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"Este emprendimiento es mi forma de reinventarme"

Patricia Balderrama creó hace tres años un proyecto familiar que lleva el nombre "Coquenita alfajores".
Domingo, 01 de diciembre de 2019 01:01

Patricia Balderrama es una emprendedora jujeña que logró convertir el dolor más profundo que se siente al perder a dos seres queridos en un período corto de tiempo, en el nacimiento de un emprendimiento gastronómico dedicado a la venta de alfajores artesanales sin conservantes y con materias primas de primera calidad.

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Patricia Balderrama es una emprendedora jujeña que logró convertir el dolor más profundo que se siente al perder a dos seres queridos en un período corto de tiempo, en el nacimiento de un emprendimiento gastronómico dedicado a la venta de alfajores artesanales sin conservantes y con materias primas de primera calidad.

Historia. Los primeros llegaron de Andalucía (España) y fueron creaciones de los árabes. Eran a base de miel y pasta de almendras.

Patricia creó hace 3 años "Coquenita alfajores", el nombre fue elegido dada la necesidad de protección que ella sentía en un difícil momento de su vida y en alusión a Coquena el ser mitológico que cuida a las familias y las haciendas en nuestra Puna.

SIN CONSERVANTES |SON PRODUCTOS SANOS Y FRESCOS.

En diálogo con El Tribuno de Jujuy, Patricia nos contó cómo surgió este emprendimiento "hace tres años estaba pasando un momento muy difícil como familia, mi esposo se había quedado sin trabajo con todo lo que eso implica cuando uno tiene hijos, meses más tarde falleció mi mamá que era un sostén importantísimo en mi vida. Luego nació mi hija y a los pocos días falleció, fueron pérdidas que me llevaron a una depresión muy grande que incluso me dejaron en cama, encerrada en casa. Cuando encaré una terapia psicológica para salir de esa depresión, los médicos me indicaron que ante mi falta de sueño iban a medicarme. Y como yo no quería eso, decidí hacer cosas en casa para poder cansarme y después dormir, fue así que empecé a hacer repostería de todo tipo, entre eso alfajores. Mis primeros intentos fueron buscando recetas en Google a las que fui cambiando en búsqueda de un sabor que me recordara mi infancia, hasta que un día mi hijo me dijo que mis alfajores eran muy ricos y sugirió, ¿porque no vendés? Y así empezó Coquenita".

VARIEDADES |BUSCA OFRECER UNA AMPLIA CARTA DE SABORES.

Al recordar los comienzos de este proyecto, Patricia rememora que tuvo mucho trabajo probando recetas y materias primas, buscando un sabor único que la distinguiera y de alguna manera honrar los sabores que había probado cuando era niña.

Finalmente decidió utilizar ingredientes de primera calidad y no incluir ningún tipo de conservante, "así conseguí un sabor que la gente elogia contantemente cuando prueba nuestros alfajores en diferentes ferias", agregó.

Sobre lo que significó este emprendimiento en ese difícil momento de su vida indicó "para mí Coquenita es ese espíritu protector que yo quiero para mi familia. En ese momento cuando no estaba muy bien, decidí sacar fuerzas y sacar a mi familia adelante, por eso este emprendimiento es mi forma de reinventarme; reinventar el dolor, que sentí en algún momento, en cosas dulces que mucha gente califica como deliciosas".

Otros planes

En cuanto a los planes que tiene para seguir avanzando, indicó que la idea es ampliar la carta de sabores, porque se encuentra en una etapa de investigación que implica "cocinar a prueba y error", y adelantó que uno de los sabores que está probando es una masa con nueces y también rellenos diferentes al estilo de los alfajores santafesinos. "Mi idea es tener mucha variedad de sabores y poder llegar a un público más grande", señaló. En cuanto a la comercialización dijo que está en la búsqueda de otros canales de comercialización, ya que la idea es expandirse y crecer en otros espacios que no sean las ferias artesanales, que si bien son de mucha ayuda para la primera etapa de todo emprendimiento, llega un momento en el que es necesario cambiar y buscar otras formas de vender.

Antecedentes. En Argentina había tortas fritas pegadas con dulce de leche. Las primeras ventas fueron de ambulantes africanos.