¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

20°
28 de Marzo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Casi tres años en el túnel y la luz no aparece

El pulso de la semana
Domingo, 23 de septiembre de 2018 20:30

Qué semana! La expresión es válida porque el Gobierno de Cambiemos casi estuvo tirando fuegos artificiales por la baja del dólar que el viernes cerró a $ 38,14 y la calma de los mercados que parecían dejar atrás la convulsión. Y aunque transitamos por la inflación altísima de agosto y vamos en camino a un índice peor para cuando termine septiembre -dicen los economistas que rozaría el 6 % y el porcentaje de desocupados casi llega a los dos dígitos aproximando a dos millones de personas sin trabajo, el Gobierno, distribuye optimismo y voluntarismo, como siempre. Pero con la buena onda, ya no consigue convencer a los argentinos, ni siquiera a sus propios votantes, la mayoría clase media que es una de las franjas más castigada por la crisis, y persiste en refugiarse en el nuevo acuerdo con el FMI, como antídoto contra las feroces tormentas. Mas en la calle, la gente de a pie, siente que es como si le hubiesen hundido en la espalda un puñal de veinte centímetros, y al retirarlo un par de centímetros, pretendan aplausos y vítores. El daño ya está hecho. Sólo hay que rogar que no haya más. Mientras tanto, los legisladores nacionales más que discutir y debatir el presupuesto nacional, es obvio que lo negocian y cambian figuritas, incluso sabiendo que mucho de lo que allí se plasme -o se dibuje- nacerá como letra muerta por el único afán de cumplir con requisitos que jamás se cumplirán. En Jujuy y sin tener más nada que hacer, esperarán hasta que en la Nación definan la cuestión plata, para recién avanzar en el presupuesto local que como siempre estará atado al anémico carro de la coparticipación federal. Con la gente descreída, según rezan la mayoría de las encuestas, los gremios pintados para la guerra y ciertos opositores soplando las brasas, es probable que los paros y movilización que comenzarán hoy, con la lucha de Camioneros y las CTA, y se continuará mañana con el paro general de la CGT, tengan una fortísima adhesión, que sin embargo Cambiemos ya tiene resuelto no escuchar. Ante los tres frentes mencionados, su actitud pareciera ser ésta: a la gente reconocerle por enésima vez que estamos mal, que nos acosan males externos, sequías y tormentas, pero que el camino elegido es el que nos conducirá a Disneylandia. A los gremios les reiterará que no están dispuestos a atender reclamos de huelgas políticas, y a los opositores les seguirá desarmando la principal trinchera, el peronismo: engordará los contactos con dirigentes y gobernadores dialoguistas a los que desgasta cada vez que los muestra cerca y seguirá subiendo al ring la excluyente figura de la expresidente Cristina Elisabet Fernández y victimizándola desde la Justicia como la principal contrincante para el 2019, (Jaime Durán Barba, manual de política electoral). A las universidades las calmó -a medias y sólo por ahora- con un aumento salarial a los trabajadores y ninguna garantía a los estudiantes de asegurarles el funcionamiento normal. Dos cosas quedan a la vista: que el modelo en el que Cambiemos persiste tozudamente ya parece haber fracasado, y que la lucha sindical que se limita a parar el país, en nada ayuda para ponerlo de pie. Ambas experiencias ya las vivimos en Argentina. Entre esas alternativas, y por ahora, ninguna otra a la vista, más de cuarenta millones de personas nos sacudimos en un barco que la "supertormenta" no deja de bambolear.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Qué semana! La expresión es válida porque el Gobierno de Cambiemos casi estuvo tirando fuegos artificiales por la baja del dólar que el viernes cerró a $ 38,14 y la calma de los mercados que parecían dejar atrás la convulsión. Y aunque transitamos por la inflación altísima de agosto y vamos en camino a un índice peor para cuando termine septiembre -dicen los economistas que rozaría el 6 % y el porcentaje de desocupados casi llega a los dos dígitos aproximando a dos millones de personas sin trabajo, el Gobierno, distribuye optimismo y voluntarismo, como siempre. Pero con la buena onda, ya no consigue convencer a los argentinos, ni siquiera a sus propios votantes, la mayoría clase media que es una de las franjas más castigada por la crisis, y persiste en refugiarse en el nuevo acuerdo con el FMI, como antídoto contra las feroces tormentas. Mas en la calle, la gente de a pie, siente que es como si le hubiesen hundido en la espalda un puñal de veinte centímetros, y al retirarlo un par de centímetros, pretendan aplausos y vítores. El daño ya está hecho. Sólo hay que rogar que no haya más. Mientras tanto, los legisladores nacionales más que discutir y debatir el presupuesto nacional, es obvio que lo negocian y cambian figuritas, incluso sabiendo que mucho de lo que allí se plasme -o se dibuje- nacerá como letra muerta por el único afán de cumplir con requisitos que jamás se cumplirán. En Jujuy y sin tener más nada que hacer, esperarán hasta que en la Nación definan la cuestión plata, para recién avanzar en el presupuesto local que como siempre estará atado al anémico carro de la coparticipación federal. Con la gente descreída, según rezan la mayoría de las encuestas, los gremios pintados para la guerra y ciertos opositores soplando las brasas, es probable que los paros y movilización que comenzarán hoy, con la lucha de Camioneros y las CTA, y se continuará mañana con el paro general de la CGT, tengan una fortísima adhesión, que sin embargo Cambiemos ya tiene resuelto no escuchar. Ante los tres frentes mencionados, su actitud pareciera ser ésta: a la gente reconocerle por enésima vez que estamos mal, que nos acosan males externos, sequías y tormentas, pero que el camino elegido es el que nos conducirá a Disneylandia. A los gremios les reiterará que no están dispuestos a atender reclamos de huelgas políticas, y a los opositores les seguirá desarmando la principal trinchera, el peronismo: engordará los contactos con dirigentes y gobernadores dialoguistas a los que desgasta cada vez que los muestra cerca y seguirá subiendo al ring la excluyente figura de la expresidente Cristina Elisabet Fernández y victimizándola desde la Justicia como la principal contrincante para el 2019, (Jaime Durán Barba, manual de política electoral). A las universidades las calmó -a medias y sólo por ahora- con un aumento salarial a los trabajadores y ninguna garantía a los estudiantes de asegurarles el funcionamiento normal. Dos cosas quedan a la vista: que el modelo en el que Cambiemos persiste tozudamente ya parece haber fracasado, y que la lucha sindical que se limita a parar el país, en nada ayuda para ponerlo de pie. Ambas experiencias ya las vivimos en Argentina. Entre esas alternativas, y por ahora, ninguna otra a la vista, más de cuarenta millones de personas nos sacudimos en un barco que la "supertormenta" no deja de bambolear.

