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20 de Abril,  Jujuy, Argentina
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"Las niñas tienen derecho a heredar un mundo más simétrico y respetuoso"

Llegó a Jujuy a participar del Conversatorio denominado "Infancias Libres" organizado por la Diplomatura en Violencia de Género y la Secretaría de Extensión de la Facultad de Humanidades.Es una activista travesti por los DDHH y las infancias libres. Se formó como psicóloga social en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo y continuó su carrera en el área de Pedagogía.
Lunes, 28 de octubre de 2019 19:12

-¿Cómo son las infancias libres?

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-¿Cómo son las infancias libres?

-Creo que hay que permitirnos y permitir nuevas infancias, infancias explorativas, que no sean patologizadas sino al contrario, que se vuelvan modelos de referencia, que ofrezcan nuevos saberes. Los fracasos del mundo también se ven reflejados en las infancias actuales, machucadas por el régimen heterocentrista que cercena toda posibilidad de exploración identitaria.

 

-En el conversatorio planteó varios conceptos para repensar la trama social actual, uno de ellos la nostredad. ¿De qué se trata?

-La nostredad es una nueva subjetividad que despierta a una conciencia social y nos permite la empatía mutua. Una de las etapas vitales claves para la nostredad es la infancia, es la etapa en la que nos construimos a nosotres mismos. Hay que contraponer en las prácticas, ir construyendo la otredad, generar un otre que no nos amenace y con quien podamos tender redes concretas. El odio está, lo que tenemos que hacer es construir el amor y eso tiene que ver con la nostredad.

-¿Cuál cree que es la responsabilidad de los adultos o padres a la hora de propiciar ambientes que permitan el desarrollo de infancias libres?

-Los padres debemos generar la libertad de expresión. La responsabilidad es estar receptivo y poder abrirse a la escucha de niños y niñas para poder saber cuál es su deseo. Que lo puedan manifestar y que tengan la confianza de decirlo. No se puede entender que mujeres que van a un encuentro de mujeres a los 27 años, a los 35 y los 47 recién puedan decir y poner en voz al escuchar a sus compañeras que ellas también fueron abusadas, que ellas acarrean dolor, que ellas sintieron esa dolencia en sus infancias. No es posible que no hayamos creado los espacios sociales para manifestar eso, cuando estamos en riesgo, cuando sentimos que alguien nos violenta. Que no podamos ponerlo de manifiesto es porque no confiamos en la escucha del otro.

-¿Cree que sí los adultos escucháramos a los niños y niñas podríamos protegerlos de los abusos?

-Hay estadísticas concretas de que el 80% de los embarazos en niñas y adolescentes en América Latina son intrafamiliares. Ese es un dato duro que no se construyó desde el feminismo, son datos estadísticos que surgen de la salud pública. Nos muestra que la violencia está en el hogar y esa violencia hay que trabajarla para no llegar al extremo de la punibilidad y que vayan todos presos. Hay que empezar a cambiar, para que nuestros niños transformen sus formas de llevar adelante la masculinidad y para que nuestras niñas se empoderen y puedan entenderse a sí mismas como sujetas de derechos, del derecho al propio deseo, a su sexualidad, que vivan su cuerpo sin culpa, que no estén sometidas a tener un cuerpo específico. Tenemos que cumplir demasiadas expectativas. Nuestros cuerpos son nuestros y no se tienen que ajustar al paradigma occidental de ser blanca, flaca, linda y siempre joven.

-Durante el conversatorio compartió un dato sobre la edad en la que las infancias trans son vulnerables...

