Las "mulas" cada día buscan la manera de sortear los controles de las fuerzas de seguridad, ocultando la droga en juguetes, mesas, sillas, adosadas al cuerpo con cintas de embalar o fajas, en las zapatillas o en el doble fondo de ollas de aluminio, pero este nuevo método podría haber sorprendido a los gendarmes y no percatarse de dónde viajaba la cocaína.
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Las "mulas" cada día buscan la manera de sortear los controles de las fuerzas de seguridad, ocultando la droga en juguetes, mesas, sillas, adosadas al cuerpo con cintas de embalar o fajas, en las zapatillas o en el doble fondo de ollas de aluminio, pero este nuevo método podría haber sorprendido a los gendarmes y no percatarse de dónde viajaba la cocaína.
En un remís interjurisdiccional que une las localidades de Orán con Ledesma viajaba un joven mayor de edad, argentino, en el asiento trasero y en el medio.
Uno de los gendarmes al realizar una requisa ocular pudo observar alguna anormalidad en el muchacho, al que invitó a descender del automóvil, por haber advertido una importante protuberancia en la entrepierna.
La requisa
Al descender el inculpado aprovechó la oportunidad para arrojar el paquete abajo del vehículo y de manera muy nerviosa e incurriendo en contradicciones se puso a disposición de los efectivos, que realizaban un control vehicular de rutina en el puesto fijo del río Zora sobre la ruta nacional Nº 34.
Uno de los pasajeros y al solo efecto de no quedar involucrado en el ilícito señaló dónde había quedado el paquete.
Con la presencia de testigos y una vez recibida la orden del juez federal actuante se procedió a la apertura del mismo encontrándose en el interior un polvo blancuzco que al ser sometido a la prueba de narcotest dio positivo para cocaína, con un peso total de 274 gramos, quedando el hombre detenido y la droga secuestrada.