Chayar el mojón de la comparsa es un modo de augurarse un buen año. Siempre se supo eso de ir en el primer mediodía del año, pegarse un bailecito, compartir y enflorar el mojón donde el diablito aún duerme a la espera de los Carnavales. Pero poco a poco, acaso sin que nadie supiera exactamente cómo, Maimará comenzó a ser el centro de esta peregrinación festiva y halagüeña del 1° de Enero.
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Chayar el mojón de la comparsa es un modo de augurarse un buen año. Siempre se supo eso de ir en el primer mediodía del año, pegarse un bailecito, compartir y enflorar el mojón donde el diablito aún duerme a la espera de los Carnavales. Pero poco a poco, acaso sin que nadie supiera exactamente cómo, Maimará comenzó a ser el centro de esta peregrinación festiva y halagüeña del 1° de Enero.
Hoy, ya de llegar nomás se veían los ómnibus estacionados en cuanto recoveco producen las curvas de la ruta 9. Más abajo del cementerio, como si el villancico pudiera sobreponerse a la cumbia, un vecino arreglaba los trenzados de la adoración del Pesebre. A las puertas de los almacenes, filas de personas como ante cajero en día de pago. Como es temprano aún, son más los que van llegando.
La fiesta arrancó al mediodía y continuará durante toda la jornada hasta mañana por la mañana, en los diferentes mojones de las comparsas, para concluir todos en el Tinglado Municipal, donde será la gran fiesta.