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La total falta de solidaridad, de ayuda y asistencia quedó demostrada en un incendio que arrasó la precaria vivienda que ocupan en un rincón del Sector B6 de Alto Comedero el matrimonio constituido por Eliana Flores y Julio César Molina.
Resguardados en la casa de un primo y rodeados por el afecto de algunos vecinos y parientes desconsolados intentan recordar los episodios que desencadenaron un hecho del que les costará muchísimo reponerse.
Julio César Molina afirma que una vecina lo mandó a llamar para decirles que se habían muerto los cachorros de la perra de su propiedad y que había parido hacía solo un par de días.
Por su parte Eliana Flores con su pequeño bebé en brazos indica que "como ustedes pueden apreciar vivimos de manera muy precaria y con el esfuerzo diario que realizamos con mi marido para salir adelante".
En su relato recuerda que su bebito es prematuro y que como consecuencia de la humedad que hay en su casa es que aceptaron mudarse a la del primo, donde además de cuidarla sienten que es el lugar adecuado para sus hijos, ya que el mayor sufre de asma.
Los hechos
El matrimonio como algunos vecinos recuerdan que en la tarde del viernes esta persona, oriunda de otra provincia, los habría amenazado de muerte y que horas después apareció una nota que afirmaba que "Julio si querés tu casa devolveme los $20 mil".
Frente a esto aclaran que no le deben nada a nadie y que jamás le prestaron ese dinero.
El hecho no dejó víctimas aunque solo quedaron cenizas y hollín en lo que un día fueron dos precarias habitaciones.
Bomberos voluntarios se hicieron presentes en el lugar y con la ayuda de los vecinos y algunos baldes intentaron sofocar el incendio.
"Está todo destrozado adentro", afirmó una bombero voluntario que trabajó en el lugar.
Eliana expresó muy apenada que perdieron las camas, los placares, ropa y electrodomésticos.
Trabajan efectivos de la Brigada de Investigaciones de la UR 7.
Un desesperado pedido de ayuda de Eliana Flores y Julio Molina
Eliana con su pequeño bebé de solo seis meses y con serios problemas de salud que no logra superar como consecuencia de ser un niñito prematuro, tiene la mirada perdida y sus ojos brillantes.
Son lágrimas que se niegan a salir pero que ponen de manifiesto su dolor y su impotencia frente a un hecho que no tiene mayor explicación.
A su lado está Julio Cesar, quien solo atina a decir “estamos con lo puesto”, y nuevamente se calla y mira a su hijo de 10 años que con su inocencia a cuesta reclama su bicicleta, que está bajo una montaña de escombros y de cosas quemadas.
Seguramente ese preciado bien tampoco podrá salvarse de la demencia de alguien que no pudo o tal vez no quiso entender que el daño es irreparable.
Solo cuando se recuperan de su momento de profundo dolor atinan a decir “necesitamos ayuda, tenemos tres hijos, uno de diez, otro de seis y el bebé”, para agregar que “nos hace falta de todo, nos quedamos sin nada”.
Las donaciones se reciben en Lote 13, Manzana B del Sector B6 o llamar al 3885883538.