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El supermartes de los gobernadores...

Lunes, 10 de septiembre de 2018 00:00
GERARDO MORALES. Frente a grandes decisiones
SERGIO JUAREZ. La incertidumbre continúa
JULIO BRAVO. “Digo lo que otros no se animan”
JOSE MARIA JURE. Cañeros en situación terminal

Desde hace muchos años que los gobernadores de Provincia no alcanzaban la importancia ni la atención que el Gobierno nacional les está prestando en esta semana. Los primeros años del siglo, los encontraron obligados a abroquelase y a resistir espalda con espalda lo que hasta ese momento era la crisis económico financiera más grande de la historia. No importaba de qué partido político eran: se trataba de sedar hasta los escándalos más pequeños y que ninguna ola sacudiese el horizonte. Era verdad: no los unía el amor, sólo el espanto. Hoy, ocurre lo mismo. Producto del choque de los huracanes que armaron durante más de una década las gestiones K y del que en menos de tres años, se esmeró en construir Cambiemos con igual potencia, (más sequías, apreciaciones del dólar en USA, las guerras comerciales entre los grandotes del barrio, EE.UU y China, y cuántos otros imponderables que siempre ocurren, ocurrieron), estamos frente a lo que el Presidente Mauricio Macri, sigue llamando una tormenta. Es cierto. Pero nadie duda de que se trata de la tormenta perfecta. Tan perfecta, como que tiene que ser la última, porque después de ella, si no se saben atenuar sus efectos devastadores, sólo quedará tierra arrasada. Allí radica la más absoluta debilidad del macrismo, y paradójicamente también, su fortaleza: o todos comprenden lo que está viviendo y lo ayudan a zafar, o el agujero negro nos traga a todos de una vez. Allí, reaparece el protagonismo de los gobernadores, generalmente convidados de piedra en las mesas donde se toman las decisiones importantes, (salvo en los meses de furiosas campañas electorales), tardíos notificados de todo cuanto involucra a los estados federales, rehenes permanentes de una coparticipación federal de impuestos anacrónica e injusta, y de la distribución antojadiza de fondos discrecionales que todos los gobiernos centrales manejan con el clásico estilo de aprietes, premios y castigos. Gerardo Morales, el gobernador de Jujuy, está en el ojo de ambos huracanes. Como radical de pura cepa, no puede desoír el clamor que crece en las filas del centenario partido para poner un muro de contención al desmadre amarillo. Como amigo y figura mimada del Presidente, no puede ni pensar en abandonarlo en este momento de angustia. Como político de raza, mira de reojo a las elecciones del año próximo y contiene en sus espaldas la cada vez más fuerte corriente de opinión que le pide que adelante las elecciones en Jujuy para abril o mayo.

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Desde hace muchos años que los gobernadores de Provincia no alcanzaban la importancia ni la atención que el Gobierno nacional les está prestando en esta semana. Los primeros años del siglo, los encontraron obligados a abroquelase y a resistir espalda con espalda lo que hasta ese momento era la crisis económico financiera más grande de la historia. No importaba de qué partido político eran: se trataba de sedar hasta los escándalos más pequeños y que ninguna ola sacudiese el horizonte. Era verdad: no los unía el amor, sólo el espanto. Hoy, ocurre lo mismo. Producto del choque de los huracanes que armaron durante más de una década las gestiones K y del que en menos de tres años, se esmeró en construir Cambiemos con igual potencia, (más sequías, apreciaciones del dólar en USA, las guerras comerciales entre los grandotes del barrio, EE.UU y China, y cuántos otros imponderables que siempre ocurren, ocurrieron), estamos frente a lo que el Presidente Mauricio Macri, sigue llamando una tormenta. Es cierto. Pero nadie duda de que se trata de la tormenta perfecta. Tan perfecta, como que tiene que ser la última, porque después de ella, si no se saben atenuar sus efectos devastadores, sólo quedará tierra arrasada. Allí radica la más absoluta debilidad del macrismo, y paradójicamente también, su fortaleza: o todos comprenden lo que está viviendo y lo ayudan a zafar, o el agujero negro nos traga a todos de una vez. Allí, reaparece el protagonismo de los gobernadores, generalmente convidados de piedra en las mesas donde se toman las decisiones importantes, (salvo en los meses de furiosas campañas electorales), tardíos notificados de todo cuanto involucra a los estados federales, rehenes permanentes de una coparticipación federal de impuestos anacrónica e injusta, y de la distribución antojadiza de fondos discrecionales que todos los gobiernos centrales manejan con el clásico estilo de aprietes, premios y castigos. Gerardo Morales, el gobernador de Jujuy, está en el ojo de ambos huracanes. Como radical de pura cepa, no puede desoír el clamor que crece en las filas del centenario partido para poner un muro de contención al desmadre amarillo. Como amigo y figura mimada del Presidente, no puede ni pensar en abandonarlo en este momento de angustia. Como político de raza, mira de reojo a las elecciones del año próximo y contiene en sus espaldas la cada vez más fuerte corriente de opinión que le pide que adelante las elecciones en Jujuy para abril o mayo.

