaron que todavía las personas no dejaron de consumir drásticamente en restaurantes y sandwicherías, pero que sí modificaron la forma de hacerlo.
Varios coincidieron en que resulta notorio que los clientes ya no piden platos individuales, como por ejemplo sándwiches, sino que se inclinan por los que son más rendidores y se pueden compartir. “Ahora prefieren las napolitanas y más que nada las pizzas que se llegan a compartir entre cinco y seis personas”, indicó la propietaria de una pizzería de calle Belgrano.
También observaron que ante el encarecimiento de las bebidas gaseosas para acompañar la comida, cada vez son más los clientes que al hacer el pedido solicitan al mozo que la bebida les sea traída junto con la comida y no antes, ya que generalmente se la consume durante la espera y luego se ven obligados a comprar más.
Las opiniones
Carmen Rosa Gutiérrez. JUBILADA
Con la familia y con amigas salimos a comer, pero hemos mermado un poco por la situación económica, porque la mayoría ya somos jubiladas y la jubilación no aumentó sino que se recortó. El otro día salimos un grupo de ocho personas a una peña, comimos pizzas y gaseosas y salimos pagando casi $4 mil.
Sara Argüello. DOCENTE Y POETA
Salir a disfrutar afuera está caro, sin embargo, son gustos que de tanto en tanto nos podemos dar todavía. No tan asiduamente como antes, pero todavía...
Como todo está mucho más caro, con mis amigas optamos por salir a tomar té y ya no tanto a comer. El costo de vida viene aumentando gradualmente.
Ignacio Díaz. DESOCUPADO
Lo que hacemos nosotros ahora es cocinar más en casa. Antes cuando salías a comer uno gastaba unos $300 pero ahora se gasta más porque los precios aumentaron mucho, y si salimos a comer afuera preferimos pedir una pizza y no tanto sándwiches y consumimos jugo y no gaseosa, que es más cara.
Daniel Villalva. EMPLEADO
Con mi pareja fuimos el otro día a una pizzería, pedimos una cerveza y una gaseosa y gastamos $500 y nos pareció bien, menos de eso no podés gastar ahora. Sin embargo, hace ocho meses atrás una picada para dos y una cerveza nos costó $250. Las cosas aumentan todo el tiempo.