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"Mi estado de salud no me volteó, yo sigo luchando"

Marcelo Reyes continúa trabajando en su carnicería del barrio Luján, luego de perder parte de su rodilla.
Martes, 26 de noviembre de 2019 01:01

"La limitación está en la cabeza". Parece increíble contar que una persona haya podido salir tan airosa después de perder una de las extremidades de su cuerpo. Pero Marcelo Reyes, de 54 años, es más fuerte de lo que muchos se imaginan. Así, con la misma confianza en sí mismo y la tenacidad que mostró durante los meses que duró su recuperación, hoy continúa trabajando en su carnicería ubicada en la calle Tumusla del barrio Luján, oficio que eligió desde que tenía 20 años.

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"La limitación está en la cabeza". Parece increíble contar que una persona haya podido salir tan airosa después de perder una de las extremidades de su cuerpo. Pero Marcelo Reyes, de 54 años, es más fuerte de lo que muchos se imaginan. Así, con la misma confianza en sí mismo y la tenacidad que mostró durante los meses que duró su recuperación, hoy continúa trabajando en su carnicería ubicada en la calle Tumusla del barrio Luján, oficio que eligió desde que tenía 20 años.

 

Los dos principales tipos de diabetes son la diabetes tipo 1, antes llamada infanto-juvenil, y la tipo 2, conocida como la del adulto

 

El encuentro con este hombre, fue por esas casualidades que tiene el destino. Nadie nos habló de su historia. No fue marcado ni organizado. Simplemente, tras realizar un relevamiento sobre cómo afrontan las ventas las carnicerías, lo encontramos en su local, con un gran optimismo y amabilidad atendiendo a los clientes.

Hace veinte años a Marcelo le descubrieron que padecía diabetes, una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa en la sangre, también conocido como azúcar, es demasiado alto. Mientras preparaba los cortes de carne, cuenta que no se concientizó a tiempo ni tomó la enfermedad en serio, en el sentido de cuidarse en las comidas, realizar algún tipo de actividad física y darle el descanso que merecía su cuerpo.

Recordó también que en algunos episodios de su infancia, su madre le decía que no tomara tantas bebidas azucaradas, porque podía enfermarse y había antecedentes en la familia, por lo que era muy probable que pudiera contraer el mal, algo que terminó sucediendo.

Esta enfermedad dulce pero amarga, empezó a mostrar síntomas en el año 2013, cuando apareció una mancha peligrosa en su pie derecho que, afortunadamente, no llegó a ser necesaria la amputación del pie, gracias a la capacidad del médico que lo asistió en aquel momento.

De esta manera, los años pasaban y Marcelo ocupaba su tiempo trabajando en la administración pública y en la carnicería, dejando de lado tener una buena alimentación y darle el descanso que merecía su cuerpo.

MARCELO JERÉZ / FUE SOMETIDO A UNA CIRUGÍA DE RODILLA PARA SALVAR SU VIDA, DEBIDO A COMPLICACIONES DE LA DIABETES.

No fue hasta el año 2016 que recurrió al médico y le confirmó que la enfermedad había tomado parte de su pie izquierdo y tuvieron que intervenirlo quirúrgicamente, por lo que perdió dos de sus dedos.

Tras ese lamentable momento, no se dejó caer y procuró seguir las indicaciones de su médico. Se cuidaba en las comidas, hacía reposo y tomaba los medicamentos en tiempo y forma. Sin embargo, luego de un mes de haber sido intervenido, dejó de darle atención a su salud y la patología se cobró una importante parte de su rodilla. "Hicieron un estudio y vieron que estaba avanzada la infección, tuvieron que cortarme un poco más del pie", contó.

"Fui fuerte de la cabeza"

A pesar de la terrible situación, que atravesó, Marcelo fue alimentando su ser de pensamientos y acciones positivas, formando finalmente una armadura invisible que no le permitió en ningún momento desplomarse.

Así, redobló su apuesta con la vida, y las ganas de salir adelante y agregó que su estado de salud, no lo "volteo", y sigue luchando, "sé que personas que pasan por esto, se caen, se deprimen y se dedican a consumir alcohol, otros se suicidan", relató.

Marcelo se describe como "una persona muy fuerte de la cabeza" y recuerda que en un momento, sus hermanas le sugirieron que asista al psicólogo para recibir ayuda a fin de superar la enfermedad "y yo dije que no hacía falta", cuenta entre risas. No poder salir a diferentes lugares, fue otros de los cambios que tuvo que afrontar. "A mí me enseñaron mis abuelos y madre que si uno quiere tener algo debe trabajar y eso lo tengo muy presente", sostuvo.

Visión optimista

Muchos atraviesan situaciones difíciles que no les permite tener una visión optimista del futuro. Personas como Marcelo Jeréz, quien luego de haber pasado por una cirugía que le cobró parte de su pierna, sostiene que "no hay mal que dure cien años, hay gente que está pasando peor que uno y no tiene cómo luchar", dijo. 

Relató así que la situación económica que se viene presentando en estos últimos tiempos, lo llevó a que se deshaga de algunas pertenencias para poder subsistir. Además, atravesó situaciones negativas como robos y otros inconvenientes. "Por la desesperación pensé en terminar con mi vida, pero desistí y hoy sigo luchando", relató. 

Y es que son varios los casos de personas que gracias a su voluntad y formas de encarar la vida, han podido ser un ejemplo para los demás.