El "Séptimo Encuentro Provincial de los corazones que aman a la Divina Misericordia" se realizará hoy, desde las 8, en la parroquia San Pedro y San Pablo (ubicada en avenida Almirante Brown esquina Zegada).
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El "Séptimo Encuentro Provincial de los corazones que aman a la Divina Misericordia" se realizará hoy, desde las 8, en la parroquia San Pedro y San Pablo (ubicada en avenida Almirante Brown esquina Zegada).
El programa de actividades dará inicio con las acreditaciones y desayuno, a las 9 será la bienvenida, a las 9.30 conferencia del padre Luis Brandán, referente de la Divina Misericordia de Tucumán sobre "Confesión y Eucaristía".
Tras el almuerzo a la canasta se concretará la segunda charla y a las 15 se vivirá la Hora de la Misericordia con el rezo de la Coronilla.
Luego de otro momento de confraternidad oficiará la Santa Misa el padre Luis Brandán a partir de las 16.30.
La invitación a participar está abierta a los devotos de la Divina Misericordia. Recordando que la acreditación tiene un costo de $ 50 y compartirán un almuerzo a la canasta.
Este año el encuentro jujeño se realiza en la parroquia San Pedro y San Pablo que está transitando el jubileo de las Bodas de Oro y paralelamente el Grupo de la Divina Misericordia de esta jurisdicción se encuentra celebrando sus Bodas de Plata por los 25 años de existencia.
Desde la organización rememoraron que solían reunirse en agosto pero el obispo Daniel Fernández les sugirió que lo hicieran en septiembre, una vez al año, y finalmente decidieron que fuera el primer sábado de este mes.
El primero se cumplió en la parroquia Santa Teresita, luego por dos ediciones en la parroquia Sagrado Corazón del barrio Mariano Moreno, el cuarto en la capilla de La Viña, el quinto en la parroquia Espíritu Santo de Palpalá y el sexto en la parroquia Virgen de Loreto de Alto Comedero.
Ahora ya tienen previsto que el encuentro 2019 se efectúe en San Pedro, el del 2020 en la Iglesia Catedral y el del 2021 en El Carmen.
La advocación
La imagen le fue revelada a Santa Faustina en 1931 y Jesús mismo le pidió que se pintara, explicándole luego su significado. "Los dos rayos significan la sangre y el agua. El rayo pálido simboliza el agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la sangre que es la vida de las almas".