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Romances inestables y una luna de miel ausente

Lunes, 04 de noviembre de 2019 01:04

Que la situación es complicada no es un secreto. Pero el momento político suma ingredientes nuevos que oscurecen aún más el panorama. En el caso del aún nonato gobierno nacional de F&F, cuelga sobre su gestión la espada de Damocles de encontronazos políticos que ya se están produciendo, ante el "albertismo" en gestación y el cristinismo dueño de los votos. En el caso del Gobierno de la Provincia, el lado oscuro de la continuidad le niega al GM la posibilidad dorada de los famosos cien días de "luna de miel" con el electorado. Aquí, todo sigue como viene. Y si el gobernador mueve las piezas, como es de imaginar, todo puede cambiar, para bien o para mal, pero de período de gracia, ya ni hablar.

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Que la situación es complicada no es un secreto. Pero el momento político suma ingredientes nuevos que oscurecen aún más el panorama. En el caso del aún nonato gobierno nacional de F&F, cuelga sobre su gestión la espada de Damocles de encontronazos políticos que ya se están produciendo, ante el "albertismo" en gestación y el cristinismo dueño de los votos. En el caso del Gobierno de la Provincia, el lado oscuro de la continuidad le niega al GM la posibilidad dorada de los famosos cien días de "luna de miel" con el electorado. Aquí, todo sigue como viene. Y si el gobernador mueve las piezas, como es de imaginar, todo puede cambiar, para bien o para mal, pero de período de gracia, ya ni hablar.

Las dos primeras señales nacionales rayaron la cancha: El día de la victoria, sobre el palco del triunfo, rodeando a F&F y al reluciente Kicillof, sólo cristinismo puro, alguno que otro peronista moderado. En el cotillón y los cantos, sólo los estribillos del regreso y en las pantallas gigantes, además de las fotos de la fórmula ganadora, sólo la imagen paternal de Néstor. De Perón y Evita, de la clásica marchita tan utilizada en la campaña (sólo por razones de campaña) ni hablar. Cinco días después, en Tucumán, en el acto de reasunción del gobernador, rodeando a Alberto y a Juan Manzur, a Verónica Magario, a un incómodo Sergio Massa y al tibio Scioli, sólo gobernadores, intendentes y dirigentes del peronismo, y alguno que otro distraído kirchnerista que como sapo de otro pozo quedó abajo del palco entre la multitud. Allí sí, la marchita, la evocación sincera a los creadores del justicialismo y ni una referencia al universo K. En la transición el kirchernismo comenzó con firmeza e inteligencia su recuperación de los espacios y el tiempo. Negocia lugares en el Congreso, y con los sueños a futuro dibujando las carreras políticas de Máximo K y del príncipe heredero auxiliar Axel. Con menos tacto, las exageradas sandeces del cómico Brieva, de Hebe de Bonafini, del actor Echavarri o de alguna ilusionada agrupación interna del "nuevo Conicet". La señora vicepresidenta electa -por ahora en Cuba- no habla sino por medio de sus voceros, pero habla con fuerza y todos los días. El presidente electo diseña su futuro. Para él será tan importante acometer el reordenamiento del país como la construcción de una tropa propia capaz de sostenerlo cuando se desaten las terribles pugnas por el poder. De Sergio Massa, todos imaginan que en cualquier momento protagonizará una "borocotización" ampliando su cabecera de playa a la dimensión de un cuartel que atienda su nunca resignada vocación presidencial. Por eso, el romance que llevó al Frente de Todos a la presidencia, es hoy una meseta con un edén inestable donde la palabra unidad es el cemento provisorio que sirvió para ganar, pero que se volverá indispensable si quieren tener potencia para gobernar.

GERARDO MORALES / COMIENZO SIN "LUNA DE MIEL"

En Jujuy, el peronismo hoy es todo de F&F donde ya despuntan los matices del variopinto conjunto de socios que están sentados a la misma mesa, pero de espaldas entre sí. Unos más convencidos gritan por CEFK, otros con la estrategia típica de los políticos experimentados, apuestan a que Alberto sea capaz de maniobrar entre la maraña de intereses y de ideologías que bajo el cobertor del frentismo, arrancarán conviviendo el 10 de diciembre, pero innegables muy distintas expectativas y proyectos. El presidente del Partido Rubén Rivarola debe lidiar -más que celebrar- con la seguidilla de victorias que terminaron con la consolidación del envío de dos diputados nacionales al bloque oficialista, el fortalecimiento en la Legislatura y en intendencias y concejos deliberantes. Pero el futuro del PJ local demandará esfuerzos tremendos, renunciamientos notables, y sobre todo, humildad de aquellos que como los soberbios nuevos ricos, salen a beberse los vientos en el firmamento peronista con un par de horas de vuelo en sus currículums. Será difícil. Como ejemplo ya se están viendo las actitudes de muchos en el reparto de cargos nacionales locales que le corresponden al PJ en la provincia. Ya hay cien anotados para cada sillón, por lo que -naturalmente- comenzó el horrible manoseo de nombres y especulaciones.

En Jujuy, los Unidos por el Cambio, ni están tan unidos, ni van por grandes cambios. Las relaciones con el Primero Jujuy del vice Carlos Guillermo Haquim, transitan por un páramo helado. Algunas decisiones del GM no fueron bien recibidas por sus socios y se supo que al mismo tiempo que amigos importantes le sugirieron al número dos que se despegue "un poco" en resguardo de su futuro político, sugerencia que compartió, está a la vista, y miró las últimas elecciones desde su casa. Por otro lado, Gerardo Morales debe prepararse para gobernar ahora sin el cálido refugio de la presidencia amiga. Todavía debe cumplir con el ritual de saludar a los ganadores peronistas de Jujuy, cosa de pateó para adelante el 27-O esperando un milagro que no llegó en el escrutinio definitivo. Por si esto fuese poco, el gobernador jujeño está mirando con preocupación el reverdecer lento pero constante de uno de los enemigos políticos que escogió para su vida: la Agrupación Barrial Tupac Amaru. Además su jefa, Milagro Amalia Ángela Sala de Noro, ebria de felicidad y antes de acallar los sonidos del festejo poselectoral en su prisión domiciliaria, ya lo desafió nuevamente a pelear por la gobernación 2023.

También tiene el GM el frente nacional revuelto y con la necesidad de mantener la alianza que dejará el Gobierno en diciembre. Macri aspira a conducir la coalición opositora. GM es proclive a una conducción más colegiada y horizontalizada. Para imponer sus ideas también debe dar batalla en la inminente interna por la conducción de la UCR. Los resultados de las elecciones provinciales hoy hacen que el gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo, le saque algunos cuerpos de ventaja, pero el jujeño mantiene un fuerte predicamento entre los suyos y aún en desventaja, dará pelea. También deberá cuidar el GM los costados de sus relaciones con el PJ, y quizás hasta tenga que revisar cuidadosamente los pasos que da sobre el terreno de la Justicia. A ambos no les puede pedir más acompañamiento del que ya ha recibido, sin hacerlos correr el riesgo de resquebrajarlos y con ello, resentir la calidad institucional del sistema. Todo es complicado. El GM no inaugurará el 10 de diciembre otra "luna de miel" de gobierno recién estrenado: con los lastres y las alas, que supo construir en los primeros cuatro años de trabajo, el día 11 sin posibilidad de maniobrar con ofertas optimistas de campaña, volará a merced de su creatividad e ingenio y del respaldo de un gabinete sin relato ni dobleces. Le sobran talento político y expe