Mostrando éxitos

Mauricio Macri está en Nueva York, donde en una estadía de menos de 60 horas, se entrevistará con Donald Trump, mostrará un paneo de la "exitosa última semana" frente a los dueños de la economía del planeta en Wall Street y especialmente, sacará pecho frente a Cristine Lagarde seguro que la platinada y experimentada líder del FMI caerá subyugada por el encanto del lejano y obediente país del sur. También MM se hará tiempo para liderar una acción conjunta con Chile, Colombia, Perú y Paraguay, denunciando ante la Corte Penal internacional de la ONU al presidente venezolano Nicolás Maduro, por delitos de lesa humanidad. Y aumentarán la queja por el reciente acuerdo del caribeño con el gobierno chino, deseoso del petróleo venezolano y de seguir haciendo pie en América Latina, sin hacerle asco a ningún socio. La otra noticia indica que en Brasil, a escasísimos 14 días de las elecciones presidenciales, finalmente, el acuchillado Jair Bolsonaro suma adhesiones -ya llega al 30 %- y se perfila para ganar en la primera ronda electoral y llegar en buena posición al inevitable ballotage que seguro disputará con el delfín de Lula, Fernando Haddah, que va recaudando el 16 % de los votos. Desde Argentina todos -y muy especialmente el cristinismo- miran ese proceso electoral por ciertas similitudes que se podrían trasladar hasta aquí.

Aprontes políticos

Volviendo a las encuestas, desde las más rancias macristas a las más duras cristinistas, hoy coinciden en el descenso de la imagen presidencial y el leve ascenso de la imagen de la expresidente. Casi todas para la primera vuelta dan una leve ventaja, pero algunas se juegan por invertir ese resultado (entre un 28 % y un 32 % promedio). Lejos, atrás, vuelve a aparecer la figura de Sergio Massa (16 %), y mucho más lejos, un "chiquitaje político" con más deseos de ser tenidos en cuenta para negociar que con certezas de llegar. Como se ve, ese escenario parece estar tan galvanizado, que no despierta en el electorado ninguna clase de entusiasmo, al menos hasta hoy. Si seguimos así, quien sea presidente en el 2019, quizá no llegue por convencimiento y amor de la legítima militancia, sino solamente para evitar que llegue otro. Triste. En Jujuy, los sondeos también indican una baja de la imagen del gobernador Gerardo Morales y de su gobierno, producto del desgaste de la gestión en tiempos de la estanflación, y del arrastre nacional de Cambiemos. Pero enfrente, el peronismo tampoco ofrece todavía un frente de resistencia coherente que se vislumbre ganador. Las disputas -cuando sesiona- se dan en la Legislatura, donde el oficialismo cumple prolijamente su rol de jefatura de despacho soportando las quejas y durísimas acusaciones del bloque justicialista donde sobresalen los estiletazos y advertencias futuristas de Javier Hinojo y los soplamocos de rigurosa actualidad de Alejandra Cejas. Desde la Izquierda, Alejandro Vilca y Natalia Morales machacan con su rigidez dogmática, y en soledad, desde el tupaquerismo, Juan Manuel Esquivel, sufre y se divierte con sus embestidas irónicas y estériles. "Piqui" Bernis, el jefe radical, es quien más encara la defensa de su jefe político y de una gestión que a casi tres años, comenzó a desnudar talones de Aquiles, cierto cansancio inocultable, y datos difíciles de rebatir de áreas que son sorprendidas con la guardia baja. Especialmente cuando el GM no está en Jujuy, como en los últimos días, el Estado parece entrar en un letargo que ofrece grietas entre las que se cuelan balazos no sólo de la oposición, sino de organizaciones sociales, ongs, y hasta algunas andanadas de fuego amigo que no se está pudiendo disimular. Sólo reapareció en la arena política la voluntad de Milagro Amalia Ángela Sala de Noro, quien desde su prisión domiciliaria, desafió al GM y se autoproclamó candidata a gobernadora para el 2019 y tras elogiar a Cefk como "la única que puede arreglar esta crisis" hizo suyas las definiciones de la expresidente: "Yo tampoco me arrepiento de nada".

Visita fugaz

Mientras tanto, llegaba a Jujuy, casi en secreto, el exsecretario legal y técnico de la Presidencia de Cefk, excandidato a vicepresidente de la nación por el cristinismo y factótum de la K, desde Santa Cruz hasta hoy, Carlos Zannini. Ante un reducido auditorio de militantes K y camporistas, insisitó en varias cosas: en la exageración típica de decir que en Jujuy hay un apa

 

Temas de la nota