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La política se recalienta, la Justicia se reacomoda

Lunes, 14 de octubre de 2019 01:02

En catorce días, todo habrá terminado. Y en quince días comenzará todo de nuevo. Si hay una segunda vuelta, arreciarán los ataques más vulgares de una campaña grosera, donde abundaron las promesas de lo que se va a hacer, sin que hayan dicho cómo y cuándo lo van a hacer. Si alguna de las fuerzas políticas -las encuestadoras afirman que será el Frente de Todos- alcanza la cantidad de votos, comenzará un tiempo de derribar todo lo existente y volver a intentar reconstruir desde cero, aquella Argentina que quedó trunca en diciembre del 2015. Si por un milagro (nunca descartable) en la política nacional, seguiría gobernando el Frente Juntos por el Cambio, habrá que esperar más de lo mismo, con otro maquillaje pero de más corta duración. Lo cierto es que llegamos al trascendente punto de inflexión en la vida nacional -y en la vida de todos- teniendo que elegir el destino solamente munidos de sospechas, promesas, intuiciones y ansias de hacer tronar el escarmiento sobre la espalda del adversario. El electorado argentino, ha desechado hace tiempo disponer de ideas, ideologías claras, certezas, y convicciones para acompañar a un candidato. Hace cuatro años eligió a unos para echar a los otros. Hoy es probable que esos otros vuelvan, para poder echar a los que están. Triste pero real: de una banquina a la otra, siempre orillando el borde del abismo. En Jujuy, el turno de los gobernantes se extiende cuatro años más, pero tampoco existen certezas del camino que nos tocará transitar, con la gobernación conducida por un radical de Cambiemos, que desechó hace tiempo ser un hombre conciliador, para preferir el choque como herramienta de su fortaleza.

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En catorce días, todo habrá terminado. Y en quince días comenzará todo de nuevo. Si hay una segunda vuelta, arreciarán los ataques más vulgares de una campaña grosera, donde abundaron las promesas de lo que se va a hacer, sin que hayan dicho cómo y cuándo lo van a hacer. Si alguna de las fuerzas políticas -las encuestadoras afirman que será el Frente de Todos- alcanza la cantidad de votos, comenzará un tiempo de derribar todo lo existente y volver a intentar reconstruir desde cero, aquella Argentina que quedó trunca en diciembre del 2015. Si por un milagro (nunca descartable) en la política nacional, seguiría gobernando el Frente Juntos por el Cambio, habrá que esperar más de lo mismo, con otro maquillaje pero de más corta duración. Lo cierto es que llegamos al trascendente punto de inflexión en la vida nacional -y en la vida de todos- teniendo que elegir el destino solamente munidos de sospechas, promesas, intuiciones y ansias de hacer tronar el escarmiento sobre la espalda del adversario. El electorado argentino, ha desechado hace tiempo disponer de ideas, ideologías claras, certezas, y convicciones para acompañar a un candidato. Hace cuatro años eligió a unos para echar a los otros. Hoy es probable que esos otros vuelvan, para poder echar a los que están. Triste pero real: de una banquina a la otra, siempre orillando el borde del abismo. En Jujuy, el turno de los gobernantes se extiende cuatro años más, pero tampoco existen certezas del camino que nos tocará transitar, con la gobernación conducida por un radical de Cambiemos, que desechó hace tiempo ser un hombre conciliador, para preferir el choque como herramienta de su fortaleza.

Mauricio Macri, aún asombra con su tesón de ingeniero y su aparente inocencia política, recorre ciudades y preside actos diciendo que ahora sí, todo mejorará. En tanto, sus socios siguen como siempre: Lilita repartiendo mandobles a propios y ajenos, Miguel Pichetto descastado del PJ y nunca aceptado del todo en la familia PRO, y los radicales con su histórico infierno propio en carne viva. Alberto Fernández, vestido de estadista afirma que nadie decide por él y que ni siquiera Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, la única gran electora que lo puso donde está, tendrá injerencia en el armado de su gabinete. Habla hacia la derecha diciendo que honrará las deudas y hacia la izquierda que no las pagará con el sufrimiento de la gente. Mensajes encontrados que lejos de tranquilizar a unos y arrancar el aplauso de los otros, terminan en desconfianza general. Cualquiera que gane deberá mirar a las Provincias, respetar a los gobernantes y a los pueblos del interior si pretende una gestión equilibrada y con futuro posible. ¿Será el tiempo de un país realmente federal? Ése que no logra con candidatos coacheados, con diabólicos trolls, o asegurando que la solución aparecerá cuando se alcancen los tesoros al final del arco iris.

