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Una cálida compañía para afrontar situaciones de soledad y tristeza

Voluntarios visitan adultos mayores de hogares para brindarles contención. También ayudan a niños de escasos recursos.Aseguran que muchos abuelos no son visitados por sus familias causándoles depresión y hasta tendencias suicidas.
Miércoles, 30 de enero de 2019 01:04

El envejecimiento es algo ineludible en el ciclo de la vida, llegar a la vejez implica un deterioro del cuerpo que requiere de la ayuda de los seres queridos que posee esa persona, en el mayor de los casos son los hijos los que están cerca de sus padres hasta el último momento.

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El envejecimiento es algo ineludible en el ciclo de la vida, llegar a la vejez implica un deterioro del cuerpo que requiere de la ayuda de los seres queridos que posee esa persona, en el mayor de los casos son los hijos los que están cerca de sus padres hasta el último momento.

Algunos trabajan mucho y no tienen tiempo para ocuparse de ellos y por eso pagan a una enfermera para que los asista. Y en otros casos, dejan a sus padres en geriátricos. Quizás ambas actitudes no son del todo buenas para ellos que precisan mucha contención emocional, pero lo peor es que hay hijos que los abandonan en estas instituciones. Los dejan ahí y nunca los van a visitar.

Esa situación provoca una terrible angustia en estos adultos mayores que se sienten solos y empiezan a sufrir de una forma más intensa el golpe que les da la vejez.

Lo peor de esta situación es que fallecen así, sin ver a su familia y tristes.

UNA “TERAPIA DE SONRISAS” / PARA ADULTOS MAYORES QUE SE SIENTEN SOLOS Y NECESITAN CARIÑO.

Pero, hay grupos de voluntarias que reaccionan ante ese contexto e intentan darles la compañía que ellos tanto necesitan y lo logran. Entre esos grupos se encuentra "Terapia de Sonrisas" que está compuesto por jóvenes que se disfrazan de payasos y concurren a hogares para ancianos brindando palabras de aliento, risas y mucha contención que a ellos tanto les hace falta.

Una de las particularidades del grupo es su vestuario ya que para conformarlo los participantes decidieron darle ciertas características propias de cada uno de los voluntarios teniendo como base la vestimenta del payaso terapéutico

Dos o tres veces a la semana concurren al Centro de Día "Virgen del Valle" que está ubicado en el barrio Mariano Moreno.

Además de brindar compañía realizan actividades recreativas con ellos a fin de fortalecer el vínculo y que puedan desarrollar sus habilidades.

En ese sentido, Agustina Zumbaño, una de las voluntarias del grupo, en diálogo con El Tribuno de Jujuy mencionó que "las actividades que realizamos son recreativas para que puedan trabajar la memoria o motricidad. Que puedan armar palabras, les damos las letras y ellos arman palabras con colores, o hacemos mímicas y ellos tienen que decirnos qué es lo que significa. Tratamos de fortalecer la memoria de los abuelos".

La presencia de estos jóvenes en el hogar hace que los abuelos sientan que alguien los quiere y que no están olvidados.

La respuesta de ellos con respecto a los juegos que ellos proponen "es muy buena, están muy animados para realizar las actividades porque ellos saben que eso les hace bien, se dan cuenta del fin de cada juego y se divierten", sostuvo Zumbaño.

Además, la predisposición de los directivos y demás trabajadores del Centro de Día hace que "Terapia de Sonrisas" pueda realizar esta tarea solidaria, están muy agradecidos con ellos por abrirles las puertas y dejarlos llevar adelante estas acciones.

Historias muy duras

Muchos se sienten traicionados por su propia familia, detrás de cada uno de ellos hay historias terribles, "el primer abuelo que conocí me contó una historia que me quedará por siempre. Su hijo lo dejó en el hogar tras la muerte de su esposa, él estaba en silla de ruedas. Le prometió que lo iba a dejar una semana hasta que le ponga una enfermera pero nunca volvió a verlo y el hombre se quedó ahí", indicó Gastón Rivero, referente del grupo.

En ese sentido comentó que "ellos están contenidos en lo que es alimentación y salud pero les falta apoyo emocional ya que sus familiares los abandonan. Servimos como contención y escuchamos sus historias".

"En la vida es inevitable el envejecimiento, es muy diferente la situación que vive el abuelo que está en una casa con su familia y la de otro que está en un geriátrico abandonado. El calor del hogar, para cualquier persona ya sea adulto, niño o adolescente, es muy importante. Justamente eso es lo que intentamos brindarles", remarcó el voluntario.

Hay abuelos que les dicen a los voluntarios el lugar donde viven sus hijos para que ellos les exijan que los visiten, "anda a decirle a mi hija que me venga a ver por favor" nos piden. No hay que dejarlos abandonados en un geriátrico o en la calle cuando son grandes", añadió Rivero.

