Las calles de la capital francesa cerraron este domingo la circulación a los coches y vehículos de dos ruedas motorizados con ocasión de la cuarta Jornada sin Coches.
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Las calles de la capital francesa cerraron este domingo la circulación a los coches y vehículos de dos ruedas motorizados con ocasión de la cuarta Jornada sin Coches.
Poco antes de las 11, la hora de inicio de la restricción, los últimos conductores tomaban sus coches en las calles de París, constató una periodista de la AFP.
La prohibición de circular, que concluirá a las 18, no afecta a todos los automóviles: quedan exentos los vehículos de reparación que puedan justificar una intervención, vehículos de emergencia, coches de personas discapacitadas, autobuses turísticos, camiones de mudanzas con una autorización y autobuses urbanos y taxis.
Estos últimos circularán como un domingo habitual y su velocidad estará limitada a 30 km/h, incluso 20 km/h en los cuatro primeros distritos de la capital. Además, la carretera de circunvalación parisina también queda exenta de la medida.
El objetivo de esta jornada es "que el espacio público esté menos contaminado" y sea "más agradable y más tranquilo", según la web del ayuntamiento de París. "Es una buena idea que hay que extender y multiplicar", dijo a la AFP Jean-Marie, de 68 años, venido del norte de Francia.
Según su hija, Caroline, que se presenta como parisina de adopción, "el coche en París arruina cualquier placer. El ruido, la contaminación, los cláxones... todo se vuelve insoportable". "Se ven miles de coches con una sola persona a bordo, es ridículo", considera la madre de familia, a favor de una "prohibición total de coches" para los parisinos. Según el ayuntamiento, el tráfico automovilísticos dentro de París registró una caída "récord" del 6% entre 2017 y 2018. La contaminación del aire se redujo "en proporciones comparables".