El joven purmamarqueño Aníbal Casimiro fue condenado a cumplir la pena de prisión perpetua, luego de ser hallado culpable del femicidio de Gladis Lorena Alberto, hecho ocurrido en mayo del año pasado en una habitación ubicada entre las calles San Francisco y Purmamarca del barrio Alto Gorriti de nuestra ciudad.
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El joven purmamarqueño Aníbal Casimiro fue condenado a cumplir la pena de prisión perpetua, luego de ser hallado culpable del femicidio de Gladis Lorena Alberto, hecho ocurrido en mayo del año pasado en una habitación ubicada entre las calles San Francisco y Purmamarca del barrio Alto Gorriti de nuestra ciudad.
En la jornada de ayer en la sala de audiencias del segundo piso del Palacio de Tribunales se produjeron los alegatos del hecho que conmocionó a toda la comunidad, luego de enterarse que una joven estudiante había sido envenenada con un potente plaguicida.
La Fiscalía de Cámara representada por Diego Funes dio cuenta que ha quedado debidamente comprobado que no solo Casimiro mantenía un vínculo con Alberto, sino que además temía que a joven termine con la relación y por eso compró en la ciudad de Perico un frasco del plaguicida marca Furadan.
Antes de los alegatos el imputado decidió prestar declaración ante el Tribunal en lo Criminal Nº 2 y además de negar todos los cargos, llamó la atención a las partes que se refería al momento del crimen como "el día que fui detenido", invisibilizando a su víctima y omitiendo los momentos previos que estuvo con Gladis Alberto.
Casimiro se negó a responder preguntas a excepción de las que les hizo su abogado defensor oficial Alejandro Gloss y sus escuetas declaraciones bastaron para confirmar los informes de las pericias psicológicas, que lo describieron como una persona que no toleraba el fracaso y temía terminar la relación con Alberto, además de ser una persona egocéntrica y con carencia de empatía.
Paula Vega representante de la Secretaría de Paridad de Género fue parte de la querella y en sus alegatos adhirió al pedido de la Fiscalía, mientras que Gloss solicitó al Tribunal en lo Criminal la nulidad de las actuaciones de la Instrucción Penal Preparatoria, que en la lectura dispositiva del fallo, fueron rechazados por improcedentes.
La confesión fue la clave
Casimiro fue trasladado desde la Seccional 2º a la sede de la Brigada de Investigaciones y decidió contarle a un efectivo policial que había inyectado con una jeringa el plaguicida a un envase de jugo y se lo dio a Alberto, luego arrojó las pruebas a los techos de esa habitación y llamó al Same para que asistan a la víctima
Los elementos probatorios secuestrados en el lugar indicado por Casimiro y las pericias determinaron la veracidad de sus dichos.
José Alberto y Francisca Castilla son los padres de la joven estudiante de peluquería que fue asesinada y le dijeron a nuestro diario que si bien "nada nos va a devolver a nuestra hija y nunca encontraremos paz con todo lo que nos tocó vivir, pero estamos conformes con el fallo y creemos que se hizo justicia condenando al asesino", dijeron.