La Justicia parece haber perdido todo sentido de la ética y de la vergüenza. Con actitud pusilánime se anticipa a las encuestas y renueva su condición acomodaticia con fallos que la pintan calva. Los presos K, desfilan hacia la libertad, los juicios pendientes comienzan a ser diferidos y las causas por corrupción entran en un limbo difuso. Mientras nuevas causas apuntan al macrismo aún vivo, amenazan con pasearlo por banquillos de todo el país. El ministro de Justicia, Germán Garavano, tuvo que decir que "de tan independiente la Justicia parece opositora". Por su parte la titular de Justicia Legítima, brazo judicial ultrak, Cristina Caamaño, dijo que "los jueces no deben querer problemas y entonces empiezan a acomodarse". En Jujuy, un breve movimiento muestra algo parecido. La Cámara de Casación Penal tuvo decisiones salomónicas: rechazó el pedido del ministerio público de aumentar de 13 a 22 años la prisión de Milagro Amalia Ángela Sala de Noro, en la causa Pibes Villeros, y por el beneficio de la duda absolvió a su esposo Raúl Noro quien había sido condenado a tres años de prisión en suspenso. Completando los guiños a los referentes tupaqueros, redujo las penas de 8 a 7 años de prisión a Sandra y Adriana Condorí y a Graciela López, a quien le autorizó prisión domiciliaria. Guiñando con el otro ojo, redujo la pena de la extupaquera Mabel Balconte, aún diputada provincial y adscripta al oficialismo cuyos testimonios en su momento hundieron en el fango judicial a la señora Sala. Gracias al paraguas oficialista Balconte esquivó el desafuero y la prisión, y ahora, con la pena reducida a tres años y excarcelable, podrá concluir su mandato en diciembre sin conflictos con la ley. Comentarios en los pasillos de Tribunales, indicaban que los operadores judiciales del gobierno se atribuían el punto a favor y el haber cumplido con la legisladora por su "garrochazo". Otras apelaciones a referentes "menores" fueron rechazadas por los camaristas Cristian Torres, Rodolfo Fernández y Margarita Nallar. En tanto, la señora Sala, disfruta anticipando su posible liberación afirmando que ya sueña reconstruir la Tupac Amaru, pero "primero que recuperen la libertad todos mis compañeros, y si tengo que ser la última, que sea así". No se debe olvidar que la jefa tupaquera dejó en claro que no se arrepiente de nada y algo más: fue más clara al decir que quiere disputarle la gobernación a Gerardo Morales. Otras cosas resonantes, se seguirán viendo en la Justicia local.

GM tiene abiertos todos los frentes. En Bs. As. peleará por la presidencia nacional de la UCR, y por calzar a Mario Fiad presidente del bloque de senadores. En Jujuy en medio de la crisis económica, 1) Con deudas y sin equilibrio fiscal soportará la presión del sector estatal y del privado, con gran dependencia estructural del Estado; 2) Un gobierno nacional freezado, y con sectores en franca retirada; 3) La campaña aún desabrida y desmotivada hacia adentro y hacia afuera de su Frente Cambia Jujuy; y 4) Para colmo la extraña paradoja de tener el problema de la inminente visita del amigo y compañero de ruta, Mauricio Macri, que llegará a Jujuy en "modo candidato" buscando el oxígeno de un acto público masivo que esté a la altura de las generosas manos que le dio a la Provincia desde la Presidencia. De Humahuaca 2015, a este Jujuy 2019, el GM se verá en figurillas para montar un instante feliz para Juntos por el Cambio.

Los peronistas aceleran. El motor está a punto, desde las Paso vienen con el tanque lleno, el camino libre de obstáculos, pero el auto marcha con el freno de mano puesto. La persistencia y las operaciones del moisesismo para voltear la lista surgida del sistema D’Hont y alzarse con la totalidad de sus candidatos, más la extrañísima indefinición de la Cámara Federal Electoral, a dos semanas de la elección, todavía no le permiten tomar toda la velocidad ideal para el último tramo. La obsecación de posiciones extremas está desmejorando las condiciones ideales que el PJ recuperó la noche del 11-A y una decisión contraria de la CNE podría terminar de dinamitarlas. En el horizonte, dos actores expectantes aguardan con ansiedad: Juntos por el Cambio, para aumentar su esperanzas de colocar a Natalia Sarapura y los muchachos de Consenso Federal, prestos a aprovechar una rendija para calzar el ingreso de Alejando Snopek, detrás de los votos de Lavagna, que según ellos pueden sorprender en Jujuy. Más sereno, el Frente de Izquierda se prepara para seguir en su sitio de opositor duro. Más modestos y con la humilde pretensión de reordenarse y esperar, la guardia vieja del MPJ, está desempolvando los laureles que heredaron de don Horacio Guzmán. Hace horas, romper con el sector de Carlos Daniel Snopek, aceptó la renuncia del presidente Dr. Ricardo Guzmán, dejó en funciones a la vicepresidente Gloria Gighliazza y encargó a la diputada provincial (MC) Bárbara Andreussi, trabajar para movilizar de su tropa y convocar a elecciones el 14 de Diciembre. “Nuestra sede no es una casa abandonada, y nuestro parti­do, merece seguir en nombre de don Horacio, luchando por Jujuy”, se dijeron en una emotiva reunión en la histórica casona de Senador Pérez 140.

 

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