Las altas temperaturas que se registraron en estos últimos días provocaron la rotura y levantamiento de una importante superficie de hormigón, sobre avenida Los Tarcos, que divide los barrios Providencia y Güemes, en la ciudad de San Pedro.
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Las altas temperaturas que se registraron en estos últimos días provocaron la rotura y levantamiento de una importante superficie de hormigón, sobre avenida Los Tarcos, que divide los barrios Providencia y Güemes, en la ciudad de San Pedro.
Según relataron a nuestro medio, vecinos de este sector, el martes cerca del mediodía se escuchó un estruendo, cuando salieron de sus casas a mirar se dieron con que la calle estaba ropa y el suelo levantado.
Es como si alguien estuviera haciendo fuerza desde abajo para romper toda una mano de la avenida Tarcos, justo en su intersección con la avenida 9 de Julio.
Los ocasionales transeúntes miraban con asombro el fenómeno e intentaban circular con la mayor precaución por el lugar. Si bien esto sorprendió a propios y extraños, algunos atribuyeron lo que sucedió al intenso calor que tuvieron que soportar los sampedreños en estos días. No recuerdan haber vivido tanto calor en plena primavera, desde hace muchos años. Y nos preocupan los más de 45 grados que tuvimos que sufrir hasta ahora. No queremos imaginarnos lo que será el verano, relató una vecina.
La rotura del pavimento fue notificada a las autoridades municipales, que ya comenzaron con el trabajo de remoción de los dos enormes paños de hormigón afectados. Recordemos que no es la primera vez que pasa esto en San Pedro.
Hace poco más de 10 años atrás, entrando al verano, se produjo un fenómeno similar en distintos puntos de la ciudad. Las calles comenzaron a romperse por el terrible calor. Los puntos más representativos fueron la esquina de Tarcos y Santos Vega y calle Velez Sarsfield en pleno centro sampedreño. El calor en la Perla del ramal se hace notar. A esto hay que sumarle la falta de lluvias, la poca arborización en los barrios nuevos, el calor que despiden las calles pavimentadas y los graves problemas de distribución del agua potable por la turbiedad de los afluentes de la planta de La Urbana.
Los sampedreños esperan que el clima mejore, con una buena lluvia que no genere inconvenientes y con leve descenso en la marca termométrica. Es decir, un oasis en pleno desierto.