¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

20°
28 de Marzo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Chakus, esquila sustentable de vicuñas y para estudio

El grupo de investigación estudió en las esquilas la salud y factores de estrés que se incluyeron en la Ley de la Vicuña.La modalidad se aplica en la Cooperativa de Santa Catalina con éxito. Calculan que en Jujuy hay unos 50.000 ejemplares.
Miércoles, 16 de enero de 2019 01:02

Según el trabajo del grupo Vicam de investigación y seguimiento, que practica el sistema de esquila para aprovechamiento sustentable de vicuñas en silvestría, chaku, en Jujuy hay alrededor de 50.000 ejemplares. Ese tipo de manejo permite investigar su salud, que actualmente es buena, pero aún falta avanzar en la comercialización para que el trabajo sea rentable para las comunidades.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Según el trabajo del grupo Vicam de investigación y seguimiento, que practica el sistema de esquila para aprovechamiento sustentable de vicuñas en silvestría, chaku, en Jujuy hay alrededor de 50.000 ejemplares. Ese tipo de manejo permite investigar su salud, que actualmente es buena, pero aún falta avanzar en la comercialización para que el trabajo sea rentable para las comunidades.

Yanina Arzamendia y José Baldo, investigadores del Grupo Vicuñas, Camélidos y Ambiente (Vicam) y del Conicet, y docentes de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy, explicaron el trabajo que se viene realizando desde hace diez años, en conjunto con comunidades puneñas mediante la Cooperativa de Productores Agroganaderos de Santa Catalina (Coopasac) para el aprovechamiento sustentable de la fibra de la vicuña, que les permite investigar su estado de salud y procurar que la mantengan con buen manejo.

A nivel regional, en los países que poseen la especie: Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Argentina, se calcula que hay medio millón de vicuñas, y en ellas hay poblaciones que tienen muchas, otras están bajo manejo de captura y esquila, algunas en reserva y otras que no pero tampoco se usan.

"Hay poblaciones que están sufriendo algunas enfermedades", explicó y recordó que en la última XX Reunión Técnica y de la XXXIV Reunión Ordinaria de la Comisión Técnico Administradora del Convenio de la Vicuña, realizada en Jujuy hace un par de meses, se discutió la posible causa por la cual algunas poblaciones tienen una retracción poblacional en Perú. Y es que se dio sarna y se piensa que es por un factor externo que diezmó una población en la reserva de San Guillermo (Perú); y también hay otras poblaciones que conviven con este parásito que afecta llamas.

Sin embargo, en Jujuy se encontraron muy pocos casos de vicuñas con esa patología (sarna), que no pone en riesgo la especie y se debe monitorear. Por ello el grupo de investigación Vicam monitorea las poblaciones, las causas de mortalidad, tasas de natalidad, la dinámica de la especie para determinar su estado de conservación cómo va cambiando y cualquier detalle lo deben registrar e informar.

Jujuy cuenta con camélidos sudamericanos, denominados camellos sin joroba y hay cuatro especies, por lo que es importante tener en cuenta la condición de silvestría de vicuñas y guanacos, que tienen legislación, reglamentaciones y organismos de aplicación diferentes.

"Hay dos subespecies de vicuñas en Sudamérica, la norteña, "vicuña mensalis", que tiene características diferentes de la del sur hasta San Juan, que es la que tenemos en Jujuy, "vicuña-vicuña", y no tiene la pechera blanca de lana más blanca en el pecho, de menor tamaño", precisó Baldo. Según el último censo de 2006 en Jujuy habrían 50.000 vicuñas.

Destacó que en Jujuy la prevalencia en sarna es muy baja, según lo detectado en los chakus (sistema de captura para esquila). Es que en las investigaciones destacan que la incidencia tiene que ver con el estrés y el bienestar animal, por lo que los chakus deben estresarlos lo menos posible.

Dijo que en las investigaciones también relacionaron los malestares con la calidad nutricional de las pasturas, y recordó que cada dos o tres años, hubo sequía, que puede influir con el mayor contagio de los animales. "Nosotros registramos un leve aumento de las enfermedad en relación a este estrés por sequía, que no es significativo pero que hay que monitorearlo y tener en cuenta las medidas de manejo", explicó Arzamendia.

Por ello decidieron no esquilar en los años de sequía para no influenciar en los animales con un estrés extra. Sin embargo, evaluaron endoparásitos y encontraron una tasa muy baja de parasitosis, y que en Jujuy gracias a que está reglamentada la época para la captura, en primavera tampoco hay neumonías como en Perú. Estas reglamentaciones y cuidados surgieron a raíz de las recomendaciones realizadas del grupo Vicam al Gobierno para que se reglamente la Ley de la Vicuña, que fueron tomadas en cuenta para políticas de manejo del animal silvestre. Otros países no las toman, por lo cual Perú tienen muertes por neumonía y alta incidencia de sarna, ya que tienen manejo en cautiverio y en silvestría; Chile y Bolivia tienen pautas.

El sistema chaku es bueno pero  aún es difícil su comercialización

Aún es difícil para las comunidades comercializar y es que en principio no cuentan con internet, entre otros detalles.

El sistema de captura y esquila chaku que utiliza Vicam para vicuñas, en el marco de la investigación que llevan adelante desde hace 10 años en Santa Catalina, tiende a reducir el estrés y que el proceso sea lo más corto posible. En los manejos estudian indicadores de estrés fisiológicos, al ser un animal muy sensible, con lo cual aplican algunos consejos como evitar ruidos, vendarles los ojos con una funda en la cabeza, cuidados que se reflejan en nula mortandad.