-Entre 8 y 13 años, es en el momento en el que se asume la identidad y es el momento de manifestarla, una se puede quedar en la vulnerabilidad absoluta. En ese momento se corre el peligro de ser expulsada por el machismo operante incluso de nuestra familia y es muy grave. Esto es lo que generó el colonizador, que generó el desconocimiento, incluso del amor de una madre o un padre por sus hijos en tanto estos no cumplan con las expectativas que el sistema quiere, que sea un hombre o una mujer con una productividad específica. Las niñas están acostumbradas a cierta desvalorización y lo van manejando de otra manera porque están acostumbradas, ya que tienen una socialización específica. Ahora cuando el varoncito que está educado para ser el sujeto privilegiado de esta sociedad elige no serlo, es expulsado porque lo que esta sociedad no se banca es la renuncia a estos privilegios. Antes de ser expulsadas de nuestros pueblos, barrios, naciones y demás hay una expulsión de la familia heterosexual y es terrible porque uno ya se sabe parte y ocurre como lo dice Pedro Lebemel, se producen las "alitas quebradas". Cuando te quiebran las alas vas a llegar a instancia adulta con esos dolores y esa invalidez emocional de no creerte capaz de que una sociedad te pueda abrazar, de que pueda valorar tus aportes, que te pueda valorar en una situación de trabajo como compañera de trabajo y pueda sacarte del estigma de estar en una situación de prostitución. Marcar la violencia que se genera en la infancia que tiene que ver con una violencia epistémica en el mundo adulto con sus paradigmas. Así como criticamos al patriarcado, al sistema capitalista, al sistema colonialista y al sistema extractivista, estamos criticando a este mismo sistema como adultocéntrico.

-¿Que implica un mundo adultocéntrico?

-Es un mundo que asegura que las niñas y los niños no saben de sí mismo. Claramente en la infancia uno no sabe muchas cosas por falta de experiencias, pero de la mismidad, de saber lo que se quiere, no hay otra persona, un adulto o un padre que pueda decirte qué sos, qué querés ser y qué estás sintiendo. Y esto debería tener un respeto irrestricto. Tenemos como ordenamiento jurídico el respeto a los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes y estos claramente se están violando. Se está violando de manera muy dramática en las infancias intersex, ya que cuando un niño intersex nace, a los pocos días la ciencia le dice a los padres que deben normativizarlo, y eso significa mutilar sus genitales. Y en general la mutilación es para construir vagina porque es más difícil construir un pene. En estas infancias se decide una mutilación porque no se les da tiempo de ir creciendo y apropiarse de su cuerpo y amar a ese cuerpo. Desde el criterio científico no se permite que en el futuro una persona adulta pueda decidir por sí misma. El poder decir sobre sí mismo es lo que enraíza también la lucha por el aborto, que busca que una persona pueda decidir con autonomía sobre sí mismo.

-También habló de la necesidad de la ESI, ¿por qué cree que hay resistencia a su implementación? ¿Cree que su resistencia se agravó en los últimos años?

-Creo que sí se agravó la resistencia en los últimos años, es como un laboratorio del pensamiento conservador, religioso y reaccionario de un sistema que nos quiere esclavos y productoras de subjetividad en tanto fuerza de trabajo y solo eso. No nos quiere para nuestra felicidad. Esto de "con mis hijos no te metas", lo que tiene como trasfondo es la propiedad. Como mamá o como papá creo que mis hijos son de mi propiedad y yo les voy a dar lo que yo considero que está bueno y solo eso. Cuando lo que se está proponiendo con la ESI es que tengan información de acuerdo a su edad y grado de maduración para entender su propio cuerpo. Tiene que ver con dar información para que se conozcan a si mismos y que sepan los riesgos que traen, por ejemplo, el embarazo adolescente, las enfermedades de transmisión sexual, que sepan reconocer a los abusos sexuales como tales, que sepan que es un abuso sobre su cuerpo. El adultocentrismo no quiere pensar a estas personas con todos sus derechos sino como un objeto propio y esto no es así. La ESI no es la barbaridad que piensan, sino que es una pedagogía para enseñarle a los niños a construir relaciones sociales igualitarias y respetuosas.

-¿Qué hace falta para construir subjetividades libres? -Tenemos que pensar que somos sujetos sociales y que lo que estamos construyendo son relaciones sociales. La sexualidad es una relación social más y debemos pensar cómo deben ser esas relaciones, deben ser simétricas. No puede haber un sujeto poderoso y como prerrogativa de ser varón tenga la posibilidad de violentar a todas las femineidades de su alrededor. Hay que trabajar desde la infancia para que haya otra conciencia.

¿Cuáles son los desafíos de los adultos? -Los desafíos son trabajar desde la pedagogía para que los espacios institucionalizados sean espacios inclusivos. Empecemos a construir sociedades en donde todos y todas participemos de nuestros deseos. Una sociedad con una distribución equitativa de la riqueza. Las niñas y niños tienen derecho a heredar un mundo más simétrico y respetuoso.