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Prisión perpetua por matar a golpes a su hija

La beba de dos años murió a causa de los severos golpes que sufrió. Días atrás Navarro había atacado a su otro hijo.
Jueves, 17 de octubre de 2019 01:04

Alan Misael "Chin" Navarro fue condenado a cumplir la pena de prisión perpetua, luego de que el Tribunal en lo Criminal Nº 2 lo hallara autor del crimen de su beba de 2 años, Nicol López, en una vivienda del barrio Mitre de la localidad de Calilegua, en un hecho ocurrido en abril del año pasado.

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Alan Misael "Chin" Navarro fue condenado a cumplir la pena de prisión perpetua, luego de que el Tribunal en lo Criminal Nº 2 lo hallara autor del crimen de su beba de 2 años, Nicol López, en una vivienda del barrio Mitre de la localidad de Calilegua, en un hecho ocurrido en abril del año pasado.

Los alegatos de la fiscal de Cámara Silvia Farall, quien participó en la instrucción penal preparatoria, fueron contundentes y con la voz a punto de quebrarse expuso sobre las graves heridas que sufrió la criatura en manos de su padre.

De allí se supo que "Chin" Navarro no solo le produjo el desprendimiento de retina de un ojo a su hija que todavía usaba pañales, sino que además le pegó con un elemento contundente en la cabeza que le provocó un traumatismo encéfalo craneal (TEC) grave, pero además los resultados de la autopsia determinaron que el pequeño cuerpo de Nicol sufrió golpes en los brazos, cuello, tobillos y espalda, aparentemente con un palo.

Los alegatos de la fiscal Farall fueron contundentes y los actos por los que el imputado llegó a estas instancias judiciales fueron detalladamente explicados punto por punto.

Pero Navarro no solo se ensañó con su hija de dos años, sino que además días atrás había atacado con un palo a su otro hijo, que en ese entonces tenía apenas 4 años.

Lo hizo también con un palo y le dejó serias heridas en la espalda, que fueron comprobadas por los médicos del hospital de Calilegua que asistieron al niño. "Chin" Navarro le había dicho a su concubina Sabrina López que tuvo que pegarle al niño porque este le había derramado un poco de té a su hermanita.

El perito psicológico del Poder Judicial le había dicho al Tribunal que le llamó poderosamente la atención que el imputado no mostrara congoja o tristeza por la muerte de su hija, que solo estaba preocupado por la cantidad de años que pasará entre rejas, que por lo menos será la misma cantidad de la edad que hoy tiene.

Para la Justicia ha quedado debidamente acreditada la autoría del hecho de filicidio de Navarro en contra de Nicol López, testigos, su concubina y su propia declaración lo pusieron en la escena del crimen, pero lo que no podía establecerse fue el móvil. El motivo que puede llegar a tener una persona para atacar a golpes a su propia hija de apenas dos años y golpearla hasta matarla o el ensañamiento de atacar a su hijo de 4 años días anteriores.

Con las declaraciones testimoniales que recepcionaron, todo apunta a que los amigos y familiares de "Chin" Navarro llegaron hasta burlarse de él, manifestándole que los hijos que tuvo con Sabrina López no eran suyos.

Es que la figura de Navarro en el barrio Mitre de Calilegua era muy conocida, no justamente por ser protagonista de buenos actos, todo lo contrario. Los vecinos sabían que tuvo cuatro hijos, dos con una mujer y otros dos con López, dijeron que nunca se le conoció un trabajo para mantenerlos, además afirmaron que el joven era muy conflictivo, pero solo atacaba en patota.

Navarro negaba la paternidad de los hijos que tuvo con López, al punto que ni siquiera su madre conoció a Nicol, la niña asesinada.

El joven de 25 años fue hallado autor penalmente responsable del delito de "homicidio agravado por el vínculo y alevosía" y escuchó la parte dispositiva del fallo con la cabeza gacha, preocupado para que los presentes observen las letras mal dibujadas que le ocupan los nudillos y las falanges de sus dedos.

Afrontó su juicio totalmente solo, sin ningún familiar cerca y con su altanería casi oculta entre sus hombros fruncidos.

Cuando el Tribunal en lo Criminal Nº 2 cerró el debate y se retiró del recinto, Navarro puso una voz de un adolescente que acababa de ser regañado y le preguntó a su abogada representante de la defensa oficial si podía apelar el fallo. La respuesta de la profesional fue que había que esperar los fundamentos del fallo, pero él ya sabía que su suerte estaba echada.