Declaraciones bravas

El proyecto es sencillo: aprovechar la ventaja que conserva en las encuestas de opinión, recortarle al peronismo toda posibilidad de disponer de tiempo para acomodar su escándalo interno y encontrar una oferta electoral razonable, y después, con más tranquilidad, orientar su apoyo político hacia Cambiemos en las elecciones nacionales. El intendente Julio Bravo, de San Pedro, fue el que se animó a decir lo que muchos comparten pero callan. "Creo que sería mejor desdoblar las elecciones, en defensa de los intereses de Jujuy", dijo. Y agregó con firmeza: "El desarrollo del criterio del gobierno nacional dista de ser el ideal. La UCR apoya, pero critica". Quizás dijo también lo que el propio GM no puede, no debe o no quiere mencionar. Todo esto en el supuesto que el Gobierno nacional no logre sacar la nariz fuera del agua y termine también obligado a traer las elecciones generales más cerca. Al GM le aparecen siempre en el terreno de estos supuestos dos contras: 1- Cambiemos querrá juntar a todos los socios para la presidencial, y 2- embarcarse en elecciones provinciales adelantadas, significa un gasto monstruoso que se le haría cuesta arriba enfrentar en soledad. Pero, en política, donde todo ocurre con naturalidad, hoy ya casi no hay margen para sorpresas.

Deseos y realidades

GM tiene otros problemas locales. Lanzó por puro reflejo político un "Plan de contingencia" para adelantarse a los cimbronazos de la crisis. Sentó a algunos ministros a su lado y poco menos que los empujó a presentar alternativas para contener a la gente. Pocas horas después, nuevamente entre funcionarios de primer nivel volvió a anunciar la venta del Ingenio La Esperanza, venta que quedó más parecida a una especie de obsequio muy a la medida de las conveniencias de la empresa colombiana Omega y su referencia local Alesa, que desde hace un año amagan con hacerse del ingenio. El ánimo de los jujeños, a pesar de la crisis, se llenó de "brotes verdes". Pero días después, cuando las escuelas con régimen de verano del departamento Susques, retomaban su ciclo lectivo, los pizarrones anunciaban que por falta de pago a los proveedores se suspendían los servicios de desayuno y almuerzo en las escuelas comunes y también de merienda y cena en el caso de los albergues. Comedores, copas de leche e instituciones y ongs se siguen quejando de las moras oficiales en los apoyos. Días después, por un descuido o imprevisión, las autoridades educativas descubrieron que la escuela primaria de Lobatón no estaba en condiciones de prestarse a los servicios escolares y hubo que clausurarla y para solucionar la cuestión, recurrir a contratar un transporte para desplazar los alumnos a otro establecimiento. El ministro de Turismo, también habituado a anuncios desbordantes de optimismo le dijo a El Tribuno de Jujuy que el servicio de Uber estaba próximo a ser autorizado en la provincia. Cosechó junto al desgaste innecesario para el gobierno, el repudio generalizado de todos los trabajadores del transporte de pasajeros, hasta de la mismísima Municipalidad de la Capital, nave insignia de los municipios radicales, que de manera hasta descortés trancó al ministro. El último ejemplo se tradujo en un escándalo en la Legislatura, donde el ministro de Producción, licuó una vez más, el esfuerzo -y las órdenes- del GM. Llegó para tratar de explicar la melancólica venta del Ingenio La Esperanza, sin un papel, sin un documento que certifique y explique la operación. Los bloques de izquierda y peronista montaron en cólera, menudearon los gritos e insultos y la reunión se levantó abruptamente. En los pasillos, los dirigentes del sindicato encabezados por el titular Sergio Juárez, esperaban para intentar obtener las mismas explicaciones del ministro Abud Robles, pero se fueron como vinieron. El juez de la quiebra Pablo Calderón también permanece en extraño mutis por el foro. Lo más grave es que se repite una vez más que cada vez que alguien quiere saber, conocer detalles o saber concretamente cómo se pagará el ingenio, y cómo se dará tratamiento a la cuestión de la gran extensión de tierras actualmente sin plantación de caña de azúcar y muchas cosas más, desde el Ministerio de Producción se los acusa de estar fogoneando el fracaso de la venta. Como queriendo abrir un paraguas para tener un culpable a mano, por las dudas. La Legislatura quedó en falsa escuadra. El jueves, una sesión intrascendente pateó para esta semana el esperado tratamiento de la ley de tolerancia cero en el consumo de alcohol a los conductores. Como se ve, la preocupación y el permanente esfuerzo del gobernador por presentar una Provincia previsible y seria, a veces, queda a medio camino, porque, como muchas veces se dijo, el GM les sigue sacando varias vueltas a casi todos sus funcionarios y legisladores desde diciembre del 2015 hasta hoy.