Nutrir a los niños de valores con enseñanzas y sonrisas

Además de asistir a adultos mayores, "Terapia de Sonrisas" lleva a cabo una loable acción solidaria con chicos de escasos recursos de diferentes instituciones como ser comedores, merenderos u otras gubernamentales.

Hacen hincapié en las transición de valores, "en la niñez se va construyendo la personalidad de la persona. Nos centramos en aplicar valores en indicarles cuáles son las conductas correctas a fin de participar en la formación de los pequeños para que sean buenas personas el día de mañana", mencionó Agustina Zumbaño.

Su tarea está abocada en dejarles una enseñanza, "los niños que están en un hogar viven situaciones muy duras, hay casos de niños que poseen problemas de violencia en sus casas y todo eso absorben", dijo.

"Ese cuadro influye notoriamente en esto porque siguen el ejemplo de lo que los padres hacen", añadió.

Al respecto, Gastón Rivero indicó que "todo chico necesita crecer en un ambiente sano con el juego y el aprendizaje. Porque se van formando para ser adultos, necesitan alguien que los trate de guiar. Nosotros estamos cerca de ellos para enseñarles valores y todo lo que necesitan para ser buenas personas. Encaminarlos para que sean ricos en valores".

Aplican estas enseñanzas mediante juegos para ganarse su confianza y sientan que alguien más los quiere.

"El trabajo del voluntario no es solamente ir y acompañar, sino que tiene que contribuir de una manera responsable para que ese cambio social en una persona o grupo se vea reflejado y tenga efecto", manifestó Rivero.

Asimismo, remarcó que "queremos que esto sea continuo, estamos haciendo hincapié en dejar enseñanzas en los niños y también en los adultos mayores. No solo acompañar, jugar y hacer divertir, sino más que nada generar comunicación con los niños. Más allá de que nos vistamos como payasos queremos dejar algo de nosotros a todos ellos".

Invitan a todos los comedores, copas de leche o merenderos que deseen contar con las actividades del grupo a que se comuniquen con ellos.

Hace poco asistieron al "Merendero a Pulmón" para divertir a los pequeños".

Necesitan colaboración 

SONRISAS LATENTES / DEJARON EN SU VISITA A LOS NIÑOS DEL “MERENDERO A PULMÓN”.

El grupo continúa buscando miembros que quieran sumarse al proyecto. Para participar en las actividades del grupo es necesario ser mayor de 18 años pero en caso de ser menor podrán asistir mediante la autorización de los padres.

También piden donaciones de ropa, juegos de mesa, alimentos no perecederos que irán destinados a los adultos mayores y niños que visitan.

Uno de los proyectos para este año es extender esta labor hacia otras localidades de la provincia como ser Perico, San Pedro y Libertador. Programaron visitar instituciones de abuelos y chicos los fines de semana en esos lugares. Convocan a todos aquellos que quieran sumarse y aportar su granito de arena.

Para informarse o colaborar se encuentra disponible la página de Facebook: Terapia de Sonrisas. O también a través del número: 388-154682459.

"Algunos dicen que quieren morirse”

Lamentablemente, no todo es alegría en cada visita, hay situaciones muy dolorosas por las que atraviesan los voluntarios ya que las realidades de algunos abuelos son muy duras.

"Estar solo provoca que sufran de depresión. Es algo muy feo que va deteriorando más a la persona y lleva a otras enfermedades físicas. Hay abuelos que no tienen ganas de comer, nosotros les preguntamos y ellos dicen que no tienen ganas. Ese tipo de cosas desencadenan muchos problemas como por ejemplo insomnio, ataques de pánico y ansiedad, entre otras enfermedad feas", explicó Gastón Rivero.

El hecho de que ningún familiar los vaya a visitar repercute mucho en la salud emocional de ellos que viven en soledad, "no es lo mismo que los visitemos nosotros, aunque hacemos todo lo necesario para que estas personas sientan un ambiente familiar y amistoso".

Asimismo, afirmó que "ellos se transforman en niños, los que están viviendo en un hogar, en algunos casos pierden el control de sus vidas.

Las consecuencias físicas como ser pérdida de visión, estar en una silla de ruedas y otras, hacen que muchos sufran pero más los golpea que nadie los visite".

En sus visitas a hogares, los voluntarios se topan con personas con tendencias suicidas, "que no tienen ganas de vivir, nos dicen que quieren morirse. Algunos se manejan con lenguaje de señas y nos hacen gestos de que quieren morirse, eso es muy duro para nosotros pero tenemos que afrontarlo".

Siguió diciendo que "es feo ver eso, nos duele mucho, yo estoy hace mucho tiempo con esto y lo que más veo es cómo sufren de depresión. Y eso no pasa en aquellos que tienen sus necesidades satisfechas, que tienen a sus seres queridos cerca".