Los silbidos se prolongaron por varios minutos. Los hinchas, así, despidieron a Gimnasia anoche del estadio "23 de Agosto", luego de derrota en manos de Sarmiento de Junín por tres a uno en el cierre de la primera etapa del torneo de ascenso.
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Los silbidos se prolongaron por varios minutos. Los hinchas, así, despidieron a Gimnasia anoche del estadio "23 de Agosto", luego de derrota en manos de Sarmiento de Junín por tres a uno en el cierre de la primera etapa del torneo de ascenso.
El equipo de Marcelo Herrera fue una sombra futbolísticamente y cayó sin atenuantes. Ni siquiera podrá ilusionarse con ingresar a la Copa Argentina, el objetivo planificado. La gente, cansada de un semestre con muchas más decepciones que alegrías, estalló de bronca. Ahora habrá que renovar energías para arrancar con todo en enero, soñando que es posible pelear por un lugar a la Superliga.
El "lobo", también es cierto, se encontró un escenario desfavorable de entrada. A los 5 minutos de comenzar el juego, la defensa no reaccionó, el arquero De Giorgi salió tarde y Magnín, el actual goleador de la Primera Nacional, no perdonó.
El uno a cero hizo cambiar la idea inicial del dueño de casa. En lugar de buscar tranquilo el resultado, debió salir a "quemar las naves" para alcanzar la igualdad.
Pero con errores y aciertos fue al frente. Más allá que nunca tuvo ideas claras para atacar, intentó e intentó. Entonces cuando Castillejos, tras una implecable asistencia de Juárez, puso el uno a uno fue justo.
El problema surgió después. Quiroga se hizo dueño de la pelota, Pombo y Vázquez se cansaron de pasar a posiciones ofensivas; mientras Magnín aguardaba expectante.
El golazo de Quiroga fue un baldazo de agua helada. Sin embargo, al final de la etapa, Cazula pudo empatar ingresando por atrás.
En el complemento, Sarmiento empezó a presionar sobre la salida del rival y complicó sobremanera. Gimnasia sólo atinó a tirar centros y fue más que predecible.
Quiroga asistió a Vázquez, quien gritó el tercero y se terminó la historia.
Los minutos finales estuvieron de más. El ingresado Virreyra exigió a Vicentini y Magnín, al cierre, casi gritó el cuarto.
El "lobo" se retiró de su cancha con la mirada en la piso. Hubo insultos y muchos silbidos. Será fundamental barajar y dar de nuevo si se pretende ser protagonista. De esta manera es imposible pelear arriba.