Las buenas nuevas

Sin embargo, hay buenas noticias. El GM se reunió con el ministro Dante Sica para acordar acciones en defensa de las pymes. También logró lanzar el proyecto de incrementar la producción del proyecto Cauchari de energía solar, de 300 mw a 500 mw. Lo anunció ante el secretario de Energía Javier Iguacel, y aseguró que florecerán dos mil empleos en la Puna. En la misma reunión, el GM fue informado de la decisión de que el 50% del aporte para el bioetanol será de la producción de caña de azúcar, lo que es sin duda algo auspicioso para la producción de los ingenios de Jujuy. El dato llegó como un bálsamo precisamente cuando el titular de la Unión Cañeros Independientes de Jujuy, José María Jure, adelantó que el sector se encuentra caminando por una cornisa que lo expone ante una situación de quebranto difícil de superar. Entre esas buenas noticias, otra vez desde el área de Turismo se informó que algunas importantes cadenas hoteleras y aerolíneas internacionales están pensando en Jujuy. El GM se había adelantado impulsando un hotel cinco estrellas en la zona de los diques. En la próxima Expojuy se informarían los avances concretos en el tema turismo, aspecto del desarrollo provincial en el que el gobernador empeñó sus compromisos de campaña y de gestión. También fueron un éxito rotundo las jornadas de Cine de las Alturas, festival que crece ostensiblemente y posiciona a Jujuy en un escenario novedoso y altamente positivo. Jujuy fue la sede de la presentación del Inventario Nacional de Glaciares. El informe que puede soñar lejano y poco interesante, significará sin embargo el respaldo técnico para el ordenamiento ambiental y la preservación de fuentes de agua en toda la zona cordillerana jujeña.

Todos unidos...

Es un tablero de ajedrez complicado el de la política y la economía nacional y el de Jujuy no lo es menos. El GM mueve las piezas con una estrategia prudente y contenida. Estuvo todos estos días en Buenos Aires fatigando despachos oficiales en la previa de la reunión de mañana, donde el conjunto de los gobernadores, mediante la trabajosa gestión de Rogelio Frigerio, se sentará con el ministro del Interior, el de Hacienda Nicolás Dujovne, el jefe de Gabinete Marcos Peña, y que culminará con el presidente Mauricio Macri, quizás con la soñada foto que apenas obtenida viajará al despacho de Cristine Lagarde, para mostrarle que todos unidos, triunfarán sobre la tormenta, y siguiendo las recetas inalteradas del FMI, que antes no era bueno, y ahora, sigue siendo igual. Pero tal vez tenga la última tabla de salvación elegida por Cambiemos. 

Temas puntuales

La provincia sigue siendo contradictoria. Los gremios estatales siguen esperando una convocatoria a dialogar sobre algo concreto. El jueves, los sindicatos docentes se sumarán al paro nacional del sector, y mientras el resto de las Universidades Nacionales volverán hoy a clases tras un arreglo relativamente aceptable con el gobierno, en Jujuy la Unju seguirá en paro por la irreductibilidad de la Conadu Histórica, que rechaza la propuesta salarial y sostiene el reclamo por los recortes de presupuesto de funcionamiento. La instrumentación de la remota idea kirchnerista de “precios cuidados”, llegará a Jujuy y quizás ayude a morigerar los aumentos que casi siempre son más elevados que en el resto del país, como el pan, las naftas y todo lo demás. 

El “supermartes”

Esta es la carga de dificultades que el gobernador de Jujuy carga en su mochila y llevará el “supermartes” a la cumbre federal con el Gobierno nacional, donde ya le anticiparon que no podrá pedir más obras públicas de las que están en marcha lenta. Como el resto de los mandatarios, sabe que la reunión -donde se busca alumbrar una bisagra en la vida nacional- será una última posibilidad de hacer valer su peso específico. De lo que allí se acuerde, dependerá el futuro inmediato de los jujeños. GM es un político que tiende a ver y juzgar los horizontes con buena onda. Pero, sabemos bien  que no come vidrio. Ojalá que su moderado optimismo se corresponda con el acierto en las decisiones que se adopten. Allí, más que militante radical, más que el socio de Cambiemos, deberá poner en la dura mesa de conversaciones su espíritu jujeño. Anticipando ese temperamento, el sábado en la más cordial mesa de la señora Mirtha Legrand,  el GM se sinceró profundamente: dijo que confiaría su felicidad personal a la Pachamama, y que el próximo carnaval, lo recibirá vestido de alegría con los atributos del diablo de los Chanka Chancka, su comparsa favorita de Purmamarca.