El presidente Jair Bolsonaro destacó el miércoles la confianza que Brasil despierta en inversores extranjeros en detrimento de Argentina, al revelar que tres grandes multinacionales le comunicaron que cerrarán sus fábricas en Argentina para trasladarlas a ese país. Lo curioso del caso es que inmediatamente fue desmentido por las empresas.
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El presidente Jair Bolsonaro destacó el miércoles la confianza que Brasil despierta en inversores extranjeros en detrimento de Argentina, al revelar que tres grandes multinacionales le comunicaron que cerrarán sus fábricas en Argentina para trasladarlas a ese país. Lo curioso del caso es que inmediatamente fue desmentido por las empresas.
“MWM. Fábrica de motores americanos, Honda, gigante de automóviles, y L´Óreal anunciaron el cierre de sus fábricas en Argentina e instalación en Brasil”, dijo Bolsonaro en una red social.
“La nueva confiabilidad del inversor viene a generar más empleos y mayor giro económico en nuestro país”, completó el mandatario, reforzando su discurso de que gobiernos de izquierda ahuyentan inversiones y uno como el suyo, que combina políticas económicas liberales con una agenda social ultraconservadora, los atrae.
Desde agosto, cuando el ahora presidente electo argentino Alberto Fernández se impuso en las primarias, Bolsonaro viene advirtiendo por una disminución del atractivo inversor por Argentina, destacando la acelerada pérdida de valor del peso y la caída de los índices bursátiles. También dijo que Brasil podría recibir una oleada de inmigrantes argentinos.
Enojado por el involucramiento de Alberto F. en la campaña por la libertad del detenido ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el mandatario brasileño anunció que no concurrirá a las ceremonias de asunción del nuevo presidente argentino, el 10 de diciembre, ni llamará al presidente electo para felicitarlo.
Bolsonaro también dijo que no deseaba el mal para Argentina, indicando que "nosotros necesitamos de Argentina y ellos de nosotros", y pidió que el peronismo, una vez en el poder, no vuelva a adoptar restricciones al comercio bilateral, de unos 28.000 millones de dólares anuales, tal como sucedió entre el 2003 y el 2015.
El mandatorio enviará a Buenos Aires a su vicepresidente, Hamilton Mourao, para participar de la fiesta de asunción de Alberto F.
La decisión representa una señal de la importancia de las relaciones bilateral para ambos países, que el propio Bolsonaro reconoció, al asegurar que no adoptaría ninguna represalia contra Argentina pese al triunfo del kirchnerismo, al que el capitán retirado vincula con la izquierda latinoamericana que combate.
Durante la campaña electoral que concluyó con el triunfo de Alberto F., Mourao defendió la necesidad de preservar una buena relación con Argentina, citando el interés nacional brasileño. Argentina es el tercer mayor mercado para los productos brasileños de exportación, y el primero para bienes industrializados, especialmente para automóviles.