Luego que el Obispado de Jujuy informara que por rescripto (decisión del Papa para resolver una consulta o responder a una petición) del papa Francisco se impuso la dimisión del estado clerical al referente del grupo de oración "San Pío de Pietrelcina", Gustavo Barrientos, este expresó que las acusaciones en su contra son "calumnias" y que no parará "hasta que se haga justicia".
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Luego que el Obispado de Jujuy informara que por rescripto (decisión del Papa para resolver una consulta o responder a una petición) del papa Francisco se impuso la dimisión del estado clerical al referente del grupo de oración "San Pío de Pietrelcina", Gustavo Barrientos, este expresó que las acusaciones en su contra son "calumnias" y que no parará "hasta que se haga justicia".
"Es cierto que me quitaron el estado clerical pero yo sigo siendo sacerdote porque es indultable y por eso voy a seguir trabajando con la misión de siempre con el mismo grupo de oración, asistiendo a las casas y celebrando las misas en el mismo lugar de siempre", expresó en diálogo con El Tribuno de Jujuy.
Consultado en carácter de qué y bajo qué órbita continuaría desempañándose indicó que "en carácter de sacerdote voy a seguir dando misas hasta que me puedan abrir las puertas del Vaticano porque yo tengo las pruebas de cómo se ha ido manejando mi proceso. Por eso no voy a parar hasta que se haga justicia porque acá hubo muchas mentiras".
Denunció irregularidades
"Desde los tiempos del obispo (Marcelo) Palentini, a mí y a mi grupo nos vienen persiguiendo con calumnias diciendo que nosotros mentíamos y estafábamos a la gente y que hacíamos ritos tipo satánicos. Pero lo que hacemos es ofrecer servicios a través de un carisma que hemos recibido de un mandato que Dios me ha dado en 2003, para que pudiera asistir y ayudar a personas que están enfermas o que están con posesiones demoníacas", comentó.
Y agregó: "Yo he vivido una persecución sistemática, y por eso hice denuncias muy fuertes y tengo documentación que lo respalda y si se me abren los caminos pediré hablar con algunos de los asistentes del Papa".
Sobre cómo se ha desarrollado el proceso tras su notificación denunció que "después de mucho andar y consultar a diferentes letrados para armar mi defensa sucedieron una serie de irregularidades. Me decían de ir a un lugar primero y otro después, luego que no debía gastar en letrados y que se me asignarían tres canonistas, luego que yo debería buscar uno de peso de Córdoba para abajo y en esa búsqueda en la Arquidiócesis de esa provincia me dijeron que no tenía ninguna causa y por lo tanto no me podían asignar uno y fue así que nos dimos cuenta que estaban mintiendo respecto a quien estaba llevando mi causa", motivos por los cuales expresó que se le vencieron los tiempos de presentación de pruebas.
Y sobre los trascendidos que indican que fue expulsado de la Iglesia, Gustavo Barrientos respondió que "es mentira que a mí me sacaron de la Iglesia, es sólo dimisión. Porque para sacarme tendrían que haberme excomulgado. Por eso la importancia de utilizar los términos apropiados. Y cuando dicen eso de sacarme de la iglesia significa que yo ya no sería católico y lo sigo siendo".
Por último, insistió en que "lo que yo haga de ahora en adelante será válido porque yo soy ordenado y eso tiene un signo que es indeleble".