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"Un padre, una madre no abandona nunca a sus hijos"

El obispo de Jujuy resaltó que éste es un octubre muy especial por el inicio del año jubilar y la visita de la Virgen del Valle.
Lunes, 07 de octubre de 2019 01:00

El repicar de las campanas de la Catedral fue la señal de partida de un centenar de peregrinos que con pasión, devoción y emoción inició, como cada año, el recorrido hasta el Santuario de la Madre del Rosario de Río Blanco y Paypaya, nuestra santa patrona.

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El repicar de las campanas de la Catedral fue la señal de partida de un centenar de peregrinos que con pasión, devoción y emoción inició, como cada año, el recorrido hasta el Santuario de la Madre del Rosario de Río Blanco y Paypaya, nuestra santa patrona.

Ahí en medio de las sombras aparecen los jujeños deseosos de cargar la sagrada imagen, uno con los ojos enrojecidos por el llanto que brota genuino y puro. También algunos promesantes con sus pies descalzos llevando de la mano a sus hijos, para transmitirle la fe y la confianza en la Virgen que acompaña a los jujeños en buenos y malos momentos.

INGRESO AL SANTUARIO / LOS SERVIDORES ABREN PASO A LA IMAGEN DE LA VIRGEN DEL ROSARIO DE RÍO BLANCO Y PAYPAYA.

MONAGUILLOS, SACERDOTES Y EL OBISPO / PRECEDEN A LA IMAGEN DE LA PATRONA JUJEÑA POCO ANTES DE LA EUCARISTÍA DE LAS 8.30.

Jujuy está de fiesta, la columna que transita por la ruta 1 se va cargando lentamente de devotos que salen de sus hogares ubicados en la zona sur y desde Alto Comedero las risas y las vocecitas de los niños que juguetean con sus "caschis".

El sol naciendo tras el Zapla y el humo de los fogones de los puestos ubicados a la vera de la ruta están marcando que la columna de hombres, mujeres y niños está arribando al Santuario donde un docena de sacerdotes escuchan las confesiones de aquellos que después estarán alrededor del altar para celebrar la vida y la fe en nuestra amada Madre.

La voz del obispo

SANTA MISA/ LAS FAMILIAS PEREGRINAS SE UNIERON EN LA ORACIÓN Y LA EUCARISTÍA.

"Éste es un octubre muy especial el que comenzamos a transitar" comienza el obispo diocesano de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández "es el cumpleaños de la Virgen que celebramos, será un 7 de octubre muy especial, comenzamos la preparación para celebrar el 31 de octubre del 2020 el centenario de la coronación pontificia, es decir del mandato que hiciera el Papa Benedicto XV en 1920 de coronar la imagen venerada de nuestra patrona, la Madre del Rosario de Río Blanco y Paypaya", remarca.

"Comenzaremos con un año jubilar hasta ese 31 de octubre del 2020, año que a nivel de toda la Nación argentina se tiñe de los colores de la Virgen porque celebraremos un Año Mariano Nacional, con motivo de los 400 años de la Virgen del Valle en Catamarca, patrona del noroeste argentino", indica.

"La Virgen del Valle vendrá a visitarnos, estará en este campito para acompañar el cumpleaños de nuestra patrona y luego iniciará un recorrido muy especial hasta fin de mes por todas las comunidades de nuestra Diócesis que la tiene como patrona", recordó el obispo a una multitud que escuchaba en silencio.

"Éste es un octubre muy especial marcado por todos estos regalos que queremos agradecer a Dios. La Palabra de Dios nos habla del perdón del hermano, un perdón generoso, dispuesto a ofrecerse permanentemente cada vez que el hermano arrepentido acude a mí, así como lo hacemos nosotros ante Dios pidiendo perdón por nuestros pecados" e hizo un alto en su alocución para preguntarse "¿Cuántas veces nos perdonó Dios a lo largo de nuestra vida, pidiendo y recibiendo su perdón?".

INMENSA FE / UNA ABUELA RECIBE LA BENDICIÓN DE MANOS DE MONSEÑOR FERNÁNDEZ.

El obispo agregó que como los apóstoles debemos decir "Señor auméntanos la fe", agregando que todos debemos crecer en la fe y que sea ella la que se constituya en el motor que transforme todo.

"Muchos de ustedes dirán tenemos fe y por eso estamos acá, pero esa fe debe estar presente todo el día, la fe tiene que iluminar a la familia, acompañar las dificultades que tenemos en el trabajo cada día, la fe tiene que iluminar los dolores, iluminar la crianza de los hijos, debe ser la luz que nos hace ver todas la cosas como la ve Dios", indicó.

Agregó que "esa fe es confiar en Dios que no nos abandona, confiar en él que nos quiere bien, como sus hijos, porque nos ha dado la vida y también la gracia de la fe en el bautismo y que se compromete con nosotros".

"Somos sus hijos por más que seamos pecadores, estemos alejados de él y no nos acordemos", acotó para manifestar finalmente con fuerza que "un padre, una madre no abandona nunca a sus hijos, aunque ellos sean desagradecidos aunque no lo recompensen, aunque no le devuelvan el amor recibido, nunca un padre en su corazón romperá esa alianza entrañable de amor que tienen con sus hijos, muchos menos Dios".