En esto chakus se hace el arreo, como pauta de sanidad ambiental, se sugiere que sea más de 4 kilómetros y en la práctica lo hacen en 2 kilómetros, una hora a hora y media, procuran que no sean más de 15 minutos de esquila. El grupo de investigación allí les toma muestra de sangre y parásitos entre otros, para medir niveles de estrés.

Un aspecto destacado, es que Bolivia y Chile, sólo hacen manejo en silvestría como Argentina, y Perú tiene dos sistemas, uno en cautiverio y otro en silvestría. Vicam ve que los que más han avanzado y tienen mejores métodos son aquellos que tienen manejo en silvestría.

El Convenio de la Vicuña establece en su artículo 1 que los beneficiarios del manejo son las comunidades andinas, que en Argentina, Chile y Bolivia también se concreta. Sin embargo, hay otros en los que hay empresas donde el valor agregado es solamente de éstas, por lo que se discutió mejorar las cadenas de valor, el valor agregado, debido a que hay problemas de comercialización entre los pobladores andinos, aunque en Jujuy el Gobierno provincial está acompañando.

"El tema es difícil para el poblador andino negociar con las empresas compradoras de fibra que le terminan pagando un precio con lo cual la actividad no es sustentable económicamente", explicaron. Es que para que sea sustentable biológica y económicamente la actividad deben mejorar el valor de los productos, tanto de las fibras si se vende en bruto o si se produce alguna prenda o valor agregado, un desafío que estiman aún no se hace. Explican que en Catamarca se realiza pero no se vende al precio que se debería, y Jujuy está bien y comienza a comercializar pero no tiene buenos resultados, pese a que tiene presencia del Estado subsidiando. La idea es que la comunidad empiece a ganar.

Es que para este tipo de aprovechamiento sustentable se necesita mucha gente, al tratarse de una actividad comunitaria que requiere cerca de 50 personas. "La fibra de la vicuña y el hilado es un producto de lujo, los compradores son especiales, y las empresas tienen un marketing muy desarrollado", afirmó Baldo. Es que una artesanía puede tener valor de 2.000 a 5.000 dólares y para una comunidad sería difícil de comercializarla.

Las poblaciones de la  especie y sus peligros

Desde el último censo del 2006 en Jujuy hubo un aumento en la mayor parte de las poblaciones, también hubo otras que bajaron y otras son constantes. Pero en la población que viene estudiando Vicam desde 2010 se mantiene la población estable, es en la cuenca de Pozuelos, tenía altas densidades y no tiene posibilidad de seguir creciendo porque tiene altas densidades, 14 vicuñas por km2.

Cancillería controla el convenio, y es una legislación supranacional. Se generan resoluciones en cada reunión técnica que se hace.

Sin embargo, y en algunos lugares puntuales hay entre 25 y 40 vicuñas por km2, y en esas poblaciones lo más normal es que la densidad suba o baje, de acuerdo a la capacidad de carga del ambiente, ya que convive con el ganado doméstico del que está supeditado.

Es que hay mecanismos biológicos de regulación que en las vicuñas, como los abortos espontáneos antes de las sequías. La sarna es una enfermedad de la especie que es natural, pero es una de las causas de mortalidad natural que puede causar un problema, pero si aumenta un poco no debe asustar porque es consecuencia de otros factores como la falta de pasto.

Explicaron que los censos se hacen por estimación, en esta especie, mediante un conteo en lugares representativos cuyas estimaciones varían en 50.000 vicuñas en Jujuy, donde en Pozuelos tiene alta densidad pero hay otras de baja densidad o ausencia. Mientras en Perú se habla de 200.000 y se esquilan 50.000.

Sin embargo, en Jujuy se debe seguir trabajando reforzando los controles porque pese a la baja densidad, resulta un problema la caza furtiva cerca de las fronteras, que es difícil de controlar por la extensión. "Es un riesgo para la especie y para la comunidad porque la gente que se dedica a cazar es peligrosa, entra a los campos con armas y muchas veces está asociada a otros delitos", precisaron en referencia a zonas como Santa Catalina.

Por ello recordaron que en ese sentido se trabaja en la trazabilidad de la fibra, para evitar que la fibra ilegal ingrese al circuito comercial. Esto implica que se pueda saber de dónde viene la fibra, ya que los productores deben estar etiquetados y los países pueden conocer cuánto se produce y rindió, ya que el rinde es de 60 a 70%, y se sepa que no proviene de la caza.

En ello una dificultad para obtener la etiqueta para exportar, implica para los campesinos jujeños llegar desde el campo a Buenos Aires, de modo que se requiere cambiar el mecanismo legal para que sea accesible que el productor lo obtenga. "Entonces debe haber dos controles, el de la comunidad que vea que eso no pase, y del Estado que también controla a la comunidad", precisó Arzamendia.

El grupo Vicam a la par de hacer investigación hace la transferencia de la información que es su obligación. Sobre la parte biológica y la manera de hacer los chakus, hacen público el contenido en páginas web y en formación de grado y posgrado, y cursos con jóvenes de la Universidad de Luján. Para los pobladores, además de asesorarlos, hicieron un Manual de manejo sustentable de la vicuña, que imprimió Conicet con el programa de "Vocaciones científicas" y que se puede descargar de la página de ese organismo y de Vicam.

La preocupación en la última reunión fue por enfermedades, y se harán documentos para que los países tomen medidas de gestión.