Y en las páginas de la historia quedaron escritos los nombres de hombres y mujeres que se hicieron ofrenda en bien de la comunidad, que fueron delineando el perfil del pueblo donde les tocó labrar sus sueños y realidades y que se proyectaron, dejando un valioso legado. Hoy, la comunidad sampedreña recuerda a una de esas personalidades, monseñor Sixto Villoldo, quien fue su párroco por más de 39 años, al cumplirse 24 años de su fallecimiento.
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Y en las páginas de la historia quedaron escritos los nombres de hombres y mujeres que se hicieron ofrenda en bien de la comunidad, que fueron delineando el perfil del pueblo donde les tocó labrar sus sueños y realidades y que se proyectaron, dejando un valioso legado. Hoy, la comunidad sampedreña recuerda a una de esas personalidades, monseñor Sixto Villoldo, quien fue su párroco por más de 39 años, al cumplirse 24 años de su fallecimiento.
Fue grande la siembra realizada por el querido sacerdote, no sólo en cuanto a las obras espirituales sino a las materiales. Templos, capillas, grutas, instituciones nos hablan de su tesonero trabajo. Fue el primer sacerdote ordenado en Jujuy, fundador de Cáritas, la primera de la Diócesis, de La liga de Padres de Familia, del grupo de los Boys Scouts, de la Casa del Niño que Trabaja, que posteriormente se amplió y hoy es el Colegio "Jesús Maestro". Formó el Coro Palestrina dirigido por el maestro Joaquín Pérez Flores y fundó la Banda de Música Juvenil con los Boys Scouts, entre tantas otras obras.
Sixto Villoldo nació el 27 de mayo de 1922, en Perico, departamento El Carmen. Fueron sus padres Catalina Torres y Sixto Villoldo. Siendo un adolescente, cuando cursaba el primer año del Colegio Nacional de Belgrano de Salta, ingresó al Seminario de Jujuy y en forma paralela, también cursó el Bachillerato Humanístico en Salta. Luego estudió Filosofía y Teología en el Seminario de Catamarca.
Fue ordenado sacerdote el 1 de diciembre de 1946 y celebró su primera misa en la iglesia Catedral de San Salvador de Jujuy el 8 de diciembre. Fue el primer sacerdote ordenado en Jujuy y ocupó el cargo de secretario canciller del obispo Enrique Mühn durante diez años. Luego fue destinado a San Pedro de Jujuy y desde el 7 de marzo de 1956, se hizo cargo de la parroquia San Pedro de Río Negro, que recibió de manos de monseñor José Gottau y trabajó denodadamente por su comunidad durante casi 40 años.
Tras un lamentable accidente de tránsito, ocurrido el 8 de noviembre sobre la ruta provincial Nº 1, a la altura de la localidad de El Piquete, falleció en esta ciudad un 11 de noviembre de 1995. Sus restos fueron inhumados en el Cementerio Cristo Rey y por solicitud de su feligresía, actualmente descansan en la iglesia San Pedro de Río Negro.